Capitulo 36

2K 82 0
                                    

Lauren

Los tres estábamos callados, yo y Sebastian con la cabeza agachada y mi madre solo nos miraba.

- ¿Cómo? ¿Cómo es posible que los encontrara a los dos así? – dijo aclamada y sabía que se estaba controlando para no decir nada de lo que se pudiera arrepentir.

-Señora, yo... - dijo Sebastian.

- ¿Tu qué? – le pregunto mi madre - ¿me vas a dar una explicación de por qué te estabas follando a mi hija? – le grito.

-Mamá, calmate por favor – le dije mirándola a los ojos.

- ¿Cómo quieres que me calme? ¡Llego a casa lo más rápido posible porque recibo un mensaje en mi trabajo de que un extraño se ha metido en mi casa! – me grito.

-Pero no es un ningún extraño – dije en voz baja, pero ella me escuchó – él es...

-Soy su novio – dijo Sebastian – Soy Sebastian Stan señora – dijo.

- ¿Su novio? ¿pero qué clase de broma es esta? – volvió a gritar.

-No es ninguna broma – dije seria y tomé la mano de Sebastian.

- ¡Es mayor que tú! – me grito mi madre.

-Señora, yo la amo y le aseguro que no le are daño – dijo Sebastian.

- ¡Cállate! Mejor vete de aquí – le grito y Sebastian ya no dijo nada ni se movió.

-Sebastian, será mejor que te vallas, yo después te llamo – le susurre, pero él no se movía – por favor yo arreglo esto – y al fin se fue.

-Mamá, perdón – dije.

-Explícame ¿Por qué estas teniendo sexo con alguien mayor que tú? – pregunto.

-Porque... - dije, pero no sabía cómo contentarle y mejor me quedé callada.

-Yo no te eduque así Lauren – dijo – me has decepcionado.

- ¿Me educaste? ¿Cuándo? Porque yo no lo recuerdo – dije molesta – tu nunca me educaste, desde que mi padre nos dejó tu solo te dedicaste al trabajo y me abandonaste.

-No te abandone – se defendió – siempre te di todo lo necesario para vivir.

-Sí, lo hiciste y te lo agradezco, pero no me diste cariño – dije y sentía como mis ojos se humedecían – nunca estuviste aquí conmigo por estar en la oficina. Nunca supe si me querías, por eso siempre sacaba buenas calificaciones para que me notaras, pero nunca funciono. Traté de ser perfecta pero tampoco sirvió y simplemente me rendí – dije llorando.

-Cariño, lo siento – dijo y se levantó para abrazarme porque ya estaba llorando – no quise que te sintieras así, solo quise darte lo mejor – dijo y vi como ella también lloraba. La abrace – te quiero mi niña, te prometo que pasare más tiempo contigo – dijo y me beso en la cabeza.

-Yo también te quiero mamá – le dije y estaba feliz.

Las dos nos quedamos conversando parte de la noche, en la sala de estar. Luego surgió un tema muy interesante.

-Todavía no acepto que salgas con ese hombre – dijo mi madre seria.

-Mamá, solo conócelo, por favor y veras que un buen hombre – dije – además, le quiero y él me quiere – sonreí.

-No, no creo que sea lo correcto – estaba dudando ya casi lo conseguía.

-Vamos mamá, te lo suplico – le rogué.

-Está bien, pero tengo algunas cosas que hablar con el – dijo volviendo a su fase de madre protectora y yo solo sonreí, sabía que ella y Sebastian se llevaría bien.

-¡Gracias! Veras que él es increíble – le dije.

-Está bien, pero ¿enserio te enamoraste de tu ginecólogo, hija? – me pregunto.

-Si – dije como una niña pequeña y me reí.

-Bueno, no te culpo, teniendo un trasero como el que tiene el, esa sonrisa y esos ojos pues... - me reía como una loca cuando dijo eso.

- ¡Mamá! ¿le has mirado el trasero a mi novio? – seguía riéndome.

-Lo estaba inspeccionando – dijo riendo – pero bueno, es hora de irse a la cama – nos levantamos y nos fuimos a nuestras habitaciones - por cierto, Lauren, trae a tu novio mañana para cenar – me dijo para después meterse en su habitación.

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora