Capitulo 22

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Sebastian

Había pasado ya una semana desde la boda de Chris. Hoy estaba en mi consultorio esperando a que el tiempo pasara rápidamente porque hoy iría con Lauren a patinar después de que ella saliera de sus clases. Hoy era su ultimo día de escuela y teníamos que celebrarlo así yo pediría vacaciones y la llevaría a la playa o no sé, pero quería que estuviera más tiempo conmigo.

Solo me faltaba una consulta, después ella vendría y de aquí nos iríamos a la pista de hielo. Tocaron la puerta y yo solo contesté con un "adelante". En cuanto vi quien era mi siguiente paciente hice una cara de asco. Pero creo que ella no lo noto. Era Elizabeth. Odiaba cuando venía, siempre se me insinuaba. Siempre quería tener sexo conmigo, pero yo nunca aceptaba y nunca aceptare. Sinceramente es una chica fácil y es de lo peor.

-Sebastian, mi amor cuanto tiempo – otra vez con lo mismo.

-Buenas tardes Elizabeth – tenía que ser educado, pero solo por mi trabajo - ¿en qué te puedo ayudar?

-Es que necesito que me revises creo que tengo una infección – siempre es el mismo cuento y al final nunca tiene nada.

-Elizabeth, esta es la quinta vez que vienes para que te revise por tu supuesta "infección" – dije molesto.

-Pero esta vez creo que si tengo algo – dijo fingiendo con cara de tristeza.

-Mira – comencé a buscar una cajita con un medicamento para las infecciones – este medicamento es una pomada y solo te lo tienes que poner tres veces a la semana y se ira la infección – dije mirándola a los ojos.

-Oh, pensé que primero me ibas a revisar – dijo esperanzada.

-No lo hare, ya te revisé hace poco tiempo y con eso es suficiente – dije firme.

-Está bien... pero lo que si puedes es... - se levantó de la silla y camino lentamente hasta a mí – enseñarme como ponerme la pomada – puso cada una de sus piernas a los costados de mis caderas, sentándose encima de mí.

-No, bájate ya – me estaba enfadando, pero jamás le aria daño a una mujer.

-Vamos Sebastian yo sé que me deseas – se acercó a mi oreja y me susurró – ¿Por qué no vamos a mi casa y pasamos un buen rato?

- ¡Te dije que no! – la empuje levemente haciendo que se levantara y yo igualmente me levante – mejor lárgate de aquí o lo are yo.

Camine hacia la puerta, pero ella me detuvo y me tomo de la nuca para después besarme y claro que no le seguí el beso. Justo en ese momento abrieron la puerta y yo me separe de ella. Me giré a ver quién había abierto la puerta y abrí los ojos como platos.

Era Lauren, quien me miraba con tristeza, dos lagrimas salieron de sus ojos y se marchó corriendo. Yo iba a perseguirla, pero Elizabeth me tomo de la mano.

-Deja que la niña se marche, cariño – yo estaba tan desesperado por ir a buscarla y explicarle lo que acaba de pasar.

- ¡No, que te marches! ¡no te quiero ver de nuevo por aquí! – le grité y salí corriendo para alcanzar a Lauren, pero cuando llegue al exterior no había rastro de ella. Así que mejor decidí buscarla en su casa y me subí a mi coche.

Llegue a su casa rápidamente, aparque el coche de mala manera. Me baje del coche y toque su puerta. No estaba su madre me había dicho que llegaría más tarde. Resignado me fui a mi casa para preparar la maleta por que como Alexandra y Chris estaban de luna de miel yo me ofrecí a cuidarles la casa.

Me dirigí a la casa de mi amigo con las llaves que tenía. Ya era de noche, mañana buscaría a Lauren para explicarle lo que ocurrió. Decidí subir y dormirme, no tenía hambre la verdad estaba muy deprimido. Pero cuando iba subiendo las escaleras escuche un ruido en la cocina y camine hacia allí.

En cuanto entre...

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora