Capitulo 28

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Sebastian

Me levante temprano, Lauren seguía dormida, estaba preciosa. Decidí ir a prepararle el desayuno, porque hoy era un día importante. Le daría a mi Lauren una sorpresa.

Le hice unas tortitas son sirope, un vaso de zumo de naranja y un jarrón pequeño le puse una rosa. Subí, en cuanto entre, ella durmiendo. Era de esperarse, tuvimos una alocada noche. Sonreí al recordarlo.

Deje la bandeja en la mesita de noche y me tumbe de nuevo en la cama. La contemplé por unos minutos, ella era perfecta, de los pies a la cabeza

En el tiempo que la observé, pensaba en cómo es que una niña, me había enamorado tanto y en tan poco tiempo. Comencé a acariciarle el cabello con mis dedos y susurrarle cosas para que despertara.

-Arriba preciosa – dije, pero no se levantó.

-No... cinco minutos más – dijo aun sin abrir los ojos. Me reí y le di un beso en la nariz.

-Vamos, hoy te tengo una sorpresa y si no te levantas no te la daré – le dije.

-No me la des, yo quiero seguir dormida – dijo y se tapó con las sabanas.

-Está bien, buscare a otra chica que si quiera mi sorpresa – me levante, pero luego sentí unos brazos que me jalaban y caí acostado en la cama. Lauren se subió encima de mí.

-Nada de ir a buscar a otra ¿me oíste Sebastian? – se puso celosa y yo solo reí - ¿de qué te ríes?

-De nada. Vamos a desayunar pequeña – dije y vi cómo se le formaba una enorme sonrisa.

-Sí, me muro de hambre – contesto.

Nos quedamos en la cama desayunando. De vez en cuando ella me daba de comer y yo a ella, nos robábamos uno que otro beso. Cuando terminamos ya eran las tres de la tarde. Creo que tardamos mucho en "desayunar". Me reí por ese pensamiento.

-Bueno, no quiero ser curiosa, pero... ¿Cuál es mi sorpresa? – dijo mirándome a los ojos.

-No te diré nada hasta esta noche – dije y antes de salir de la habitación me gire – antes de que se me olvide, hoy vamos a cenar a las siete, ponte más preciosa de lo ya eres.

-Bien, esperare – dijo mientras se volvía a acostar.

Dieron las cinco de la tarde y ella se fue a su casa, para arreglarse. Yo le dije que se cambiara aquí, pero ella no quiso. Me quede desde las cinco solo así que me puse a verificar que todo lo que tenía planeado para esta noche no saliera nada mal.

Faltaba una hora para las siete, me duche, me cambie y me puse un traje chaqueta. Lo había comprado para esta noche, pues esta noche tenía que ser perfecta en todos los sentidos.

Dieron las siete y fui a por Lauren a su casa. En cuanto abrió la puerta me quede en shock, estaba perfecta con ese vestido más de lo que era. Me quede contemplándola como un idiota, hasta que ella me saco de mis pensamientos.

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora