Capitulo 75

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Sebastian

Así que ese es el famoso Matt... Imbécil... por supuesto que no lo dejare quedarse con Lauren. Tengo que hacer algo esta noche no puede ganarme un idiota como ese.

Lauren

Ya eran las siete y media, reviso la comida y ya estaba lista. Lo único que me queda es esperar a que los dos hombres más importantes de mi vida lleguen y ruego que no pase nada malo enfrente de Juliet. Ella los quiere a los dos mucho y no me gustaría que sufriera si esos dos hacen alguna estupidez. Voy a mi habitación y me cambio.

En cuanto termino voy a cambiar a mi pequeña, quien está jugando con sus juguetes. Termino justamente diez minutos antes de que escuche el sonido de la puerta. Dios estoy tan nerviosa. Junto con Juliet vamos a la puerta y es Matt viene con un gran ramo de rosas y una muñeca.

Juliet ve la muñeca y saluda a Matt con un beso y él le da la muñeca, ella se va corriendo al salón a jugar con su nuevo juguete.

-No debiste molestarte al comprarle la muñeca Matt – le sonrió, pero ya no digo nada ya que él pone sus labios sobre los míos y me da un gran beso. Después me da las rosas – gracias.

-No hay de que preciosa – los dos sonreímos. Matt está a punto de cerrar la puerta, pero un pie lo detiene... Sebastian está aquí.

-Hola – dice con esa sonrisa donde muestra sus hermosos dientes – perdón por la tardanza, pero está consiguiendo algo especial para mis chicas – escucho a Matt gruñir y yo solo sonrió.

- ¡Papi! – viene Juliet corriendo y se lanza a los brazos – te he echado de menos.

-Yo también mi hermosa princesa – le dice besándola en la mejilla – mira lo que tengo para ti – pone a Juliet en el suelo y le entrega un oso de peluche que tiene su nombre. Juliet en cuanto lo ve se le ilumina la cara.

- ¡Gracias papi! ¡Me encanta! – dijo – te quiero – ahora es ella quien le da un beso en le mejilla.

-Y esto es para mí otra chica especial – me mira y me entrega un ramo de rosas azules – tarde en conseguirlas de ese color, pero como son para ti preciosa, las consigo donde sea.

-Gracias Sebastian, no debiste – le digo.

-No hay de que preciosa – nos quedamos mirándonos a los ojos durante unos segundos. Esos ojos...

-Bueno ¿Por qué no pasamos a cenar? Me muero de hambre – salí de mi trance al escuchar a Matt hablar. Siento la mano de Matt en mi cintura y tira de ella para que me mueva.

-De acuerdo, solo deja que ponga las rosas en agua – le digo – Juliet ¿Por qué no llevas a Matt y a Sebastian al comedor? Ahora os llevo la cena – ella asiente y jala de la mano de Matt y de Sebastian.

Me encamino hacia la cocina busco en donde poner las flores. Respiro hondamente y tomo el gran plato de lasaña y me dirijo hacia el comedor. En cuanto llego...

-Déjame que te ayude – dice Matt y toma el gran plato y lo pone en la mesa.

-Ven siéntate – dice Sebastian y me retira la silla para que pueda sentarme.

Parece que estos dos están compitiendo para llamar mi atención.

Joder, dios dame suerte esta noche.

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora