Lauren
- ¿Lo tenías todo planeado? – le pregunto.
-Si – sonríe y me toma de la mano para adentrarnos más en la preciosa habitación – ven te quiero dar un baño.
- ¿Me darás un baño? – pregunto feliz.
-Claro, sabes que me encanta bañarte pequeña – me dijo.
- ¿Se podría también un masaje? – me sentiría como el cielo si dice que sí.
-Todo lo que tú quieras preciosa, tu solo pídelo y lo tendrás, esta noche te consentiré – una traviesa sonrisa apareció en mis labios y no pude evitar darle un dulce beso en sus perfectos labios.
Entre besos los dos nos desvestimos lentamente, no teníamos prisa, pues teníamos toda la noche para demostrarnos el amor que sentíamos uno por el otro.
Sebastian me tomo de la mano, me condujo hasta el jacuzzi que estaba ya lista y tenía pétalos de rosas. Él se metió primero y después me ayudo a meterme, el agua estaba a una temperatura agradable y relajante. Los dos nos sentamos. Él iba a besarme, pero antes de que sus labios tocaran los míos, no me resistí y con mi mano le salpiqué agua en la cara.
Me miro con una sonrisa y con cara de sorpresa. Yo solo me pude reír, de nuevo se acercó a mí y me dio un beso, para después empezar a lazarme agua a la cara. No me quede atrás, ahora los dos parecíamos niños lanzándonos agua y riendo.
Después de jugar un rato con el agua. Sebastian me jalo para que me sentara entre sus piernas, recargue mi espalda en su fuerte pecho. Tomo entre sus manos el gel y después lo empezó a pasar por todo mi cuerpo. Con sus manos derecha pasaba más gel, con su mano izquierda se frotaba sobre todo mi cuerpo.
Lo hacía lento y siempre se detenía en mis pechos. Los estrujaba mientras me daba besos en el oído o en el cuello. De vez en cuando me susurraba palabras como "te amo" "eres preciosa" o "eres lo mejor que me ha pasado en la vida" ... yo estaba en el paraíso siendo consentida por el hombre más guapo, sexy y pervertido de todos.
No me di cuenta, pero Sebastian ya no tenía gel en su mano, ya no era una sola mano acariciándome, ahora eran sus dos manos las que me acariciaban por todo el cuerpo. Poco a poco una mano llego a mi feminidad, separe un poco mis piernas para darle más acceso a su traviesa mano. no tarde en soltar leves jadeos cuando su mano ya estaba tocándome.
Deje caer mi cabeza en su hombro, con una de mis manos me agarre de su ante brazo y cerré los ojos para sentir mejor todas sus caricias. abrí mis ojos, gire para mirar a Sebastian, quien me estaba mirando con dulzura mientras sus dedos se movían cada vez más rápido. No pude contenerme más y mis jadeos se convirtieron en gemidos. Sin despegar la vista de la mirada de Sebastian, gemía para darle a entender que me encantaba lo que me estaba haciendo.
Volví a cerrar mis ojos al sentir como mi orgasmo estaba a punto de llegar. Solté un fuerte grito y me corrí. En cuanto lo hice inconscientemente arañe el muslo derecho de Sebastian debajo del agua, pero en ese momento no me importo mucho yo solo quería disfrutar de mi dulce orgasmo.
-Sebastian – le dije una vez que abrí los ojos y lo miraba directamente a esos ojos claros que me enloquecían – hazme el amor.
El no contesto, simplemente se agacho para besarme con mucha pasión. Sin perder más tiempo, y sin dejar de besarnos, me moví hasta quedar sobre él. Su miembro rozo mi feminidad y durante el beso los dos gemimos.
Nos separamos por falta de aire. Yo ya no aguantaba más, quería sentirlo dentro de mí de nuevo. Así que tomé su miembro entre mi mano y lo guie hasta mi entrada.
Me separé un poco de sus labios y empecé a cabalgarlo despacio para después moverme más rápido. Sebastian me tomo de las caderas y me pego a su cuerpo, lo cual provoco que mis pechos se apretaran contra su pecho y empezaron a restregar sobre él. Sin dejar de dar saltitos Sebastian me besaba el cuello y de vez en cuando me lo mordía. Baje mi cabeza para poder besar a Sebastian.
Los gemidos y jadeos iban siendo cada vez más fuertes y constantes. Los dos nos íbamos a correr, pero antes de que pasara, Sebastian me detuvo y no alcance a protestar porque me movió, ahora quede yo debajo de él y empezó con sus fuertes embestidas.
Enrede mis piernas en su cintura, él se movía ágilmente sobre mí. Haciendo que al agua se saliera por los bordes de la bañera. Siguió moviéndose hasta que sentí como llegaba al orgasmo. Mi segundo y perfecto orgasmo de la noche. El siguió moviéndose sobre mí, penetrándome hasta que al fin se corrió y me lleno por completo.
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Mi ginecólogo
Fanfiction¡Vuestro Ginecólogo esta de vuelta! Voy a compartir esta novela !No es mia! esta es una adaptación que voy a hacer, @CamiCarratu y ella me dio el permiso para hacerlo, asi que no hay problema.