Capitulo 100

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Sebastian

Están tan cómodo en la cama que no quería levantarme, pero ya no tenía sueño. Abrí los ojos lentamente y pude ver como Lauren y Juliet dormían plácidamente aun lado mío. Esta es mi familia.

Juliet y Lauren estaban preciosas durmiendo. Así que sin hacer ruido me levante de la cama y busque mi teléfono para tomarle una foto de las dos dormidas y abrazadas. Definitivamente esa foto iría como imagen de fondo en mi teléfono.

Baje las escaleras para hacerles el desayuno y llevarlo a la cama a mis dos princesas. Sé que me costaría mucho trabajo porque yo no sé cocinar, pero hare el intento tal vez me quede bueno unos sándwiches o podría preparar unas tortitas. No creo que sea tan difícil...

Cuando al fin termine de "cocinar" puse los tres platos en una bandeja, la tome y camine hacia la habitación. Al entrar todavía las dos seguían dormidas. Son iguales... las dos son flojas.

Dejé la bandeja en la mesita de noche y me volví a acostar aun lado de mis damas. Primero la di besos en los cachetes de Juliet para que despertara y lo hizo. Me dio un gran abrazo y un beso de buenos días. Luego moví a Lauren para que quedara en medio de la cama y por suerte no se despertó. Juliet se pasó al otro lado para que dejara a Lauren en medio de los dos.

Los dos le empezamos a dar besos por toda la cara y solo yo le daba besos en sus perfectos labios. En total le di como quince besos hasta que en el dieciséis se despertó con una sonrisa y nos dio los buenos días acompañados con un beso a cada uno.

-Bueno les traigo el desayuno a la cama, espero que os guste – les dije una vez que les di un plato a cada una – porque lo cocine yo solo – sonrió orgulloso de mi trabajo.

-Gracias mi amor, es un bonito detalle, pero esto no es cocinar porque... - empezó Lauren.

-Si es cocinar, yo si se cocinar – me defiendo y ella se ríe mientras come.

-Claro mamá, y tu decías que un plato de cereales con leche no es cocinar, entonces yo también se cocinar – dijo Juliet riendo. Lauren y yo nos reímos también.

-Si tienes razón mi amor tú también sabes cocinar – le dice y le da un beso en el cachete.

- ¡Si lo sabía! – volvió a decir mi pequeña – ya terminé mamá ¿podemos ir a comprar mi helado?

-Sí, pero primero te bañas – le digo y salió corriendo a su habitación.

-Gracias por todo Sebastian – dice Lauren después de un rato.

-No tienes nada que agradecerme preciosa, sois mi familia – ella sonríe y se acerca a mí para darme un beso en los labios. No dude en seguirle el ritmo hasta que nos tuvimos que separar por el aire que nos faltaba – bueno ahora ve a ducharte tú para que después me duche yo.

-Sí, papá – me dice en broma - ¿y por qué no te duchas conmigo?

-Porque si voy contigo a la ducha, haremos de todo menos ducharnos... además no queremos traumatizar a Juliet si nos ve haciendo cosas indebidas en el baño – le digo y se va riendo.

Voy a la habitación de Juliet a ver si ya termino mi pequeño torbellino. Entro en su habitación y la veo sentada en su cama mirando sus pares de zapatos.

- ¿Lista, princesa? – le pregunto entrando.

-No papi. No sé cuál de estos zapatos ponerme – me dice frustrada y me siento aun lado de ella para mirar los zapatos.

- ¿Por qué no te pones estos? Te quedan perfecto con bonito vestido – le sugiero y ella me abraza muy fuerte.

-Gracias papá – me dice y le ayudo a ponerse los zapatos para salir de s habitación e ir con Lauren.

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora