Capitulo 83

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Lauren

-No Sebastian – me separo del beso – esto no está bien, será mejor que te vayas – le digo mientras me bajo del mostrador y me voy hacia la puerta que está ahí.

No digo nada más y me persigue. Cierra la puerta después de que yo entrara y echa un vistazo a la habitación. Una habitación especial para tomar fotos, con todas las cosas que se necesita.

-Sebastian, no puedes estar aquí – le dije y doy un paso para atrás – vete.

-No me voy a ir de aquí – empiezo a retroceder hasta que llego a la pared y ya no tengo salida porque rápidamente el me acorrala contra la pared.

De nuevo me besa, esta vez al principio me niego a seguirle el beso y es más lo trato de empujar, pero se mueve y al final me rindo y le sigo el beso con la misma intensidad que él. Me elevo y enredo mis piernas en su cintura. Sé que está mal, pero no puedo parar de besarlo.

No le puedo hacer esto a Matt él no se lo merece, pero esos pensamientos desaparecen en cuanto siento que Sebastian empieza a bajar los tirantes de mi vestido y su miembro se despierta. Joder no lo recuerdo tan grande.

Me pone en el suelo de nuevo y sin dejar de besarme me quita el vestido, el sujetador y las bragas. Me tiene desnuda y solo para él. Cuanto echaba de menos esto. De nuevo me eleva y me pongo otra vez mis piernas alrededor de su cintura.

Deja caer sus labios en mi cuello y no puedo evitar gemir, sus labios son mi perdición. Con mis manos empiezo, ahora yo empiezo a quitarle la ropa. Primero la chaqueta, después su camisa y muero literalmente... su cuerpo me derrite. Esta más musculoso de lo que recordaba.

-Sebastian... - gimo en cuanto introduce uno de mis pechos en su boca.

-Sigues siendo una diosa – creo que moriré aquí.

Su lengua se mueve en círculos sobre mi pezón, gimo, cambia al otro y repite el mismo proceso, pero casi me lleva al orgasmo con solo succionarme los pechos, pero antes de cualquier otra cosa se separa y me baja.

No pierdo tiempo, le quito el pantalón mientras lo beso. Lo quiero torturar un poco y empiezo a frotar mi mano sobre su bóxer y escucho como gime en mi boca. Le bajo el bóxer y ya los dos estamos desnudos.

Me agarra de la cintura y vuelvo a aquedar sobre él, con mi espalda recargada en la pared. Su miembro roza mi feminidad, ya no aguanto más lo necesito dentro de mí.

Necesito sentirlo de nuevo. Joder Sebastian Stan como te amo.

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora