Capitulo 34

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Sebastian

Grite el nombre de Lauren. Estaba bastante molesto. No, molesto era poco. Estaba furioso. Venia hacia aquí todo feliz en busca de mi novia ¿y que me encuentro? A un idiota abrazando a "Mi Lauren".

En cuanto se separan, los dos se giran para mirarme. Lauren con una sonrisa y el desconocido ese con una mirada molesto y yo se la devuelvo. Me acerco a ellos y tomo a Lauren por la cintura y la separo de ese tío que no me cae para nada bien.

- ¿Quién eres? – dije molesto. Aun tenia a Lauren tomada por la cintura.

-No te tengo porque contestar – dijo el idiota – mejor dime ¿Quién te crees que eres para interrumpirnos?

-Mira "Frodo", mejor vete a coquetear con otra – solté a Lauren y me acerque a él mirándolo con una cara de querer asesinarlo.

-Pues no me voy – me devolvió la mirada – mejor déjanos a nosotros solos, paranoico - ¿paranoico, yo? este mocoso quiere que le rompa toda la jodida cara.

-Escúchame niño... - lo iba a tomar por el cuello de la camisa que traía, pero alguien me detuvo y se puso en medio de nosotros dos.

-Basta, los dos – dijo Lauren – os comportáis como críos.

-Empezó el – dijimos a la vez.

- ¡Ya! – nos gritó – mira Sebastian él es Alex es mi...

-Su novio, así que ya puedes largarte – sentí como me hervía la sangre cuando dijo eso y lo vi sonreír por su "triunfo". Quise quitar a Lauren de en medio, pero no se dejó y no la quería empujar.

- ¡Alex! ¿Cómo se te ocurre decir eso? – le grito Lauren - ¡joder! – respiro profundamente – Alex, Sebastian es mi novio – ahora yo sonreí.

- ¿Qué? ¿Estás loca? – grito haciendo que la gente que pasaba por ahí se girara a mirarnos - ¡Es mayor que tú!

-Cállate – lo silenció mi chica – escúchame, tal vez si estoy loca por estar con un hombre que me dobla la edad... - ¿y si me deja por él? ¿y si se lo ha pensado mejor? – pero le amo y quiero estar con él, así que respeta mi decisión – sonreí como un tonto al escuchar eso.

-Bien, la respectare, pero no esperes que me lleve bien con el – dijo dándome una mirada rápida.

-No yo quiero llevarme bien contigo moc... - Lauren me miro mal – Alex.

-Bien, pero por lo menos daros las manos como son de paz – dijo sonriendo.

-No – dijimos los dos y ella nos miró con cara de perrito.

-Eso no funciona conmigo – dije mirándola, pero no sé cuánto tiempo aguantare – de acuerdo – le extendí mi mano. Ambos nos estrechamos las manos por una fracción de segundos y nos soltamos las manos rápidamente.

-Y ahora una disculpa – dijo Lauren aplaudiendo.

-¿Qué? No eso sí que no – dijo Alex y Lauren lo fulmino con la mirada - ¡Esta bien! – se giró hacia a mí – Sebastian perdón por decir que Lauren es mi novia y por decirte paranoico.

-Bien, ahora tu Sebastian – esto es absurdo una chica de diecisiete años nos controla a mí y a un chico de... ¿veinte años?

-Te perdono, listo ¿ya nos podemos ir? – dije y ya casi me iba, pero unas manos me detienen y se perfectamente de quienes son.

-No, dilo bien Stan – Oh, me ha llamado por mi apellido eso solo me lo decía cuando estaba molesta conmigo al igual que mi madre.

-Lamento reaccionar como lo hice – dije y Lauren me miro para que continuara. Increíble, me está controlando, pero así soy feliz – y por decirte "Frodo" y todo lo demás.

-Bien, ahora que ya pasamos este mal rato. ¿Alex quieres venir a comer con nosotros? - ¿Qué? No, no por favor, que diga que no.

-No gracias Lauren, mejor después nos vemos – ¡Sí! Vi como Alex de le daba un beso en el cachete a mi chica y resoplé. Él se fue por fin.

-Por fin se ha ido, ya no lo aguantaba más – dije una vez que se alejó.

-Sebastian – Lauren me regaño y yo me reí.

- ¿Y ahora usted señorita me dirá quien es ese tío? – la tome por la cintura para atraerla a mi cuerpo.

- ¿Te he dicho que estas guapísimo? – me reí.

-Si me lo has dicho y no me cambies de tema – dije aun sin soltarla.

-Está bien, pero te lo diré cuando estemos comiendo porque ya me muero de hambre – puso su mano en su barriga.

-De acuerdo, vamos – la solté y los dos nos dirigimos a la sección de comida, agarrados de la mano.

- ¡Pero que tonta soy! – dijo parándose de repente – no te e saludado – no entendía a lo que se refería.

Se acercó a mí y se puso de puntillas para darme un beso el cual obviamente correspondí con gusto.

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora