Capitulo 11

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Me estaba cambiando para ir a la casa de Alexandra. Me puse mi bikini y después el resto de la ropa.

Llegue a la casa.

-Hola Lauren, ven pasa – pase y nos dirigimos al patio, yo estaba nerviosa por ver a Sebastian y creo que mi amiga lo noto – tranquila Lauren todavía no ha llegado.

- ¿Tanto se me nota que estoy nerviosa? – le pregunte. ¿y quién en mi lugar no lo estaría?

-Sí, mucho, mejor relájate – me dijo.

Llegamos al patio, ahí estaba Chris tratando de encender la barbacoa.

- ¿Qué? – me dijo con una voz graciosa, a lo que yo solté una risa.

-Hola, Chris – le salude.

- ¿Cariño cómo vas con eso? – pregunto Alexandra acercándose a él.

-Pues... bien, muy bien – dijo nervioso, en ese momento sonó el timbre y Alexandra fue a abrir la puerta, mientras yo me acerque a Chris.

-No sabes cómo encenderlo ¿verdad? – me burle.

- ¡Ayúdame! – me dijo desesperado y yo me reí – no te rías, Alexandra se molestará no lo enciendo rápido.

Alexandra regreso, atrás venia Sebastian, estaba tan sexy con esa camiseta blanca, podía ver sus perfectos brazos, inconscientemente me mordí el labio. El en cuanto me vio se le formo una sonrisa.

-Alexandra cariño, dueña de mi corazón, preciosa... - lo interrumpieron.

-No puedes encender la barbacoa ¿no? – le dijo Alexandra.

-No – dijo - ¿me ayudas? – hizo ojitos de perrito.

-Claro cariño – le dedico una sonrisa.

Mientras yo contemplaba la escena de los enamorados, Sebastian me tomo por la cintura y puso sus labios en los míos. Los dos comenzamos un beso lento. Yo revolvía su cabello. Estaba disfrutando de ese beso, pero...

-Os vais a quedar sin saliva – escuche la voz de Alexandra, a lo que nosotros nos separamos – todavía no hemos comido y ya estáis con el postre – dijo riendo.

-Perdonad, pero no me pude resistir – dijo Sebastian – es que me encanta el postre y no tiene nada de malo probarlo un poco antes de la comida – dijo y sentí como una de sus manos se posó en mi trasero.

-Vamos a preparar la comida – dijo Chris.

Entre los cuatro preparamos la comida, nos pusimos a comer, conversamos de muchas cosas, en algún momento de la conversación Chris me estaba contando muchas cosas de la infancia de Sebastian, me daba ternura, pero Sebastian le daba vergüenza cada vez que su amigo me contaba de él.

Chris y Alexandra terminaron de comer y se fueron a sentar en el borde de la piscina, se pusieron a hablar. Sebastian y yo todavía no habíamos terminado de comer. Sebastian me decía que no tenía hambre. Lo intente convencer y no quiso. Entonces me levanté, me senté en sus piernas y le empecé a dar de comer como un bebe. De vez en cuando me robaba un beso, pero al fin conseguí que se terminar su comida.

Alexandra llego hasta donde estábamos nosotros y me dijo que tenía algo que contarme, mientras Sebastian se fue junto a Chris y se pusieron a conversar.

Así estuvimos las chicas a un lado de la piscina y los chicos por otro.

-Tenemos que hacer algo divertido – se rio.

- ¿Cómo qué? – pregunte.

-Vamos a meternos en la piscina – se rio.

- ¿De qué te ríes? – yo estaba confundida.

-Pues se me estaba ocurriendo... ¿Qué te parece si nos vamos quitando la ropa muy sensualmente para ver el rostro de esos dos? – pregunto echando una rápida mirada a los chicos mientras hablaban muy entretenidos.

-Estás loca... pedo admito que quiero ver la cara de Sebastian – dije riendo.

-Entonces comencemos, lo aremos lentamente pero que no sea sospechoso ¿de acuerdo? – dijo con una sonrisa.

- ¿Empiezas tu o yo? – reía divertida.

-Empiezo yo... o mejor las dos al mismo tiempo – se levantó.

-Bien – sonreí.

Entonces también me levanté, nos quitamos lentamente las blusas, me giré disimuladamente y pude ver como Sebastian y Chris habían de dejado de hablar y nos estaban mirando.

Yo seguí con mi Short, lo desabotone y baje el cierre lentamente, me lo quite y lo lance a donde estaba mi blusa. Sentía la mirada de Sebastian recorriendo todo mi cuerpo. Alexandra se había quitado la falda, se sentó en el borde de la piscina, caminé hacia ella y me senté a un lado, nos pusimos a jugar con los pies en el agua. Estaba a punto de meterme por completo al agua cuando escucho mi teléfono.

Rápidamente me levante y voy a buscarlo a mi bolso, pero antes de llegar siento como me cargan como su fuera una pluma, era Sebastian. Se dirigía a la piscina.

- ¡Sebastian suéltame! – grite.

-No – solo me respondió eso, así que le pellizque y el me dio una nalgada, antes de arrojarme al agua. Salí a tomar aire.

-Eres tonto Sebastian – le dije riendo y comencé a tirarle agua en la cara y el me siguió el juego.

Alexandra seguía en el mismo lugar con Chris, se estaba besando mientras nosotros seguíamos jugando en el agua. Me dio risa ver a Sebastian así, porque se supone que ya es un hombre y se estaba comportando como un adolescente. Era una de las cosas que adoro... digo que me gustan de él.

Después de terminar nuestra guerra de agua. Sebastian y yo nos pusimos a jugar a ver quien aguantaba mas tiempo sin respirar debajo del agua. Parecíamos dos adolecentes enamorados. Bueno yo si soy adolecentes pero el no y... espera, ¿he dicho enamorados?... no se que me pasa.

Era la última ronde del juego cuando Sebastian y yo nos sumergimos, a los pocos segundos salí a la superficie y Sebastian todavía no salía. Me hundí de nuevo, abrí los ojos debajo del agua, hice que se desconcentrara y salimos a la superficie. Me tomo por la cintura y yo puse mis piernas en su cintura. El me sonrió y yo le correspondí de igual manera. Entonces nos volvimos a sumergir y pude sentir como los labios de Sebastian se pegaban a los míos y nos besamos. Por la falta de oxígeno, tuvimos que volver a la superficie, pero yo me quede en la misma posición.

Nos quedamos callados por unos minutos, nos miramos a los ojos, sin decirnos nada, solo contemplándonos. No me resistí y le di un beso. Cuando rompí el beso nos sonreímos mutuamente, amaba esa sonrisa. Sebastian siguió cargándome, mientras él se paseaba por toda la piscina.

- ¿Nunca te he dicho que me encanta el color de tus ojos? – le pregunte mientras miraba sus ojos.

-No, pero gracias – dijo voz ronca, haciendo que me derritiera en sus brazos.

-Me gustaría besar cada parte de tu cuerpo – dije sin quitar la mirada de su rostro.

-Pues hazlo – dijo – te doy permiso – se rio y yo también lo hice.

Puse mis labios en su pecho y en sus hombros. Pase mis labios a los suyos y comenzamos un beso de lengua que a mí en lo personal me fascino. Pero una voz nos interrumpió.

- Sebastian, Lauren ¿podéis ir a comprar más bebidas? – dijo Alexandra. Ella estaba con la respiración agitada, el pelo despeinado al igual que Chris, ambos estaban tumbados en el césped.

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora