Capitulo 40 (Deja llenarte de deseo)

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Por más que Degel intentó salir con Camus de aquel hotel los demás profesores presentes no lo dejaron

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Por más que Degel intentó salir con Camus de aquel hotel los demás profesores presentes no lo dejaron.
Varios de ellos le comentaban que su deber era estar ahí para poner el ejemplo frente a su alumno, no tuvieron opción más que soportar aquella fiesta que se había hecho más en grande con la llegada de más alcohol, música y una barra de bocadillos pequeños para poder degustar en la noche.

— Detesto este tipo de ambientes — Susurró Camus acomodando su cabeza en el hombro de su maestro mientras observaba su entorno.

No sabía como permitían ese tipo de acciones justamente en un concurso donde los estudiantes deberían de poner en alto sus instituciones pero esta vez parecía todo lo contrario.

— Siguen trayendo más vino porqué el que organizó el concurso firmó un acuerdo donde le descontará una parte del gasto total con tal de que usemos sus servicios del restaurante y el bar. Estrategias de venta — Respondió Degel apoyando su cabeza en la de su alumno.

Nadie notaba lo que pasaba con ellos dos, el ambiente estaba muy obscuro donde era iluminado únicamente por luces fluorescentes y neón. 
Ambos se encontraban sentando en una de las mesas del fondo donde casi nadie pasaba.
Aún así Camus no tenía problema en cubrir aquel hematoma que Degel le dejó por lo que había sucedido en la tarde en la habitación.

— Por cierto ¿Cómo te sientes Camus? — Cuestionó el joven profesor colocando su mano sobre el vientre de su amado alumno.

— Creo que después de que he intentado asimilar esto, ya no siento muchas nauseas... Aunque  — Se acercó al oído de su joven profesor para poder hablarle al oído... — Desde que bajamos de la habitación no puedo calmar otras ganas.

Degel rápidamente se giró levemente para ver a su alumno de frente, captó de manera inmediata a lo que se refería y claro que lo sabía porqué cuando una persona se encuentra en estado de gestación el libido tiende aumentar más en el cuerpo.

Tomó la mano de su alumno y con una sonrisa que desbordaba un toque de sensualidad, los dos salieron de ese lugar para llegar a la parte trasera del hotel donde se encontraba un jardín muy extenso y cubierto de una variedad de plantas y flores, así como de algunos árboles que estaban colocados en forma de laberinto.
El lugar ideal donde nadie podrá molestarlos.

Conforme se adentraban al jardín podían ver a lo lejos como varios de los alumnos, maestros y acompañantes también se daban cita en ese lugar, algunos platicando, otros tratando de cortejar y unos más escondidos en lo más profundo del jardín.

El sitio se prestaba, estaba casi obscuro y los demás se encontraban en la fiesta conviviendo.

— Creí que regresaremos a la habitación — Contestó Camus observando hasta el lugar donde habían llegado, escondidos entre las plantas y árboles del lugar, nadie pasaba por ese sitio.

— Aprovechando la situación podemos descubrir otros sitios ¿No? — Susurró Degel tomando de la cintura a su pareja y atrayendo su cuerpo al suyo.

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