Milo asistía en clases diferentes en la Universidad, en ninguna coincidía con su amado Camus, siempre lo buscaba a la salida para que regresaran juntos.
Seguía esperando de manera impaciente la llegada de Camus pero no lo veía por ningún lado.
A lo lejos pudo ver a los amigos de su novio, pero lo qué más le extrañó fué que no lo vio con ellos, corrió para poderlos alcanzar y preguntarles sobre su amor.— ¡Shaka, Mu!
Al escuchar que los llamaban, detuvieron su andar.
— Hola Milo — Saludó Shaka, Mu también levantó su mano para devolver el saludo.
— Siento llegar así pero... ¿Donde está Camus? — Preguntó preocupado.
— Está en el salón, se quedó hablando con el maestro Degel sobre un concurso de... — Mu no terminó de hablar porqué justo en ese momento, Milo corrió hasta el salón que le corresponde a su amado Camus.
.
.
.
.
.
.La cercanía de Degel hacía al contrario sentirse nervioso, cuando le mencionó que no lo volviera hacer, eso le dejaba más que claro que observó las fotos. Pero tampoco era para que él replicara algo, si de todos modos por su distracción las envió por error.
Cerró sus ojos y le susurró también, aprovechando aquella cercanía entre ambos.
— No le diga a Milo por favor.
Degel al escuchar esto, rápidamente se alejó un poco de él para tomarlo de los hombros y arreglar esta situación incómoda para ambos.
— ¿Qué te hace pensar que le avisaría a Milo o en dado caso a su hermano? No te haría quedar mal por ello.
— Yo creí que...
Degel cerró sus ojos, estaba a punto de decirle algo más sobre ello, de no ser por la intromisión de Milo gritando por todo el pasillo.
— ¡Camus! — Lo llamaba a lo lejos.
— ¿Te parece si luego hablamos Camus? Milo al parecer te está buscando — Al decir esto tomó su maleta del escritorio.
— ¡Entonces lo buscaré en su casa en la tarde!
No me ha terminado de decir sobre el concurso — Respondió Camus animado cerrándole el paso a Degel.Degel no se esperaba tener a Camus así tan cerca, no supo que responder, simplemente tomó la mano de Camus y depositó un beso en el dorso — De acuerdo... Ahí te veré — Le susurró soltando rápidamente, antes de que Milo llegara verlos de esa forma. A los pocos segundos tocó la puerta pero Degel ya se encontraba tomando la manija.
— Perdón, es que no te vi Camus — De manera repentina pasó a lado de Degel para besar a Camus — Me preocupé por ti siento llegar así, espero no haber interrumpido.
Degel lo saludó de manera formal dejando a ambos en aquel salón completamente solos. No sabía si realmente Camus iría a su casa o no. Y si lo llegaba hacer seguramente iría acompañado de Milo.
Eso solo le dejaba un mal pensamiento...
Al ir Milo, seguramente Kardia también lo haría, ni un solo momento puede estar tranquilo.Con pasos rápidos se fué al estacionamiento, ya era una costumbre encontrar su auto repleto de cartitas y notitas por parte de sus alumnas de la escuela.
No se daba ni el tiempo de leerlas, simplemente las tomaba todas para que llegando a su casa pudiera echarlas a la pequeña chimenea que tenía su sala.También lo hacía porqué Kardia siempre le reclamaba sobre todas esas notas de amor de sus alumnas y uno que otro alumno también.
Típico de un estudiante enamorado de su profesor o profesora.
.
.
.
.
.
.
Milo no quería desaprovechar la oportunidad de estar a solas con Camus en el salón.
Cerró la puerta con seguro y después sacó una correa de cuero.— ¿De donde sacaste eso Milo? — Susurró Camus mirando a la ventana, a la expectativa de que alguien los viera.
— De las cosas que pasó a dejar Kardia esta mañana, pero me servirá para atarte en una silla — Susurró con voz seductora tomando de la cintura a Camus y pegándolo más a su cuerpo — Tendré que conformarme con hacerte un oral aquí... Ya que no me dejas tomarte sin protección — Susurró mientras comenzaba a besar el cuello del contrario, dejando unas marcas notables en su piel.
— Milo, aquí no — Susurró pero era inevitable esa cercanía de su pareja, estaba a punto de ceder cuando el personal de limpieza tocó la puerta del salón para poder entrar y dejar el salón listo para los del turno de la tarde que dentro de media hora llegarían.
— Jóvenes, si tanto estás urgidos váyanse a un hotel, den las gracias que el director ya no está, de lo contrario ya los hubieran suspendido — Contestó un señor de avanzada edad entrando al salón con su escoba y varios materiales para la limpieza del lugar.
Con una mirada divertida, Milo tomó sus cosas y dejó que Camus pasara primero.
— Gracias señor, le debo una — Después de decir esto le dio ligeros golpes en su espalda y dejando un billete en la ropa del personal de intendencia.
Solo lo miró salir del salón corriendo para alcanzar a su amado de cabellos rojizos — Hay joven Milo, si contara las veces que siempre lo he tenido que sacar de los salones con sus insinuaciones... Esta juventud — Negó con su cabeza y siguió con la labor de limpiar el lugar.
.
.
.
.
.
.— Camus mi amor, vamos a mi casa a seguir con lo que dejamos pendiente — Le susurró Milo mientras salían de la universidad, tomándolo de la cintura.
— Lo siento Milo, tengo que prepararme para el concurso del que Degel me estaba diciendo.
El joven heleno rodó los ojos molesto — De acuerdo, te llevaré a tu casa copito.
No le quedaba de otra, tampoco quería ser muy duro con él, porqué de entrada tenía como pareja al alumno más destacado de la escuela y no quería algún día estar en boca de los demás por hacerlo sufrir o tratarlo mal.
Ya buscaría con quien más terminar de desquitar sus ganas..
.
.
.
.
.La tarde llegó, de un momento a otro pronto se vendría una fuerte lluvia, porqué de un día que estaba completamente despejado y soleado pasó a ser nublado y con algunos truenos se escuchaban a lo lejos.
Degel miraba por la ventana de su estudio mientras le daba un trago a su vino, necesitaba despejar su mente para terminar de calificar aquellos proyectos de sus alumnos.— Camus ya no llegó — Susurró mientras observaba su reloj de mano, eran las seis de la tarde.
Terminó aquel contenido de la copa y tomó asiento en su silla para seguir con su labor como docente. Al menos agradecía que aquella lluvia que comenzaba a caer llegara, hoy siendo viernes tendría una noche tranquila sin que Kardia venga y lo haga como sus locos impulsos quieren.
Siete de la noche, terminó de calificar todos los proyectos, el de Camus fué el más sobre saliente... ¿Desde cuando se ha interesado en él? Desde aquella ocasión cuando Kardia le presentó a su hermano Milo quien iba acompañado de Camus.
A los pocos días ingresa como docente y grande fué su sorpresa al darse cuenta que tendría la dicha de ser su profesor.Solo que aquella atracción jamás la hizo muy obvia y con las fotos que llegaron por error lo que logró fué alimentar más su curiosidad.
Levantó todos los documentos del escritorio para colocarlos en su lugar, de pronto el sonido del timbre interrumpió sus pensamientos.
Rogaba para si mismo que no fuera Kardia, pero al abrir la puerta se llevó la gran sorpresa de su vida.
Camus había llegado completamente empapado...— Buenas noches maestro, lamento la demora pero me perdí entre algunas calles — Susurró temblando de frío tratando de buscando entrar en calor abrazándose a si mismo.
❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖
ESTÁS LEYENDO
Escondidos
FanficPor un simple error Camus envía unas fotos a quien menos se lo esperaba... Despertando la curiosidad del contrario... Los personajes no me pertenecen, son de Masami Kurumada y Shiori Teshirogi. La historia es mía Aries_9322. (Advertencia: mucho cont...