- Cinco meses - Dijo el médico que llevaba las consultas de Camus mientras escribía en su receta un poco más de vitaminas para el joven doncel.
- ¿Tan mal se ve? - Cuestionó Surt mirando a Camus.
El médico se retiró los anteojos y los dejó sobre el escritorio, entrelazó sus dedos y miró a los jóvenes de cabellos rojizos que tenía frente a él.
- En un embarazo siempre hay que considerar que deben de alimentarse bien, dormir sus horas correspondientes y sobre todo evitar preocuparse demasiado y el joven Leroux presenta anemia, no se alimenta como debe ser.
- Siento no poder concentrarme doctor - Habló Camus alzando su mirada - Pero la verdad no he descansando desde el día que no sé nada del padre de mi hijo.
- Lo mejor será que estés con alguien que te haga compañía día y noche... No puedes caer en depresión, no es bueno en ti ¿Quieres que te agende una cita con los psicólogos del hospital? - Sugirió el médico tomando la libreta dónde llevaban las relaciones de citas programadas de los servicios del hospital.
- Pero... No estoy loco - Susurro Camus con molestia.
- No es por molestia pero realmente no debes dejar que esto te afecte Camus - Añadió Surt intentando que el pelirrojo entrara en razón.
- De acuerdo, en unos momentos regreso... Necesito otra libreta por qué ésta ya está llena, permiso - El médico que atendía a Camus se acomodó su bata blanca y se levantó de su escritorio, salió con dirección al archivo.
- Te dije que esto no es bueno para ti Camus - Respondió Surt molesto - Tendré que hablar con Deuteros para que pueda estar lo más que pueda contigo. Tus padres ya tomaron la decisión de que Mystoria te cuide en los últimos meses pero aún así mientras le conceden el permiso a tu madre alguien debe estar contigo.
- En realidad a mi lo único que me preocupa es no saber de Dégel.
- Al menos puedo decir que no está presente - Contestó mientras redactaba un mensaje rápidamente para el moreno - De lo contrario su estuviera aquí el padre de tu hijo ten por seguro que ya me estaría amenazando con su mirada por qué detesta verme a tu lado.
- Dégel es así y no importa yo lo extraño y lo necesito - Las palabras de Camus comenzaban a ser un poco melancólicas por qué era cierto, su vida no tenía sentido si realmente no sabía del paradero de su pareja.
- ¡Si pero te hace daño!
Los cambios repentinos de humor de Camus seguían latentes en su cuerpo debido al embarazo, en ocasiones se sentía demasiado sensible y este era uno de esos días.
- Oye no lo regañes ¿No ves que se siente mal?Aquella voz hizo que Surt alzará su mirada para encontrarse con un joven que al parecer era personal del hospital. Su cabello era de color castaño claro, incluso llegaba un poco hasta la nuca el largo de sus hebras, de tez clara y sus pupilas de color celeste, le calculaba unos veinte o veintidós años quizá... En el gafete que portaba se podía leer el nombre de Sigmund.
- Bueno, me es difícil ayudar por qué yo no soy el papá del niño - Intento disculparse alzando los hombros.
Sigmund negó con la cabeza y se acercó al estante dónde guardaban un poco de medicamentos, después de que tomó lo que necesitaba caminó rumbo a la puerta no sin antes hablar de nuevo con ese despreciable pelirrojo de cabellos cortos.
- Seas o no, mejor cambia de actitud con el chico, no seas cruel.
Después de que Sigmund dijo esto, salió del consultorio, mientras que Surt apretaba los puños molesto cuando lo observó salir.
- ¿Este que le pasa?... Metiche - Murmuró con enojo cruzando los brazos - Además ni lo conozco ¿Que se cree para decirme que está correcto y que no?
Nuevamente el médico regresó a su consultorio con la nueva libreta para que le agendará su cita a Camus, aunque hubiera parecido que el cielo escuchara las plegarias de Surt, detrás del médico venía Deuteros listo para llevarse a Camus.
- Espero no interrumpir.
- Creo que es mejor que te deje en sus manos Camus, el te conoce mejor que nadie.
Surt se levantó de la silla, paso a despedirse de Camus y al final estrechó sus manos con los de Deuteros, después de esto salió del consultorio para poder regresar a su casa.
- Me alegra que estés aquí Deuteros, a veces no entiendo los cambios de humor de Surt.
El gemelo menor tomó asiento a lado del joven de cabellos escarlata y lo envolvió en un emotivo abrazo.
- Quizá le moleste el hecho de venir contigo y siempre piensen que es el papá de tu hijo cuando no es así... Quizá sea incómodo para él.
El médico anotó en la hoja de la receta, el horario de la cita de Camus para que pueda asistir a sesiones de psicología, después de esto se los entregó, no sin antes sacar de uno de los estantes dos cajas de vitaminas para el joven doncel.
- La próxima semana te presentas a sesión y veremos cómo te sientes en este tiempo, después te mandaré hacer unos estudios para descartar tu anemia y por favor... Cuídate mucho y alimentate bien, tu pequeño depende de ti.
- Es difícil pero haré lo que pueda - Contestó Camus recibiendo las cajas de vitaminas que el médico le dió.
Deuteros se levantó de la silla, tomó la mochila de Camus y se la colgó en su hombro.
Ambos se despidieron del medio que los atendió y salieron del consultorio, sin embargo la interrogación del moreno no se hizo esperar.- ¿Me puedes decir cómo está eso de que no comes Camus?
- Me regañan hasta peor que Dégel - Camus desvíó la mirada para otra dirección mientras caminaban por los largos pasillos del hospital.
- Conozco a Dégel tiempo atrás y creeme que si te viera en ese estado ya te hubiera regañado una y otra vez. Solo queremos lo mejor para ti y tu pequeño; tenemos la esperanza que Dégel esté vivo y que regrese para hacer su vida a tu lado pero cuando eso suceda, él debe verte fuerte, con entusiasmo... Sabes que no te dejaremos y en especial yo no te dejaré solo hasta que el vuelva.
Al llegar a la salida del hospital ambos detuvieron su andar, Camus observó su entorno, a lo lejos podía ver cómo Surt seguía haciéndose de palabras con aquel joven de cabellos castaños claros, después dirigió su mirada nuevamente al gemelo menor.
- Debes guardarle mucho cariño a Dégel para velar por nosotros Deuteros.
El moreno no estaba en su mejor momento para responder su pregunta, quizá a veces sus acciones demostraban lo que realmente sentía en lo más profundo de su corazón, sin embargo era algo que ni a Camus se lo diría.
- Claro, de hecho a Dégel lo conocí un poco después de su llegada aqui a Grecia... Es muy bien amigo.
Camus agachó la mirada, aún no sabía cómo manejar esos cambios repentinos de sus emociones - Quizá todos tienen razón, Dégel puede aparecer en cualquier momento y yo debo estar listo para recibirlo con los brazos abiertos.
Deuteros sonrió al escuchar a Camus, sin querer lo tomó de la mano y lo llevó hasta la parada de autobuses.
- Me alegra escuchar eso... Vamos a la plaza comercial, debes tener hambre.
- Un poco.
Un taxi se detuvo frente a ellos, el gemelo menor abrió la puerta para dejar pasar al joven de cabellos escarlata primero.
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Escondidos
FanfictionPor un simple error Camus envía unas fotos a quien menos se lo esperaba... Despertando la curiosidad del contrario... Los personajes no me pertenecen, son de Masami Kurumada y Shiori Teshirogi. La historia es mía Aries_9322. (Advertencia: mucho cont...