Escondidos

Capítulo 44 (Soy el que te descontrola)

"Quedamos en tercer lugar"

Degel escuchaba a su adoración escarlata hablar con gran entusiasmo mientras hacía una videollamada con sus padres.

Él también estaba contento por que su amado alumno ganó, quizá no se pudo llevar el primer lugar ni el segundo pero sabía que su esfuerzo había valido la pena y sobre todo él estaría siempre a su lado.

Mientras esperaba que su alumno terminara de darle esa noticia a sus padres, Degel se encontraba en el balcón de la habitación perdiéndose en la maravillosa vista que el paisaje de esa ciudad les ofrecía.
Podía sentir la brisa suave del viento recorrer su rostro así mismo como sus cabellos verdes se ondeaban también.

Sostenía en su mano una copa de vino que había pedido al servicio del hotel.
Esta era la última noche que pasarían en el concurso, simplemente al día siguiente se haría una ceremonia de  clausura y cada quien de nuevo a sus hogares.

— He terminado de hablar con mis padres.

Camus dejó su celular sobre la pequeña mesa que tenían en el hotel, pasó sus manos sobre su cabellera escarlata para poder recogerlo con ayuda de un listón, algunos ligeros mechones rojizo quedaban libres cerca de su rostro.

Dirigió sus pasos hasta el balcón donde Degel seguía con la mirada perdida en el horizonte.

— Aún no sé como se tomarán esta noticia tus padres.

— Lo más seguro es que mi papá quiera matarte — Se burló Camus recargándose en la barda.

Degel se acercó, lo tomó de la cintura y lo acercó a su cuerpo — Lo sé... Pero yo les demostraré que soy capaz de dar todo por ustedes. Además si tengo un hijo me gustaría llamarlo Isaac, no lo sé pero ese nombre me gusta mucho.

— Degel... — Susurró Camus con ternura ante ese acercamiento, llevó sus manos de manera inconsciente sobre el pecho de su querido profesor.

Le gustaba que Degel fuera así con él, lo incitaba a querer ceder aunque fuera el más mínimo roce descontrolando totalmente sus sentidos.

— Esta es la última noche en este sitio Camus y no quiero desaprovechar ni un solo segundo.

Degel tomó su rostro con suavidad, delineó con la yema de sus dedos los finos y delgados labios de su adoración escarlata quien ante ese suave tacto dejó escapar un ligero gemido mientras cerraba sus párpados.
Se acercó repentinamente para poder besarlo, Camus podía sentir su lengua jugar con la suya profundizando ese beso con sabor del vino que Degel había estado tomando.

El joven de cabellos escarlata colocó sus brazos alrededor de su cuello, ese beso se profundizaba aún más entre sensualidad y deseo.

Esa era su debilidad de su maestro, se perdía fácilmente en el alcohol y aún más... esa botella que había pedido su amado profesor era una muy buena botella de reserva.

— Eres una adicción para mi Camus.

Habló su maestro entre ese beso mientras guiaba a su alumno hasta la cama, sin romper ese beso demandante donde los dos parecía que el mundo se fuera acabar.

— Me vuelves loco Degel... Haces que tan solo con unas caricias tuyas se enciendan mis ganas de que me tomes en cualquier lugar.

Camus podía sentir como Degel lo acostaba sobre el colchón mientras quitaba ese nudo de la bata que Camus llevaba puesta.
Mucho antes de hablar con sus padres se había dado una ducha y al salir habló con ellos.

— Y a mi me encanta tenerte en mis brazos mon amour.

Al retirarle ese nudo, Degel abrió esa bata de baño y notó que su belleza escarlata se había colocado dos ligas rojas de encaje coqueto en sus bellas y perfectas piernas.

— Sabes como volverme loco Camus.

Degel descendió lentamente por el vientre de su adoración escarlata quien no paraba de gritar su nombre ni de enterrar sus dedos en esa  cabellera verde al sentir como la boca de su profesor envolvía su miembro totalmente despierto.

Luego con la punta de su lengua fue bajando por su entrepierna para llegar a esa entrada. Levantó un poco la cintura de Camus y como si de un dulce se tratara, Degel comenzó a deleitarse metiendo la punta de su lengua en ese estrecho lugar.

— ¡Oh Degel! ¿Qué haces?

Cuestionó Camus pasando sus manos por su cuerpo tratando de calmar esa ardiente sensación que lo quemaba poe dentro y también que lo volvía loco.

— Cumpliendo cada uno de tus dulces deseos mon amour.

Respondió el profesor pasando sus dedos sobre aquellos detalles rojizos que Camus llevaba en sus piernas.

De manera repentina Degel se levantó y le ayudó a Camus a colocarse en cuatro. Se bajó la cremallera de su pantalón, tomó su duro y lubricado miembro a causa de tan solo ver a su belleza escarlata y lo llevó hasta su interior que había preparado momentos atrás con la ayuda de su lengua.

— ¡Camus... Aprietas delicioso!.

El joven de cabellos escarlata contraría sus paredes al sentirse lleno con el falo de su profesor.
Con sus uñas apretaba las sábanas del colchón sin dejar de gritar el nombre de su profesor.

Degel pasaba su mano diestra por toda la suave y pálida piel de la espalda de su amado alumno, mientras veía sus largos y sedosos cabellos moverse de un lado a otro.

— ¡Oh Degel justo...! — No terminó de poder hablar, Camus echó la cabeza para atrás cuando la punta del falo de su profesor había tocado su punto dulce.

— ¿Justo aquí verdad? — Sonrió Degel con un toque de malicia, llevó sus manos a la cintura del menor e intensificó los movimientos mientras su alumno deliraba de placer.

La habitación se había llenado de gemidos y sonidos por la entrega de ese par de amantes que se dejaban llevar por sus más escondidos instintos.

La cabecera de la cama golpeaba una y otra vez la pared, las sábanas que cubrían el colchón yacían en el suelo.

Camus al sentirse estimulado no pudo evitar liberarse sobre la cama mientras que Degel le encantaba terminar en el interior de su belleza escarlata.

Las ansias le comían por querer pedir su mano de una vez por todas y llevarse a Camus a vivir con él y formar una familia a su lado.

Algo que siempre había deseado.

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Lo sé dirán que estos dos parecen conejos 😁😁😁 pero pues es su última noche juntos y necesitan su tiempo a solas, después tendré que regresar y ahí si prepárense para lo que viene.
Los quiero 🥰🥰🥰