- ¡Tu no eres así Dégel! ¡No eres un asesino, no dejes que esa mujer juegue con tu mente!
La voz de Camus paralizó al joven profesor totalmente, nuevamente le pedía encarecidamente que no lo hiciera. Pero por otro lado se veía obligado a realizar ese trabajo para evitar más desgracias.
- Camus, quiero que sepas que te amo demasiado, no me perdonaría que algo malo te suceda...
Un disparo se hizo presente en ese momento, no provenía de la pistola que Dégel sostenía en sus manos, ni mucho menos en la de Fraille, aquel disparo fue lo suficiente para que por instinto Fraille soltará el arma.
Las puertas abriéndose para dar paso a un hombre de cabellos castaños cortos que entraba con pasos firmes portando un chaleco antibalas acompañado de una sonrisa que Camus reconoció de inmediato.- ¡Señor Dohko!
- ¿Creyeron que los dejaríamos solos? - Habló el castaño entrando a escena para desarmar de una vez por todas a esa mujer que solo ocasionaba molestias desde hace muchos años atrás.
- Pero qué... - Dégel se llevó una mano a su cabeza por qué no entendía nada de lo que estaba sucediendo, además Camus conocía a la persona que entró pero él no.
- Sabíamos que está mujer estaría detrás de ustedes... Digamos que solo le dimos un poco de ventaja usandolos cómo presa fácil. Al principio dudé de usarlos como carne fresca pero no teníamos opción, está mujer se esconde muy bien de nosotros.
Dohko se agachó para inmovilizar sus manos con ayuda de unas esposas, las demás personas que venían a su mando comenzaron a realizar una revisión por aquellas ruinas para verificar algún otro detalle en la búsqueda, además de esperar el servicio del forense para que se llevarán el cuerpo de Zaphiri.
- ¿Entonces todo terminó? - Inquirió Camus tomando del brazo a Dégel para evitar que tomara de nuevo el arma por algún arranque de enojo.
- Todo se acabó joven Camus, pueden estar tranquilos... Está mujer pasará un largo rato en la cárcel, pero como tiene varios antecedentes en su contra quizá reciba cadena perpetua. Muchos inocentes murieron en sus manos ¿No es así, dama Fauré?
Cuestionó Dohko en un tono altivo, la tomó con brusquedad y le ordenó a su gente que la escoltaran mientras llegaba la patrulla, tenía un vuelo listo a su país para ser deportada y tuviera un juicio por las irregularidades que le fueron encontradas en la mansión.
- ¡Al fin! - Camus se abalanzó a los brazos de su amado profesor, pero está vez Dégel correspondió aquel gesto, gracias a las presiones de Fraille había logrado recordar parte de su vida y en ella se encontraba Camus sin duda.
- Siento haberte ignorado todo este tiempo Mon amour - Susurró el joven profesor envolviendo en un cálido abrazo a su adoración escarlata.
Dohko quien miraba aquella escena con ternura dió por terminada su labor. Ahora tenía un nuevo proyecto en su vida, estaba harto de seguirle la pista a los delincuentes y malandros de la sociedad.
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Escondidos
Hayran KurguPor un simple error Camus envía unas fotos a quien menos se lo esperaba... Despertando la curiosidad del contrario... Los personajes no me pertenecen, son de Masami Kurumada y Shiori Teshirogi. La historia es mía Aries_9322. (Advertencia: mucho cont...