- Pueden levantarse.Fue la orden de Seraphina al salir de aquella mansión. Milo se incorporó de inmediato para poder ayudar también a Charlotte, aunque con esa cercanía lo único que el griego logró fue que su corazón latiera al mil por hora.
Era agradable sentirse nervioso como en su juventud, aunque no podía mezclar los sentimientos que comienzan a florecer con la misión de encontrar a Dégel Faure.- Estoy en deuda contigo dama Seraphina.
- No es necesario tanta formalidad Milo, quizá soy un poco mayor que ustedes pero prefiero que solo me digan por mi nombre.
La joven seguía con la mirada al frente, su mano izquierda al volante y la otra sobre la palanca.
Charlotte se miraba en el espejo del retrovisor para poder peinar sus cabellos castaños aunque no se percataba de forma en la que Milo la observaba.- ¿Eres mayor que Degel? - Cuestionó Milo con asombro.
Seraphina movió su cabeza asintiendo ante esa pregunta - Le llevo dos años a Dégel, es por ello que tampoco tenía interés en el amor que supuestamente me profesaba... Aunque creo que con la llegada de ustedes lograron que se me cayera la venda de los ojos.
- No del todo Seraphina - Habló Milo mientras su mirada se posaba en el exterior. Disfrutaba de aquel paisaje citadino nocturno, uno muy distinto al de días anteriores. Si bien desde que llegó le costaba buscar hoteles que estuvieran al alcance de su bolsillo, ahora disfrutaba de ir en un auto de último modelo color gris en compañía de una dama muy refinada, tambien amable y la otra era aquella hermosa joven que le brindo su ayuda, que creyó en él aunque lo mas importante era que no lo había dejado solo; podía sentir como sus manos comenzaban a sudar tan solo con el ligero roce con Charlotte.
- ¿Hay más cosas que deban revelarme? - Cuestionó mirando a los jóvenes por medio del retrovisor sin dejar la labor de manejar.
- Así es - Se quedó callado unos momentos - Aunque solo quisiera saber primero sobre aquella mujer que mencionó hace unos momentos atrás... La señora Garnet ¿Quien es?
La dama de cabellos plateados dió la vuelta para la derecha, su mansión no estaba demasiado lejos, se podía divisar un enorme portón de madera en tono caoba, rodeado de una gran barda de piedra.
- Ustedes son muy misteriosos - Susurró Seraphina mientras quedaba frente a la puerta esperando que el guardia encargado de la entrada le diera acceso.
- Esto es muy difícil de creer lo sé, incluso en la mañana que conocí a Charlotte tuve que hacerle un resumen rápido del por qué estaba aquí.
- La señora Garnet vive conmigo después de un trágico accidente donde su casa se quemó totalmente, ella no recuerda mucho, dicen que cuando alguna persona se acerca a ella para cuestionarla sobre su pasado, intenta escabullirse para no hablar de ello.
Milo se quedó callado unos momentos, si algo que tenía es que no sabía hablar ni tener paciencia con las personas, sin embargo prefería ser directo.
La puerta de la mansión se abrió dejando ver la casa que la familia de los García poseía, aunque en tamaño era más pequeña que la de Faure, no quitaba el hecho de que a Milo le parecía un poco más acogedor a diferencia de la otra.
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Escondidos
Fiksi PenggemarPor un simple error Camus envía unas fotos a quien menos se lo esperaba... Despertando la curiosidad del contrario... Los personajes no me pertenecen, son de Masami Kurumada y Shiori Teshirogi. La historia es mía Aries_9322. (Advertencia: mucho cont...