Capítulo 51 (Coraje y valor)

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Aquellos recuerdos atormentaban a Kardia en lo más profundo de sus pensamientos

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Aquellos recuerdos atormentaban a Kardia en lo más profundo de sus pensamientos.
Aunque el personal del hospital lo mantenía sedado por su comportamiento violento ante los demás tuvieron que hacerlo antes de que hiciera algo de lo que pueda arrepentir todo el resto de su vida.

No fue difícil para el psiquiatra del hospital diagnosticar un trastorno en él, en cuanto se recupere de sus heridas profundas causadas por el auto de su expareja; pronto sería internado en el hospital de psiquiatría de la ciudad para que Kardia sea tratado por aquel problema que lleva en su vida.

Aún podía recordar parte de lo que había sucedido en ese momento entre Degel y él:

Flash back

Mientras sostenía un vaso de cristal en sus manos, su mirada se posaba en la ventana con vista al exterior.
La paciencia no era algo que fuera su mayor virtud pero con tal de enfrentar a Degel trataría de no perder los estribos... Aunque eso no garantizaba que lo tratara bien.

Minutos después de mandarle aquel mensaje no demoró mucho el francés en llegar; miró como dejo su auto estacionado afuera de su casa.
Dejó el vaso donde tenía un poco de licor sobre la mesa y se acercó a la puerta para poder recibirlo.

- Vaya y yo pensé que no vendrías.

Se burló con un tono altanero y se hizo a un lado para dejarlo pasar a su morada.

- No estoy aquí por gusto Kardia. Necesito arreglar esta situación de una buena vez.

Kardia le regaló una sonrisa con un toque de malicia, haciendo de cuentas que nada pasaba.

- Adelante.

En ese momento le hizo una señal para que lo siguiera hasta la sala.
Degel al principio dudó, pero en ese momento desvió su mirada a su auto y logró ver que un sujeto vestido totalmente de negro, con gafas de sol y capucha negra se acercaba a su auto.
Quería regresar y enfrentar a ese tipo pero Kardia le gritó desesperado.

- ¡Te estoy esperando Degel!

No tuvo más opción, entró a la casa de Kardia con la angustia de aquel sujeto rodeando su auto.

- Siéntate.

Le pidió Kardia cuando lo miró dentro de su casa mientras el francés cerraba la puerta lentamente.
Una extraña corriente recorrió su cuerpo al sentirse presa de la mirada intimidante que Kardia le daba.
Jamás lo había visto de esa manera donde podía hacer sentir miserable al contrario.
Tenía que tomar valor y enfrentarlo de una vez por todas; tomó el aire suficiente para llenar sus pulmones y trató de relajarse lo más que pudo.
Con pasos firmes se sentó en el sillón mientras observaba a Kardia servirle un trago de la botella de alcohol que tenía sobre la mesa.

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