Capítulo 55 (¿Qué Camus qué?)

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Ecarlate esperaba que su hijo comenzara hablar, pero notaba su nerviosismo en sus manos

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Ecarlate esperaba que su hijo comenzara hablar, pero notaba su nerviosismo en sus manos.
Por parte de Mystoria no entendía porqué ese adorable hombre de tez morena y cabellos largos en tono azul tomaba la mano de su hijo.
¿Acaso ya había dejado a Milo de una vez por todas y lo cambió por ese caballero que ronda aproximadamente los veintisiete años? No sabía que su hijo tenía esos gustos por los mayores.

— ¿Yo? — Susurró nervioso Camus, en ese momento apretó las manos del gemelo menor.

— Camus tiene algo importante que decirles — Agregó Deuteros dando unos empujoncitos al joven de cabellos escarlata.

— Yo, quería mostrarles mis resultados del estudio pero no los encuentro — Respondió Camus con la mirada en el suelo.

"Estudios" en ese momento Ecarlate se imaginó que su hijo se refería a una situación de la escuela. Tomó una gaseosa de lata que Mystoria le había traído, la destapó con cautela para no hacer ruido, y comenzó a darle algunos tragos.

— Yo... Estoy esperando un hijo.

Cuando Ecarlate escuchó que su amado Camus tendría un hijo escupió toda la gaseosa y terminó cayendo en la alfombra acompañado de una tos; Mystoria acercó unas servilletas para limpiar el desastre que su esposo hizo ante la noticia repentina de su hijo.

— ¡Camus... ¿Qué estás qué?! — Murmuró molesto con los puños cerrados y apretando la lata de gaseosa con enojo.

Deuteros solo miraba aquella escena estupefacto, jamás se imaginó que el padre de  Camus reaccionara de esa forma... Aunque si se ponía en su situación como padre si sería una noticia que a más de uno le sorprendería. Sobre todo porqué sabe que Camus es muy joven aún y tomando en cuenta la edad de Degel se llevan por casi cinco años de diferencia.

— Estoy esperando un hijo — Susurró tratando de no observar a sus progenitores a los ojos.

Ecarlate se llevó sus dedos al puente de su nariz y tomó un poco de aire para controlarse, Mystoria se encontraba a la expectativa de la situación por si en dado caso su esposo perdía la razón causada por la molestia.

— Entonces quiero imaginar que usted es el padre — Contestó Ecarlate señalando al gemelo menor.

Ante esto Deuteros negó totalmente con sus manos — Lo siento, no soy yo... Si estoy aquí es por ayudar a Camus a enfrentar esta situación.

— ¡Entonces háblale a tu noviecito ese de una buena vez!— Exclamó muy exaltado Ecarlate mirando a su hijo.

Fue en ese momento que Camus levantó su mirada para encontrarse el rostro furioso de su padre porqué sabía perfectamente que su progenitor odiaba a Milo sobre todo.

— No, no es Milo tampoco.

Mystoria se llevó su mano a su boca asombrado... No podía creer que su hijo estuviera esperando un hijo y que este no sea del joven moreno que está sentado a su lado ni su novio Milo.
¿Pues en donde se va a meter Camus?

— El padre de ese pequeño no está aquí señores — Respondió Deuteros enfrentando la situación.

— Entonces... ¿Te hizo el favor y se largó? — Cuestionó molesto Ecarlate, si así fuera el caso él se encargaría de moler a golpes al sujeto causante de eso.

— Es una situación complicada, el padre de ese pequeño que Camus espera está desaparecido, ya hice la denuncia y se activó el protocolo de personas desaparecidas... Solo nos queda esperar que aparezca — Contestó Deuteros tratando de mediar la situación tensa que se vivía en esos momentos — El padre de ese bebé estaba dispuesto a venir personalmente a enfrentar esta situación sin embargo la última vez que se le vio fue saliendo de su casa y su auto es el que apareció destrozado a las afueras de la ciudad.

Mystoria se llevó una mano  a su pecho con preocupación — Dégel... ¿Verdad?

Ecarlate miró a su pareja con asombro y también con molestia, cómo sabía que se trataba del maestro de su hijo.

— En el periódico salió, Ecarlate — Le contestó mirando a su esposo — El auto destrozado era de su maestro de Camus, aunque solo mencionaron que hubo un sobreviviente que se encuentra en el hospital muy grave en cuestión salud.

— Dégel es el padre de mi hijo — Contestó Camus sintiendo en ese momento un nudo en su garganta, sumando a ello la preocupación de no saber el paradero de su amado maestro — Solo puedo decir que Dégel a pesar de ser mi profesor es la persona más cálida y dulce que pude encontrar en la vida, estaba dispuesto a venir sin embargo cuando regresamos del concurso salió repentinamente y ya no regresó.

Ecarlate se levantó del sillón — En seguida vuelvo, debo hacer una llamada urgente — Tomó el teléfono inalámbrico de la casa y se dirigió a la cocina.

— Espero que hagas las cosas bien Camus, si necesitas terminar la relación con quien era tu pareja, hazlo. Desde hace tiempo atrás me di cuenta de la cercanía entre ustedes dos.

Camus no podía creer lo que escuchaba, Mystoria se había dado cuenta de esa cercanía entre ellos dos — Pero... ¿Cómo?

— La manera en la que te mira tu maestro es muy tierna y dulce, aquel día que te trajo a casa lo noté muy nervioso. A mi no engañas que aquel día que regresamos su auto estaba aquí afuera y quiero imaginar que aquí estuvo porque nos sacaste de la casa con el pretexto de ir a desayunar.

Ante esto Camus no pudo evitar sentirse más nervioso de lo que ya estaba, sin querer se aferró al brazo del gemelo menor para seguir escuchando a Mystoria.

— Aunque debo decirles que por un momento pensé que usted era pareja de mi hijo — Le respondió señalando a Deuteros.

—No, claro que no — El moreno negó totalmente con sus manos — Si acompañé a Camus es porqué Dégel es un amigo mío y no pienso dejar a la deriva a ese pequeño hasta que él regrese.

— Es usted una persona maravillosa joven Deuteros, le agradezco que no deje a mi Camus solo.

Mystoria le sonrió después de decirle esto, ahora solo quedaba que Ecarlate regresara al terminar aquella llamada.

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