Capítulo 78 (Recordar es vivir)

114 14 34
                                    

- Dime que esto es solo un simple sueño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Dime que esto es solo un simple sueño.

Camus nuevamente se aferraba a los brazos de su amado profesor, desde hace mucho tiempo había deseado sus abrazos, sus palabras y halagos, sobre todo sus atenciones.
El simple hecho de que le hayan dejado a Dégel en su casa como si de un paquete se tratara no ayudaba en mucho que lo recordara y eso en el fondo de su corazón le dolía bastante.

Era como volver a empezar desde cero, aunque disfrutaron de un beso inesperado no lo sentía como cuando se dejaban llevar por sus impulsos, no sentía el mismo deseo que Dégel lo hacía sucumbir ante sus brazos y caricias.

- Dégel, se que esto es algo repentino, son muchas emociones desde que te sacaron de Francia pero yo aún no puedo lograr poner en orden mis pensamientos, en ocasiones caigo en la depresión por mis cambios de humor debido al embarazo; he tenido la ayuda de varias personas que me ayudan desinteresadamente.

El joven de cabellos escarlata se levantó de la cama para quedar frente al espejo del tocador, de manera inmediata Dégel se incorporó del colchón para seguirle los pasos, sin pensarlo dos veces se acomodó detrás de Camus colocando su mano sobre su cintura, apoyó su mentón en su hombro mientras observaba fijamente el reflejo de ambos juntos.

Necesitaba hacer el esfuerzo de recordarlo, no le agradaba verlo con ese semblante triste y preocupado por él; si pudiera daría todo con tal de recordar todos los momentos que vivieron juntos.

- No quiero dormir.

- ¿Por qué no?

Camus pasaba sus manos sobre su vientre, nuevamente levantó la mirada para encontrarse con esos bellos iris de tonalidad violeta que tanto le gustaba.

- Temo perderte de nuevo.

- ¿Significó mucho para ti?

- Como no tienes idea... Jamás te dije algún te amo pero en realidad siempre lo hice, siempre tan atento conmigo, la persona que pretende ser fría pero guardando un cálido amor por mi.

Dégel bajó  sus manos al vientre de Camus, los movimientos eran perceptibles ante su tacto, sonrió al ver esa imagen de ellos frente al espejo, solo ellos dos y próximamente serían tres.

- Entonces hazme recordar todo lo que siempre te ha gustado de mi, enséñame de nuevo lo que es amar y perder la razón por alguien, haz que tu aroma se quede en mis recuerdos hasta mi último día...

Dégel giró a Camus para quedar frente a él, tomó su rostro con suavidad; el silencio fue lo que reinaba en esos momentos, dejarían que sus corazones latieran juntos dejándose llevar por el momento.

Camus colocó sus brazos rodeando el cuello de su amado profesor mientras que el contrario aprisionaba contra la pared a su querido alumno, teniendo mucho cuidado de no lastimar su abultado vientre.

A Dégel lo que le ayudaba a entrar en confianza con Camus eran sus palabras y el aroma que desprendía de su cuerpo, esa fragancia que usaba de notas dulces lo ayudaba a recordar más.

Mientras sus labios nuevamente se unían en un solo beso a su mente comenzaban a llegarle unos recuerdos borrosos dónde se encontraban los dos en una habitación diferente dónde ambos se encontraban en la cama, sus pensamientos cambiaron cuando Camus le habló entre aquel beso que amaba las palabras que tanto le decía en el oído.

- Camus...

- Dégel...

Ambos susurraron entre sus labios, Dégel fue quien tomó la iniciativa de recorrer con la yema de sus dedos la espalda de Camus quien al sentir ese tan anhelado tacto dejo escapar un ligero gemido.

Dégel comenzaba una lucha interna en su mente, imaginando como luciría Camus si terminarán más allá de esas simples caricias.
En el fondo algo le decía que deseaba dejar marcas en esa tersa y aterciopelada piel, que tal sonrojado estaría Camus si lo tata entre sus brazos dejándose llevar por sus deseos reprimidos después de mucho tiempo.

- Esto fue lo que nos llevó a caer ¿No es así?

Cuestionó el joven profesor uniendo su frente con la de Camus después de ese beso, aunque su amado alumno estuvo por responder aquella duda el sonido proveniente de la entrada fue lo que terminó interrumpiendo ese momento.

- ¡Mis padres ya llegaron! ¿Que hago?

De manera inmediata Camus alejo a Dégel de un leve empujón, se dirigió al tocador para pasar sus manos sobre su alborotada cabellera rojiza intentando acomodarse para evitar preguntas curiosas por parte de sus padres.

- ¿Los conozco? - Preguntó Dégel tomando asiento sobre el borde del colchón.

- De hecho solo los conociste cuando hablamos sobre el concurso de la universidad, mis padres no pudieron acompañarme así que tú fuiste conmigo.

- Entonces siempre hemos estado juntos.

- Demasiado.

La presencia de otras voces se hizo presente en la habitación de Camus, justamente cuando la puerta se abrió revelando la presencia de sus padres.

- Camus cariño...

Mystoria se quedó sin palabras al ver que su hijo se encontraba en la habitación con el profesor de la universidad y ahora futuro yerno de la familia.

Detrás de él llegó Ecarlate quien ingresó a la habitación de manera repentina después de que Dohko lo mantuvo al tanto de todos los movimientos que pasaban respecto al caso del profesor Faure.

- Papá, mamá... - Camus se acercó a ellos con cautela intentando evitar que tratarán a Dégel con desdén y desprecio después de aparecer nuevamente con el, también no quería que su padre se enfrentará a Dégel por el motivo del embarazo, no después de que la memoria le sigue fallando.

Sería una desventaja para el joven profesor.

- No tienes nada que explicar Camus - Interrumpió Ecarlate al ver que su hijo intentaba mediar la situación.

- Pero yo no sé que decir, no cuando lo vinieron a dejar aquí conmigo por qué allá afuera corre peligro.

- No te preocupes por ello hijo, Dohko el amigo de tu padre está al tanto de la situación - Habló Mystoria para calmar ese momento de tensión que no ayudaba en mucho.

- Así como nos enteramos que el señor Faure estaba desaparecido le pedí de favor a Dohko que estuviera al tanto, incluso jamás me imaginé que el hijo de Zaphiri tuviera el valor de ir a buscar a tu prometido en Francia. Creo que me equivoqué al juzgarlo mal. Pero cuando recupere la memoria ten por seguro que hablaré muy seriamente con él - Al decir estas últimas palabras miró fijamente a Dégel quien no entendía nada de lo que hablaban.

- Por eso llegamos de una vez Camus, al parecer una señora está detrás del joven Dégel, ya se mandó a pedir seguridad privada para nuestro entorno por cualquier situación que llegue a ocurrir. Lo mejor es que no salga de aquí - Contestó Mystoria mirando fijamente a Dégel.

- Todos hablan y yo no comprendo nada - Se quejó Dégel al escuchar que el tema central era él pero sin razón justificable - Me siento desplazado.

- No puede salir por qué su vida peligra joven - Ecarlate se fue acercando - Lo que si puedo ir haciendo es darle la bienvenida a la familia, de ahora en adelante forma parte de nosotros y sin duda de la vida de mi Camus.

Ecarlate extrechó un abrazo con un confundido Dégel, era lo que podían hacer en este momento, ya después tendrá tiempo de reclamarle por haber tocado a su retoño.

- Bienvenido joven Faure... O mejor dicho joven Leroy - Agregó Mystoria con una cálida sonrisa, según por palabras de Dohko, les había revelado parte de la verdad entre ellas que el apellido Faure no era propio de la familia.

Aun quedaba conocer que acciones tomaría esa mujer contra Dégel.

💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️

Escondidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora