Capítulo 8 (Buscando excusas)

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Ambos más relajados se encontraban abrazados mientras Degel acariciaba sus largos cabellos escarlata.

— Adoré este momento, se lo agradezco.

— Camus... — Susurró el profesor mirando a los ojos de su amado — Cuando estemos solos quiero que me digas solo Degel y no me trates de usted aquí, en la escuela quiero que mantengas la postura y solo llevemos una relación de alumno profesor. Amo tu compañía pero lo que menos quiero es buscarte problemas — Al decir esto besó con sutilidad la frente del joven.

— No me las darás, lo sé — Susurró colocándose sobre su pecho — Cambiando de tema... ¿Podrás prestarme algunas prendas para regresar a mi casa?

Degel sonrió y se levantó de la cama — Claro que si, espérame aquí... En la otra habitación tengo ropa que no me queda, seguramente te sentará bien y no te quedarán grandes como las que ayer te di  — Al decir esto se colocó una bata que tenía lado de su cama y se fué a buscar lo que necesitaba.

Camus sonrió, con dificultad se levantó de la cama y se cubrió con la sábana, caminó para poder tomar su pequeña mochila que traía ayer, la cual terminó aventando cerca del baño cuando Degel le pidió que se diera una  ducha.
Estaba un poco húmeda pero al menos su celular y su cargador no se mojaron con la lluvia.
Lo primero que hizo fué buscar un contacto para poner a cargar su celular, mientras comenzaba a cargar, lo prendió.

Cuando estaba completamente encendido se dio cuenta que tenía varias llamadas de sus padres, mensajes de la noche anterior de Milo y uno más que iba entrando de su amigo Mu.

Lo abrió para poder leerlo:

Camus, no sé en donde estés metido pero tus padres ya me marcaron para saber si estabas conmigo. Tuviste suerte que Milo no contestara su celular, de lo contrario estarías en muchos problemas... ¿Pues a donde te fuiste?
Cuando puedas respóndeme, estoy preocupado por ti.
Tuve que hacer de cuenta que mi línea estaba fallando porqué no supe que responder.

                                              Mu

— ¡Cielos! — Gritó preocupado pero Degel iba entrando, escuchó que algo le preocupaba a Camus.

— ¿Qué ocurre mon petit? — Cuestionó Degel preocupado con la ropa entre sus manos.

— ¡Mis padres están buscándome! — Dijo muy alterado — Quizá acaban de llegar y no me vieron en la casa — Susurró dejándose caer en la cama.

Degel cerró sus ojos y se acercó a él — Mándale un mensaje a tus padres, pídeles una disculpa por la demora, en unos momentos te llevo a tu casa... Déjame el resto a mi — Después de decirle esto tomó su rostro y besó su frente de manera tierna.

— Tendré que darme otro baño, no puedo llegar así — Susurró por la cercanía de Degel.

— Adelante... Sólo avisale a tus padre primero, menciona que tuviste un imprevisto y en unos momentos llegas.

Camus sonrió después de escuchar esto, de alguna extraña manera Degel le daba esa confianza que necesitaba, nuevamente tomó su celular y comenzó a redactar el texto.
Degel se encontraba en el baño dejando la ropa que le prestaría a Camus.
El joven de cabellos escarlata dejó su celular cargando y se acercó a Degel colocándose detrás cubriendo sus ojos con sus manos.

— Camus  — Susurró Degel ante la cercanía de su estudiante — Será mejor que te metas a dar un baño, antes de que se nos haga tarde.

— Porqué mejor no nos damos un baño juntos entonces — Susurró Camus con una mirada traviesa colocándose de frente a su profesor.

— Eso estaría de maravilla— Susurró tomándolo de la cintura y acercándolo a el para besarlo — Pero hay que llegar lo más pronto posible con tus padres, ya tendremos tiempo de estar juntos nuevamente — Le respondía sin dejar de romper ese momento.

Camus simplemente asintió con una tierna mueca, la noche a su lado había sido maravillosa pero cuánto tiempo ahora tendrían que esperar para que nuevamente se vuelvan a ver.

— Tenemos que ser más discretos Camus, si ambos queremos seguir viéndonos. Cuando estemos frente a los demás, no nos saludemos ni de beso por favor, de lo contrario sospecharán que tu y yo nos entendemos.

En esa parte Degel tenía razón, no podían andar por las calles como dos enamorados porqué aún tenían en su vida a sus respectivas parejas. Sumando a eso que no sería muy bien visto que un profesor y su alumno lleven una relación.

— Tienes razón Degel, me será muy difícil verte en la escuela como si nada pasara.

Degel lo abrazó colocándolo sobre su pecho — Ya buscaremos la manera en la que ambos podamos vernos... Mientras bañate, yo usaré el de abajo para ya no perder tiempo, necesitamos llegar rápido a tu casa antes de que tus padres se impacienten — Después de decir esto, lo soltó lentamente para darle su espacio y pudiera bañarse.

Salió, cerró la puerta y sacó ropa de su armario pata meterse a bañar.
Ayer fué algo tan repentino y mágico que a decir verdad, no se arrepentía.




No demoraron mucho en bañarse, ambos tuvieron que usar la secadora de cabello y arreglarse como si nada hubiera pasado.
Degel se sonrojaba  cada vez que pasaba Camus a su lado, verlo con sus prendas que ya no le quedaban, de cierta forma se le hacía tierno verlo así.

El desorden que quedó por la entrega de la noche, se quedó así.
Estaban a buen tiempo, se subieron al auto de Degel para llegar lo más pronto posible a Camus con sus padres y evitar que siguieran llamando, de lo contrario los problemas se volverían más grandes y no, claro que no podían dejar que eso pasara.





— A la derecha de esta esquina y llegaremos a mi casa — Señaló Camus con un poco de nostalgia, estaban esperando el cambio del semáforo, daría lo que fuera por seguir a lado de Degel sin que nadie los interrumpiera.

— Te noto triste Camus ¿Sucede algo? — Cuestionó Degel sin quitar la vista del parabrisas, esperando el cambio.

—Si... ¿Porqué la vida es injusta? ¿Porqué no puedo estar más tiempo contigo? — Susurró el joven con desgano.

— Porqué nos conocimos en el momento equivocado, solo espero que esto no nos traiga muchos problemas... Y si algún día podemos irnos lejos de todo esto — Contestó Degel tratando de levantarle los ánimos, no le gustaba verlo de esa forma.

— Tienes razón — Justo en ese momento Camus se levantó rápidamente de su asiento y le robó un beso a su profesor.

— ¿Eso te cambió el ánimo verdad? — Solo miró como  Camus asintió, tomó nuevamente el volante y la palanca de velocidades, el semáforo marcaba el siga.






Como era de esperarse, afuera de su casa estaba Mystoria y Ecarlate esperando a su único hijo, estaban preocupados por el cuando Camus les mencionó que tuvo un inconveniente.

Degel se estacionó, dejó que Camus bajara de auto y saludara a sus padres, se colocó sus guantes y se bajo también para minimizar el regaño a su amado.

— Buenas noches padres del joven Camus, mi nombre es Degel y soy el maestro de su hijo en la universidad — Se presentó haciendo una leve reverencia ante ellos con un porte elegante.

Mystoria y Ecarlate se quedaron asombrados al ver que su hijo iba acompañado por uno de sus profesores.

Por su parte, Degel y Camus trataban de controlarse, no podían ponerse nerviosos ante ellos, de lo contrario eso los delataría...

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Ahora si, les dejo este capítulo y ya 😅 hay no sé me comen las ansias por esta sube y sube esta historia pero no...
También mis demás historias necesitan mi tiempo

Los quiero, les mando un abrazo 🥰🥰🥰🥰

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