Capítulo 89 (Te quiero entregar, mi corazón)

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Pensaba que al despertar lo encontraría a su lado pero no fue así. Dégel se había marchado a su trabajo desde muy temprano así que lo único que Camus encontró en la cama fue una nota de su pareja donde le pedía que en la noche se pusiera más bello de lo que ya es, junto con una dirección y una hora exacta para llegar.

Situación que a Camus le pareció algo lindo, aunque no sabía que plan traía entre manos decidió hacer caso a la nota.
Pasó toda la mañana en casa de sus padres y al caer la tarde fue Garnet quien se ofreció a cuidar del pequeño Isaac mientras Camus tomaba un baño relajante para poder prepararse a la cita que Dégel actuaba de manera misteriosa.

Nuevamente decidió por usar aquellas prendas que en un inicio Dégel le ofreció cuando terminaron en esa misma habitación después de ese error con las fotografías que Camus le envió sin querer, después de todo gracias a ese acontecimiento los dos terminaron juntos, de lo contrario cada uno de ellos seguiría con la idea de estar en una relación donde les faltaba ese amor que tanto anhelaron los dos.

Cuando termino de prepararse y vestirse, bajó a la sala para poder despedirse de su pequeño Isaac y de Garnet quien cuidaba gustosa a su amado nieto.

- Camus querido - Lo llamó Garnet mientras tomaba unos juguetes - Que bien te sienta ese atuendo.

- Gracias - Respondió Camus un poco nervioso - La verdad es algo que Dégel me dió hace tiempo.

Claramente no le diría la historia detrás de esas prendas, era algo que solo le pertenecía a Dégel y a él.
Se acercó a su pequeño hijo para despedirse, también para darle su beso de buenas noches como todos los días.

- Sin duda eres igualito a tu papi - Sonrió Camus al tenerlo en sus brazos mientras sostenía sus manitas.

- Ni como niegue a su hijo - Garnet se acercó para cuidarlo en la ausencia de sus padres, ella sabía de ese plan que Dégel tenía previsto, pero no podía decir nada de aquella sorpresa, aunque las ganas de querer hablar  no la dejaban en paz, no tuvo remedio más que aguantar y hacerse la desentendida.

- Bueno, es hora de irme. Dégel me pidió llegar puntual.

Camus tomó su abrigo de la perchera junto con sus llaves, salió de la casa y esperó que un taxi privado lo recogiera para poder llevarlo hasta su destino.
Al principio la idea le parecía un poco alocada, cada vez el auto se alejaba de la urbanización y esto comenzaba a ser un tema de preocupación, rápidamente tomó su celular para enviarle un mensaje a Dégel pero este le respondió que confiara en él, todo se encontraba en perfecto orden, no había nada que temer.

Un poco más aliviado, Camus se relajó en el asiento mientras admiraba el paisaje nocturno dejando a un lado las luces artificiales de la ciudad y ahora poder observar las estrellas con mayor claridad.

- Hemos llegado joven.

El chofer se estacionó justamente en la entrada de lo que parecía ser una entrada a unas cabañas.

- ¿Aqui en medio de la nada? - Cuestionó Camus observando su alrededor, jamás había visto ese lugar, pero si fue idea de Dégel, no tenía alternativa.

En ese momento la puerta del auto se abrió repentinamente, una voz conocida se hizo presente.

- Mon Amour, me alegra que estés aquí.

Dégel extendió su mano para ayudar a su belleza escarlata a descender del vehículo, después se acercó al chófer para poder pagar el viaje mientras Camus observaba con asombro un camino de piedras y más allá al final se podía apreciar una puerta de madera con un letrero en la parte superior.

- ¿Que es esto?

- Una sorpresa - Dégel se colocó por detrás para colocarle una venda sobre sus ojos - Confía en mí, vamos.

No sabía que tramaba Dégel pero podía sentir como su corazón latía desenfrenadamente por la emoción de querer saber que sorpresas lo aguarda.
El lugar se trataba de una zona de cabañas para poder descansar los fines de semana, un sitio ideal donde los visitantes podían liberarse un poco del mundo citadino y respirar el aire puro del bosque que los envolvía.

Camus solo sentía como subían lentamente las escaleras, unos momentos después dieron una vuelta a la derecha, se detuvieron unos momentos para que Degel pudiera abrir la puerta.

- ¿Estás listo Mon amour? - Susurró cerca de su oído con las manos sobre la venda para poder retirarla.

- Listo.

Poco a poco Dégel le retiró esa tela dejando que Camus observara un detalle que lo llevará en el fondo de su corazón y de sus recuerdos...

Estaban dentro de una cabaña con diseño rústico con un olor característico a pino, unas velas encendidas en forma de camino que iban desde la entrada hasta una cama donde había unos pétalos de rosas sobre esta, pero lo que más le llamó la atención a Camus fue aquel letrero que se encontraba justamente en medio de unos pétalos en forma de corazón sobre el colchón.

- Dégel, esto es...

Camus se llevó sus manos a los labios asombrado con esa sorpresa, intentó dar unos pasos pero su atención ahora estaba en una mesa de madera donde podía observar una botella de vino con dos copas y lo que parecía ser unos bocadillos, así como algunos postres y frutillas de la región.

- Siento hacerlo de manera tempestiva pero he intentado poder orden en mi trabajo y en nuestra vida juntos Mon Amour.

- ¿Bromeas Dégel? - Camus corrió hasta el letrero para tomarlo y leerlo emocionado - "Te quiero entregar, mi corazón... Hoy y siempre. ¿Quieres casarte conmigo?" - Soltó el letrero emocionado al suelo y corrió hasta los brazos de su amado profesor - ¡Por supuesto que acepto! He esperado este momento como no tienes idea.

Dégel colocó sus manos sobre su cintura del contrario mientras Camus acomodaban sus brazos rodeando su cuello mientras acercaban poco a poco sus frentes perdidos en los iris de cada uno.

- Quería hacer esto de la manera correcta Mon Amour, ustedes son mi todo, tengo lo que siempre he deseado... Por alguna extraña razón siempre sentí una conexión entre los dos - Susurró alejándose lentamente mientras entrelazaban sus dedos.

- Puede ser, desde la primera vez que nos presentaron pude experimentar como mi corazón latía de manera desenfrenada ante tu presencia sin embargo creí que solo era los nervios del momento.

- Nos resta toda una vida juntos... Pero hoy vamos a poder tener - Dégel lo tomó de la cadera mientras que Camus rodeó con sus piernas a Dégel quedando recargados en la pared - Todo este fin de semana juntos, sin interrupciones y sin visitas que nos interrumpan a cada momento.

- Pero... Jamás me dijiste que trajera alguna maleta.

Dégel colocó su dedo índice sobre los labios del contrario - Creo que aquí hasta las prendas saldrán sobrando.

Una sonrisa traviesa se dibujó en el rostro de ambos mientras se perdían en un beso intenso, un lugar perfecto para dos seres que se aman con locura dejarán llevar sus emociones una y otra vez.

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Hola personitas bellas, lamento la tardanza y admiro su paciencia conmigo por esperarme 🥰🥰🥰 dejo dos capítulos de escondidos y restan ya solo dos, así puedo seguir con lo que me falta 🥺🥺🥺
El 30 subiré un one shot de mi ship suprema el Degel x Camus por motivo de mi cumple 🥳

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⏰ Última actualización: Mar 27 ⏰

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