Para fortuna de ambos la ceremonia culminó pronto.
Surt pasó a despedirse de Camus no sin antes decirle que aunque su vida girara en torno a su amado profesor, ellos seguirían viéndose, ya que sus padres eran socios de Mystoria y Ecarlate.Ahora los dos se encontraban de regreso, mientras Degel manejaba, Camus había recargado su cabeza sobre el hombro de su amado profesor.
— ¿Cuando regresan tus padres Camus?
Cuestionó Degel sin quitar su mirada de enfrente, estaban en carretera y lo que menos podía hacer en estos momentos era distraerse.
— Dentro de cinco días.
Degel trató de relajarse mientras pensaba que decir ante los padres de su belleza escarlata.
Es un hecho que el señor Ecarlate le daría un gran sermón por haber tocado a su bello y único hijo, pero no por eso huirá de sus actos... En su vida siempre había sido muy responsable y no dejaría solo a Camus ni a su pequeño que viene en camino.— Cuando regresen, yo hablaré con ellos.
Respondió muy animado el joven profesor sin soltar el volante.
Aunque estos días fueron cortos para ellos fue la gloria estar juntos sin interrupciones de por medio.
A excepción de ese sujeto de cabellos rojos que se acercaba a su querido alumno, tan solo verlo de frente le causaba una gran molestia.El cansancio por no dormir lo suficiente en la noche anterior fue venciendo a Camus quien al estar recargado en el hombro de su querido profesor lentamente cerró sus párpados cayendo en el mundo de los sueños.
Degel solo lo observaba de reojo, verlo dormir le causaba una enorme tranquilidad y satisfacción.
Ya no faltaba mucho para que llegaran a su destino.El tiempo transcurrió, Camus seguía profundamente dormido. Degel se estacionó afuera de la casa de su adoración escarlata.
Lentamente pasó sus dedos sobre el rostro de su amado alumno esperando que despertara.— Mon amour... Hemos llegado — Susurró sin dejar de admirar ese rostro sereno y tierno dormir.
Pero Camus simplemente miró de reojo que se encontraban afuera de su casa y nuevamente se acomodó en el hombro de Degel.
— Si te quedas conmigo acepto, si no me llevas a la tuya.
Degel sonrió al escuchar esto, lo que menos quería hacer es dejarlo solo; en la situación que Camus se encontraba era imposible dejarlo solo.
— Iremos a mi casa mon petit.
Degel nuevamente colocó su llave y encendió el motor para llevarlo a su casa.
Ya no puede dejarlo solo, porqué ahora dependía de él.El tablero del auto marcaba la reserva de combustible, después de un largo y extenuante viaje era evidente que se terminara el tanque lleno.
Pasó a una gasolinera para cargar, mientras llenaban el tanque, Degel acomodó a su belleza escarlata en el asiento para que siguiera durmiendo mientras él bajaba a la tienda que se encontraba enfrente.Necesitaba llevar algunos alimentos, Camus se quedaría con él hasta que sus padres regresen, así que estaría a cargo de su alumno.
Al comprar todo lo que necesitaba, Degel salió de la tienda y a lo lejos pudo ver un disturbio.
Su curiosidad lo terminó traicionando y se fue acercando con sigilo para ver de que trataba.— ¡Deuteros! — Gritó Degel acercándose para ayudar a su amigo quien se encontraba discutiendo con... — Asmita — Susurró al ver al rubio.
— ¡Deuteros! — Se acercó el joven profesor para tomarlo del brazo jalándolo para evitar que siguiera discutiendo por algo que quizá no valía la pena.
— Mi hermano tenía razón — Susurró con melancolía el gemelo menor limpiándose las lágrimas que brotaban de sus ojos.
Degel miró al rubio quien al parecer le importaba poco ver el corazón destrozado del moreno.
Pensando en lo mejor para él, se lo llevó hasta su auto para evitar que hiciera algo sin sentido; su corazón estaba muy lastimado y lo que menos haría el moreno es pensar con claridad las cosas.— Aspros me dijo que Asmita me engañaba y hoy pude confirmarlo — Respondió Deuteros dejándose llevar por Degel quien lo llevaba hasta su auto.
— Eres una persona bondadosa Deuteros, no me gusta verte sufrir así.
Degel abrió la puerta trasera del lado del conductor y lo invitó a subirse.
El gemelo menor se sorprendió al ver que no venía solo.— No quiero interrumpir tu momento Degel.
— Descuida Deuteros... Camus viene profundamente dormido, acabamos de llegar del concurso de la escuela, está muy cansado.
El joven profesor dejó las bolsas en la cajuela y tomó su lugar en el auto.
Se colocó el cinturón de seguridad y comenzó a manejar hasta su hogar.— Es terrible cuando se cae la venda de los ojos — Empezó Deuteros a platicar sobre su situación.
Degel observó de reojo a su amigo a través del retrovisor, quien tenía la mirada perdida en el exterior.
— Lleguemos a mi casa, tengo que acostar a Camus en la cama y si te hace sentir mejor hablamos con tranquilidad.
Deuteros simplemente movió su cabeza aceptando la idea de Degel, no faltaba mucho para que llegaran a su destino.
Al llegar, Degel estacionó su auto en su cochera. Apagó el motor del auto y se bajó para poder llevarse a su adoración escarlata en brazos.
El gemelo menor le ayudó abriendo la puerta principal, cuando entraron lo miró irse con aquel pelirrojo subiendo hasta su habitación.
Cerró la puerta y se fue hasta la sala del francés.No demoró mucho en bajar nuevamente, se acercó a la sala para poder platicar con Deuteros y saber porqué había armado semejante disturbio.
— Sigue durmiendo, lo mejor será que lo deje descansar.
Habló Degel tomando asiento en el sillón.
— ¿Quien es?
— Se llama Camus, es mi alumno y bueno...
— Están juntos — Respondió el gemelo menor deduciendo lo que veía entre ellos, así como los cuidados que el galo le daba al pelirrojo.
— Así es, de hecho pronto seré padre... Pero dejemos mi vida para después. Lo que quiero saber es porqué te hiciste de palabras con Asmita afuera de la tienda.
Deuteros estaba por decirle aquella situación que lo atormentaba pero el sonido del celular de Degel interrumpió el momento.
El galo sacó su celular de su bolsillo y se levantó del sillón para saber quien era.
Al desbloquearlo se dio cuenta que era un mensaje de Kardia.Al parecer ya regresaste, por lo menos ten la delicadeza de avisar.
Necesito hablar contigo, de lo contrario yo iré a tu casa.Una de las grandes pruebas que debía pasar Degel es esa, terminar la relación que llevaba con Kardia y quizá este sea el momento ideal.
Guardó su celular en su bolsillo y tomó sus llaves del auto.— Tengo un imprevisto Deuteros, puedes sentirte como en tu casa. Yo no tardo, de todos modos te encargo a mi Camus por favor.
Degel salió de su casa dejando a Deuteros con aquellas palabras que creía importantes.
Ni siquiera le dijo a donde iba, solo lo observó salirse de su casa, subiendo a su auto y tomando el camino de la izquierda.Lo que el gemelo menor tenía que decirle es que esa misma mañana pudo ver a Asmita saliendo de la casa de Kardia.
Cuando se encontró al rubio afuera de la tienda, comenzó a interrogarlo ganándose la cruel verdad.Aunque una extraña sensación comenzó a recorrer en todo su cuerpo, solo esperaba que Degel no demore en regresar.
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Escondidos
FanfictionPor un simple error Camus envía unas fotos a quien menos se lo esperaba... Despertando la curiosidad del contrario... Los personajes no me pertenecen, son de Masami Kurumada y Shiori Teshirogi. La historia es mía Aries_9322. (Advertencia: mucho cont...