Capítulo 21 (Amor de lejos)

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Rápidamente entró al auto de sus padres, procuró cerrar la puerta con seguro y sacó su celular para contestar.

¿Puedes hablar? De verdad que me muero por escucharte.

Después de redactarlo lo envió esperando que Degel le contestara rápido, de lo contrario si sus padres se dieran cuenta tendría que rendir una buena explicación.

Pero no demoró mucho en sonar su celular  por fin era una llamada de su querido maestro.

— Bonne nuit mon amour comment vas-tu


— Me alegra escucharte de nuevo Degel... Esta semana ha sido muy larga sin ti — Respondió Camus observando por detrás que sus padres no fueran a interrumpirlo.

— Yo también te extraño mon amour
¿Estás solo?

— No... Bueno, ahorita estoy solo en el auto. Mis padres y yo salimos a una cena con unos socios pero yo estoy aburrido.

—Si quieres podemos empezar
Esta llamada para que no te aburras
Mon amour... A la lejanía también
Puedes alcanzar el cielo.

Le respondió en un tono sensual, eso hizo que a Camus ligeramente se le erizara la piel.
— Pero... Estoy dentro del auto.

— Cierra tus ojos
Podemos imaginar esos besos y
Acariciarnos con cada
Palabra. Ahorita estoy también
Pero todo esto se torna
Excitante.

El joven de cabellos rojizos ligeramente se sonrojó — Más apasionado sería si estuvieras aquí conmigo.

— ¿Dentro del auto?
Bueno, déjame decirte que
También tengo en mente eso...
Pero mientras platícame
que llevas puesto.

Al escuchar eso no pudo evitar ponerse nervioso ¿Qué pensaría Degel que no se quita aquellas prendas suyas? — Si te lo dijera... Es lo que me prestaste la primera vez que estuvimos juntos.

Solamente porqué los separaba la
Lejanía, de lo contrario ya le hubiera
quitado esas ropas que lo encendían
A tal punto de querer quitárselos
Hasta con los dientes — ¿Te fascina
Usarlo verdad?

— Yo... De esa manera siento como si estuvieras a mi lado, no sabes como te extraño.

— Entonces imagina lo mucho que
Yo también te extraño, quisiera estar
Justo en estos momentos
Contigo detrás de ese auto mientras
Te comienzo a besar lentamente por
Tu cuello...

Camus al escuchar esto rápidamente volteó para asegurarse que sus padres aún no llegaran, se recargó en el asiento mientras pasaba sus delgados dedos sobre su cuello imaginando que esas caricias eran de su querido profesor.

— Imagina que con mis manos te voy
Desnudando, tocando cada parte
De tu suave piel que se estremece
Con cada roce de mis dedos...
Lentamente como a ti te gusta.

— Degel...  — Mientras cerraba sus ojos poco a poco desabotonaba aquella camisa que llevaba puesta, sus dedos recorrían su cuerpo  mientras imaginaba que se trataba de él, encendiendo el libido con cada palabra.

Degel también se encontraba a solas
Aprovechando que el resto de los docentes
No estaban por irse a cenar. Él había preferido
Quedarse en la habitación, aprovechó
El buen momento a solas
Para darse una ducha para hablar
con Camus.

Cada palabra y suspiro a través del celular era como un dulce sabor adictivo donde el calor de ambos cuerpos desbordaba abriendo la puerta a lo prohibido.

Sus manos se posaban en su cintura y después sus dedos llegaron frente a su pantalón para desabrochar un poco y liberar aquel bulto que le dolía por aquellas palabras que Degel le decía por teléfono.

— Me gustaría estar ahí para morder
Tu espalda y después bajar hasta tu
Cintura... Sintiendo como nuestros
Latidos van al mismo ritmo.

Los vidrios del auto comenzaron a empañarse, afortunadamente nadie más podía ver lo que estaba pasando dentro de ese vehículo. Susurraba el nombre de su amante mientras masajeaba su miembro para calmar el calor del momento.
— Hasta por celular me haces llegar al cielo...

— A diario sueño contigo...
Recordando tu aroma, que ahora
Ha quedado impregnado a mi piel.
Guardo el impulso por tenerte...

— Ambos  callamos nuestro... Secreto — Susurró Camus en un tono atrevido, sin embargo había manchado su vientre de ese líquido blanquecino, llegó a su punto por aquel juego de palabras y con su cuerpo totalmente aperlado del sudor del momento.

El ruido proveniente a lo lejos del estacionamiento alertó al joven de cabellos escarlata — Siento no poder seguir con esto... Mis padres ya vienen — Susurró mientras se trataba de acomodar sus prendas nuevamente como si nada hubiera pasado.

— Descuida Mon amour, podremos
Seguir platicando por mensajes.

— Te mandaré un mensaje cuando este en mi habitación...

— Esperaré tu mensaje ansioso
Je envoie un baiser.

Con una enorme sonrisa que jamás había reflejado se despidió de su maestro, rápidamente se acostó en el asiento para hacer de cuenta que nada había pasado y sobre todo que su obediente hijo realmente estaba durmiendo.

A los pocos segundos Ecarlate abrió la puerta de auto — ¿Y ahora porqué los vidrios de mi auto están empañados?  — Cuestionó pasando sus dedos sobre el cristal.

— Quizá porqué nuestro hijo está durmiendo en el auto, se ve tan tranquilo... Esto del concurso lo tiene muy agotado — Respondió Mystoria mientras se subía al auto.

— Hablando de eso... ¿A que profesor mandará el director con nuestro hijo? Aún no nos ha dicho nada Camus — Preguntaba Ecarlate con curiosidad, entre tanto trabajo que tienen no había tenido la oportunidad de hablar con su hijo.

— No lo sé... Pero... Ojalá lo hayan mandado con el maestro bonito que llegó a la casa.

Con este comentario Ecarlate le dio una mirada amenazante a su pareja mientras comenzaba a manejar para salir del estacionamiento del  restaurante.

— Ecarlate no te pongas celoso... Tu eres y seguirás siendo mi gran amor de toda la vida — Después de decir esto pasó sus manos sobre el rostro de su pareja quien de manera repentina le dio un beso sin dejar su responsabilidad de conductor.






El regreso a casa fue rápido, a esas altas horas casi no habían autos en las calles. Camus se levantó disimulando que había despertado justamente cuando llegaron a casa.

Se despidió de sus padres y subió a su habitación, lo primero que hizo fue colocarle el seguro a la puerta. Abrió un poco la camisa dejando su pecho al descubierto y se acostó en la cama para buscar una pose que se viera atractiva.
Se tomó una foto y rápidamente se la envió a Degel con un pequeño mensaje de buenas noches.

El destinatario no tardó en responderle.

— Muy pronto estarás así en mi cama... Repose ma vie,  doux rêves.

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Ahora si el otro capítulo de dos que dije 😅

Esos cubitos no pierden el tiempo, espero que les haya gustado les mando un abrazo, los quiero 🥰🥰


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