Tenía poco que había despertado y esto no era muy favorable para él.
Sentía como su cabeza le dolía y esa molesta al pasar del tiempo era demasiado constante.
Llevaba días sin comer ya que los enfermeros del hospital psiquiátrico se negaban para atenderlo ya que regularmente les aventaba las charolas de comida sobre sus prendas blancas y relucientes.
Lo único que lo mantenía con vida en ese sitio olvidado por dios era el suero que tenía conectado vía intravenosa de lo contrario ya estaría al borde de la muerte caminando por el sendero del Inframundo y moriría de hambre.- Tus dramas y berrinches han llegado hasta aquí señor Kardia - Habló uno de los médicos que abría la puerta de aquella habitación.
Kardia se levantó de la cama y colocó su mano derecha sobre el catéter que lo mantenía conectado al suero y comenzó a responder de manera amenazante.
- ¡Olvidenlo... Me tienen en contra de mi voluntad!
- Al parecer a este hombre le faltan modales.
Era la voz de una mujer que se podía escuchar cada vez más cerca, el ruido de sus zapatos anunciaba su llegada detrás de los enfermeros, Kardia se quedó impresionado al verla.
Era de tez morena claro y cabellos azabache, de unos hermosos iris verdes y sin duda con un rostro de amabilidad con los demás pero al ver al paciente de que tanto nadie podía controlar le dedicó una mirada de muerte.- La señorita Calvera a partir de hoy será su enfermera.
Hablo uno de los enfermeros mientras extendía su mano para poder dejar pasar a la joven quien sostenía una charola con algunos alimentos, se fue acercando a la pequeña mesa que se encontraba en el rincón para poder dejarlo sobre ese mueble.
De no ser por la impertinencia de Kardia, aquella mujer lo podía tratar de otro modo más amable.- ¡Dije que no quería nada de alimentos! - Exclamó molesto mirando a la mujer con desprecio.
Ante esto Calvera esbozó una sonrisa de lado y se dirigió hasta el paciente de cabellos azules.
- Mira querido, a partir de ahora tu estás a mi cargo - Lo tomó de la camisa blanca para acercarlo a ella - Te comes todo lo que he traído y... ¡Más vale que no me des molestias!
Ante este grito Kardia colocó sus manos en el brazo de la mujer para intentar quitarse de encima a la nueva enfermera pero no logró hacerlo por qué su mirada se encontraba perdida en esos ojos verdes que lo miraban a él de forma autoritaria.
- ¿Y si no quiero comer? - Respondió Kardia retando a la dama, quería intentar que la enfermera perdiera la cordura así mismo como lo ha hecho con todos los demás en ese hospital.
Aunque en realidad se sentía demasiado confundido y lamentaba no recordar casi nada de su vida.
Sus sueños lo atormentaban por qué en ellos miraba a una mujer sosteniendo un arma apuntando a él, después de eso todo se tornaban demasiado nuboso y de ahí sus recuerdos quedaban en blanco.Calvera soltó lentamente a Kardia y comenzó a caminar rumbo a la puerta mientras le daba la espalda a su impertinente paciente - El hecho de que comas o no, a mí no me afecta Kardia... El que sufre eres tú y no yo. Tu sabrás si comes o te mueres en el intento de no comer con tal de llamar la atención.
Después de decir esto Calvera cerró la puerta pero no sin antes decirle otras palabras más antes de retirarse.
- ¡Y más vale que te comportes por qué estaré vigilando que te portes bien si no quieres que se te coloque la camisa de fuerza!
- Mendiga mujer - Murmuró Kardia al escuchar como el ruido del andar de Calvera se alejaba de su habitación, nuevamente tomó asiento en su cama y miró la charola de alimentos. Su estómago hizo un leve crujido pidiendo que se le otorgará un poco de comida.
Muy a su pesar tomó el tenedor junto con el plato donde tenía fruta picada, después de todo aquello exigente mujer se dió a la tarea de llevarle un buen desayuno ya que todo lo que le servían a diario parecía restos de comida para el perro.
Después de reunir el dinero suficiente, Milo tomó su maleta dónde llevaba algunas cuentas prendas así mismo como sus pertenencias; es el último día que trabajaría para Shura y hoy no es la excepción para pasar a despedirse de todos aquellos que forman parte de su vínculo social.Con Camus no tenía el valor de despedirse, pese a que ambos ahora quedaron en muy buenos términos no toleraría ver como aquel chico de cabellos escarlata se sintiera triste ante su despedida.
Tampoco le diría que va en busca de Dégel para ya no verlo sufrir, sin embargo no quería cantar victoria, no hasta que diera con el paradero de aquel francés.Aún en su mente recordaba aquella plática entre Manigoldo y él.
- De una cosa estoy seguro mini Kardia y esa es que el profesor ese debe estar vivo... A su madre postiza no le conviene que se muera de lo contrario no podría disfrutar de sus bienes.
- Pero... No comprendo el por qué si Dégel tiene a su madre verdadera porque ella no lo recuerda - Se cuestionó Milo dando un trago a su gaseosa.
- Por que simple y sencillamente esta mujer usa un tipo de droga que induce a la pérdida de memoria... Verás, este sucio negocio que ves aquí de centro nocturno para adultos era de mi ex suegro, Lugonis comenzó a enfermar de una extraña bacteria en el estómago y de la noche a la mañana perdió la vida.
En ese entonces era un mocoso inexperto de escasos dieciséis años que apenas le ayudaba a su pareja a sacar a flote este centro. Los gastos eran demasiado fuertes que por poco nos íbamos a la ruina y era evidente que no dejaría a mi fica pagar todo el solo.
Entonces esta mujer llegó con nosotros ofreciendo una buena paga si el personal de este lugar le ayudaba con un pequeño trabajo y nosotros creímos que sería algo simple; grande fue mi sorpresa hasta que mi gente regresó y me dieron detalles de que esa despreciable mujer los obligó a quemar una casa donde la dueña termino con quemaduras en su cuerpo - Manigoldo se llevó una mano a su mentón - Está señora se llama Garnet y de lo único que recuerdo es que ella estaba embarazada de casi ocho meses.
Conforme pasaban los años fui conociendo a muchas personas en este negocio, entre ellos a tu hermano, ambos somos grandes amigos mini Kardia pero cuando conocí al profesor supe que parte de ese extraño pasado nuevamente regresaba a mi otra vez.- ¿La madre de Dégel no es esa señora entonces? - Pregunto Milo con curiosidad.
- No, es sumamente manipuladora... Cuando llegues a la mansión de los Faure ten cuidado, no sabes cuándo puede darte por la espalda un poco de droga para inducir la pérdida de memoria.
- ¿Por qué me dices todo esto Manigoldo? ¿No es mejor que se lo digas al detective que contrato el padre de Camus?
Manigoldo hizo una leve sonrisa - Claro que no, es más fácil que tú vayas directamente a esperar que el señor Dohko lo haga... Si perdemos mas el tiempo no sabemos si logres llegar a tiempo antes de que tú exnovio se quede sin pareja y ese niño que viene en camino se quede sin padre.
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Escondidos
FanfictionPor un simple error Camus envía unas fotos a quien menos se lo esperaba... Despertando la curiosidad del contrario... Los personajes no me pertenecen, son de Masami Kurumada y Shiori Teshirogi. La historia es mía Aries_9322. (Advertencia: mucho cont...