Capítulo 18 (Aunque estés con él)

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La cena de anoche fué un silencio total para los cuatro, miradas incómodas entre ellos que sabían disimular perfectamente.

Sabía que de antemano no vería a su amado profesor después de esa cena, ya que su viaje estaba previsto justo cuando terminara de dar sus clases.
Dejó escapar un suspiro mientras se encontraba sentado frente a su tocador, mientras seguía cepillando sus largos cabellos rojizos.

Estaba terminando de arreglarse para llegar a la escuela, sin embargo el sonido del timbre interrumpió sus pensamientos.

Dejó su cepillo en el mueble y se colocó su suéter para poder abrir la puerta, se le hacía muy extraño que siendo siete de la mañana alguien llegue a tocar en su casa.

Bajó rápidamente las escaleras ante la insistencia del sonido del timbre.
Cuando abrió totalmente se llevó una gran sorpresa...
Una joven de cabellos castaños y vestido blanco adornado con una rosa llevaba entre sus manos un arreglo floral.

— Buenos días... ¿Esta es la casa del joven Camus Leroux?

Se quedó asombrado con ese arreglo adornado en su mayoría con rosas rojas, haciendo una figura de corazón en el centro.

— Si, soy yo... — Seguía admirado con aquel detalle que le robaba su total atención.

— Es un pedido que nos encargaron anoche, mi padre me pidió traerlo a esta hora — Respondió la joven entregándole el arreglo al joven pelirrojo.

— Mu... Muchas gracias señorita... — Camus no podía hablar, jamás en su vida había recibido un detalle así de hermoso.

— Mi  nombre es Agasha... Para servirle — Después de decirle esto hizo una leve reverencia sujetando con ambas manos los costados de su vestido, aún así no dejaba de verse adorable la chiquilla — Con permiso.

El joven de cabellos escarlata esperó a que se fuera la chica para entrar a su casa y poder dejar el arreglo en su habitación... De lo contrario si sus padres llegaban creerían que ese detalle es de su pareja.

Entró nuevamente a su recámara y en su tocador le hizo un espacio para que adornara en ese lugar.
Se dio cuenta que en medio de las rosas estaba escondida un pequeño sobre, con delicadeza lo tomó para evitar estropear el arreglo y sacó de él una hoja doblada.

Soy aquel que te llena de pasión
Él que te incita a lo prohibido
Y aunque estés con él
Soy a quien extrañas en las noches
Él que te lleva a ser atrevido
Y te acelera el corazón...

                             Degel



Su profesor era totalmente un caballero que siempre se comporta a la altura ante los demás, pero el simple hecho que con unas palabras escritas hacían que el corazón de Camus comenzara a latir con más intensidad.

Emocionado se dejó caer en su  cama, sin duda Degel sabía ganarse su alma y su ser de la mejor manera.
Nuevamente lo dobló y lo guardó en el sobre, se acercó a su librero para meter esas palabras en algún libro y así evitar la mirada de los curiosos.
Lo que menos quería en estos momentos era dar a conocer al mundo entero que su maestro y él se entendían de la mejor manera.... Escondidos.

El tiempo corría de manera repentina, ante ese detalle ya no pasó a desayunar, tomó su mochila y salió de su casa para llegar a tiempo a la escuela.








Milo se encontraba recargado en la puerta de la habitación de su hermano, observaba como guardaba todas sus pertenencias y sus cosas personales en la maleta.
También se dio cuenta que llevaba consigo un lubricante y la misma cuerda de cuero que siempre traía en su bolsillo.

Escondidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora