HOUSE OF CARDS : Saga

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Taehyung y Jungkook conducían de regreso a casa, platicando sobre que es lo que harían al llegar a Nueva Zelanda, el poder volver a aquel lugar y tener bellos recuerdos valía cada segundo.

Taehyung dejo que su amado fuera de compras con Soyeon, Hoseok y Shin Hye, quien le prometió cuidar de él lo mejor posible, pues realmente le había tomado un aprecio enorme, mientras que él iba a la galería con Jimin y Yoongi, pues quería que todo estuviera listo cuando llegara del viaje para poder hacer la ignaguracion tan esperada, aún, cuando no estuviera Jin, quien también formó parte del desarrollo del lugar.

- ¿Que tanto vez? - pregunto el rubio a su amigo, ya que llevaba viendo una pared en blanco en una de las zonas de exposición.
- Quiero poner una obra especial.- dijo midiendo con su dedo pulgar el espacio.
- ¿Algo como que? - pregunto dejando una caja con manteles blancos en el suelo.
- No lo se. Ya que Jungkook estará, quiero que sea algo que le guste.
- ¿Un cuadro de él?
- Sería muy cliché. ¿Sabes cuántos artistas le dedican pinturas de si mismos a sus amados?
- Oye eso gusta a la gente. - Taehyung negó, el no quería ser simple, quería ser único, extravagante, peculiar y único entre todos.

Por alguna razón, el ser simple no entraba en su vocabulario, no sabía porque, pero, ser "el" no bastaba.

- ¿Crees que Namjoon se moleste si desnudo a su hijo ante los demás?
- Ay es normal que..~ ¿Que? - Jimin creyó haber escuchado otra cosa, pero lo que su amigo proponía era algo fuera de lo común.- ¿Perdiste el juicio?
- No desnudarlo como tal. - dijo jugando con las puntas de sus dedos, rozando sus labios, para después morderlos con sensualidad - ya tengo una obra... Pero...
- ¿Pero que?
- Ven conmigo.

Por otro lado, Seokjin hoy tenía una cita con su madre en el museo donde se vieron otra vez, pues de la impresión, no pudo apreciar del todo el arte de su padre.

- Tu padre se ha esmerado demasiado - le confesó, tomándolo del brazo mientras caminaban por el lugar.
- Son pinturas realmente crudas - confesó, viendo algunos ejemplares.

- No es algo que yo compraría y tendría ganas de ver colgando de mi muro - la mujer rio por el comentario tan inoscente de su hijo.
- Concuerdo con ello - dijo mientras giraban al siguiente pasillo - no siempre ha sido así.
- No abogues por el mamá - dijo algo serio - te obligó a irte de nuestro lado. Eso lo hace alguien crudo a mi vista.
- Tu padre no deja de ser lo que es por lo que hizo. Y tampoco por lo que sus ojos dejaron de ver.