19. Dionne

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Una mezcla de emociones que no pude identificar me agolparon, podrían haber sido miedo, sorpresa o pánico

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Una mezcla de emociones que no pude identificar me agolparon, podrían haber sido miedo, sorpresa o pánico. Podría haber sido cualquier cosa, solo sabía que, a pesar de que no confiaba en los dioses, les imploré para que Andreus no encontrase a Némesis.

—¿El duque? —pregunté, saliendo de mi estupor—. ¿Por qué el duque estaría buscándola? ¿Qué interés tiene en ella?

—Me gustaría saberlo también. —Papá revolvió su cabello con frustración—. Cuando todo pasó, ya estaba haciéndose de día. Los soldados estaban retirando los escombros que había tirado Tifanus para recuperar los cuerpos. El rey estaba desolado. Lo primero que hizo fue preguntar por ti. Yo no supe responder. Al poco rato apareció un hombre gritando que os habían secuestrado. Que había sido un atentado contra Revant. Maximus se lo creyó. Y Andreus también. Él me preguntó en concreto por Némesis. Dónde la vi por última vez, qué fue lo último que me dijo... Parecería que en poco tiempo la buscaría hasta debajo de las piedras.

—¿Y qué hay de Ezra? Me sorprende que no haya tomado riendas en el asunto.

—El príncipe Ezra ha estado encerrado en su habitación desde el día del ataque debido al impacto de una explosión que hubo a un lado del castillo. Él estuvo presente y parece ser que le dio de lleno.

—¿Qué? ¿Cómo se encuentra? —indagué preocupada. No había establecido la misma amistad con Ezra como la que él tenía con Némesis, pero siempre nos habíamos llevado bien e incluso muchas veces nos unimos para molestar a mi hermana.

—Al parecer ha pedido la memoria —me informó—. No recuerda a Némesis, tampoco a ti.

"¿No quieres agregar algo más, Colbant?" quise gritar con frustración.

—¿No hay indicios de recuperación?

Él negó agotado, incapaz de emitir palabra.

Apreté los labios con pesadez al verlo en esa posición, lucía tan cansado, tan derrotado, hecho trizas. Nunca lo había visto así.

—Una consejera de Aexion se ha quedado a ayudarnos. Conoce mucho sobre esta clase de criaturas, así que se ha ofrecido a orientarnos.

—Había olvidado la buena relación de Revant y Aexion —solté. Estaba obligada a recordar esto para cuando fuera necesario.

Nunca había ido a Aexion, sólo sabía que tanto el rey Maximos como la reina Andrómeda Doukas, de Aexion, tenían una relación estable y había un buen trato comercial. Sin embargo, la reina apenas toleraba al duque de Revant.

Y no podía culparla.

El cielo ya se teñía de un color naranja, indicando la salida del sol sobre el horizonte. El día ya estaba comenzando, debía irme antes de que las personas pulularan por las calles. Antes de que Ren se diera cuenta de que no estaba en la posada, pero eso ultimo era lo de menos.

Huellas y SusurrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora