1. ¿El comienzo?

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Narra Tanya

¿Jack Conway? Pues no conozco a un Jack Conway en especial. ¡Lo juro!

Naa, no lo juro, si conozco a un Jack Conway y no solo es un actor de los años treinta. Es también mi “Querido” jefe desde hace ya cinco años.

Ajam, el típico jefe que es un dios griego, sexy, candente, amable con todos y totalmente un Don Juan que te invita a cenar, te lleva a tu casa y luego te hace el amor incontables veces para luego quedarse contigo en cucharita durante toda la noche con una lluvia romántica mientras suena en el stereo Careless whisper.

Si... bueno, ese no es mi caso; En vez de un sexy espécimen con esas características, me tocó el cascarrabias que se molesta hasta si respiras, el que te azota con la porra si no haces algo bien, el que te deja horas extras solo porque el se va a gastar el dinero al casino y luego te lo descuenta del sueldo para “Ahorrar gastos”.

¿Algo más, universo? Cuando te pedí un jefe sexy, también pedi que la personalidad sea sexy, no que tenga la personalidad de un puto cavernícola.

Ni eso, un cavernícola se comporta mejor.

Buaa, me caga que sea apuesto, porque si es jodidamente apuesto y no me molesto en negarlo, pero lo que tiene de atractivo lo tiene de hijo de puta. Y espero que lo que tenga de hijo de puta lo tenga en pinga también.

Si no fuera tan arrogante, serio y malhumorado seguro tendría un sinfín de mujeres detrás de él, claro que las hay, centenares de mujeres andan detrás suyo, pero nunca les hace caso así que siempre las rechaza por lo que tengo entendido. Si al menos tuviera una pizca de humanidad apuesto a que las tangas de todas las mujeres de Los Santos saldrían disparadas a Júpiter.

Maldigo a mis adentros mil veces.

«Eres una estúpida, Tanya» pienso mientras recojo la ropa que esta esparcida en el suelo rápidamente, poniéndomela a toda hosias.

Mis bragas estan destrozadas y no hay rastro de mi brasier. Solo me pongo mi vestido rojo y busco entre las sabanas mi móvil, tratando de no despertar al hombre que está acostado allí en un profundo sueño.

«No puede volver a pasar, Tanya» Me repito varias veces mientras intento no recorrer al hombre con la mirada. Estúpidamente pendeja, ¿Desde cuando me dejo engatusar por una buena verga?

Me meto al baño que esta en la sala y arreglo un poco mi cabello. Intentando no parecer una puta que se va luego de hacer su trabajo.

¿Qué digo? Ojalá ser una. O si lo soy. No, no lo soy, ellas siempre serán superiores porque no son descaradas, siempre van a lo directo y nunca intentar darte una imágen falsa, se muestran tal y como son.

En cambio yo me siento como una fugitiva que acaba de robar no se qué, no como una maldita empoderada.

Salgo sin mirar a los costados, directo a la puerta pero cuando intento abrirla mi pequeña esperanza de escapar y que me recuerde como un ligue más de una noche se cae por la borda. La puta puerta esta con seguro, y lo peor es que no parecen haber llaves alrededor.

Me tenso al escuchar como ALGUIEN se aclara la garganta detrás de mi.

—¿Adónde tan temprano, Tanya? —Trago saliva—. Es de mala educación irse sin despedir a tus anfitriones.

Lo miro sobre mi hombro, lleva unos meros bóxers que sinceramente no le dejan mucho a la imaginación ya que literalmente se le marca todo.

—Conway. —Digo en forma de saludo.

—Morgan.

Su voz cargada con un aire de superioridad me jode, pero me jode más haberme acostado con el sabiendo que lo detesto. Y más me jode haberlo repetido. Se toca la mazacuata sobre la tela del boxer y vuelvo a mirar hacia la puerta.

Obsesión || Jack Conway y tu [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora