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•°•Un mes después•°•*****
Narra Tanya
Suspiro pesadamente mientras intento concentrarme en las preguntas que hace mi terapeuta pero mi mente no deja de flotar en el aire. Como si no quisiera estar aquí, siendo interrogada por aquello.
—Dime Tanya, ¿Por qué ocurrió eso el día del disparo? —Inquiere otra vez—. ¿Por qué llegaron los recuerdos?
Suspiro otra vez.
—No lo se. —Confieso, negando—. Lo único que quiero es estar sola, intento distraerme, dibujar, entrenar, pero nada. —Miro al Señor Marshall, que no es tan señor que digamos, seguro tiene unos treinta y pico, esta bueno el hijo de puta.
—¿Has intentado tener algo sentimental con alguien? —Niego.
—Para nada, hace mucho que no siento nada. Y no es que quiero sonar interesante, o hacerme la difícil... —Conecto sus orbes con los míos—. Simplemente no llega nada.
El señor Marshall, o como le digo cuando salimos de su consultorio, Stev, comenzo a tratarme hace cinco años. Vengo por aburrimiento, para no encerrarme en casa y ya. Sus terapias son una mierda o yo tengo el cerebro podrido ya que no noto mejoras.
—A veces, solo a veces, logro olvidarlo por completo. —Me siento un poco orgullosa al decir eso—. Pero algo me hace retroceder en el tiempo, me hace caer.
—Los espectros son así, Tanya.
—Te arrastran a la oscuridad y te quieren tener ahí, encerrado, con ganas de que ardas. —Aparta su mirada de la mía y alzo la comisura de mi labio al notarlo.
Deja salir un suspiro y mira otra vez la planilla con mis datos.
—Eres jóven, demasiado, muchos años por delante. —Asiento—. ¿Has pensado en dejar el CNP?
—Varias veces, pero es lo único que me distrae de mis pensamientos.
—Mucha distracción es mala.
—Es lo único que sirve. —Me encojo de hombros.
—¿Sigues fumando? —Asiento y el lo anota—. ¿Cuánto duró tu último turno en la comisaría?
—Treinta y nueve horas. —Niega mientras lo anota—. Mi jefe me obligó a ir a casa.
—Insisto en que él debe estar al tanto de...
—No. —Le interrumpo—. Me niego a tener la lástima de los demás, mucho tengo con la tuya que siempre me miras de esa forma que odio.
Baja la mirada y acomoda los lentes que le dan ese toque maduro que me encanta.
—¿Cómo vas con las lluvias y tormentas? —Pregunta—. En estas épocas suele llover mucho.
—Bien, supongo. —Miro por la ventana—. Nada de otro mundo.
—Te veo mas relajada, —Me mira con un toque de decepción y me molesta que me vea capaz de algo así.
—¿Tú también? —Inquiero, molesta.
—Tanya, no me malinterpretes...
—Creí que enserio confiabas es mi, que enserio creías que yo podia lograrlo sin eso, pero al final todos me tachan siempre de lo mismo.
—Tanya, déjame... —Me levanto de la camilla, agarrando mi chaqueta y le tiro el bajo de billetes con el cuál le soborno todos los meses para que nadie sepa de mis problemas.
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Obsesión || Jack Conway y tu [TERMINADA]
Fanfiction-No voy a volver a revolcarme contigo, eres mi jefe. -Le recuerdo cruzando los brazos sobre mis pechos. Me jode su descaro cuando baja la mirada a ellas. -¿Te niegas sabiendo que te di el mejor orgasmo de tu puta vida? -Okey también me jode su ego...