Obsesión || Jack Conway y tu [TERMINADA]

44. Pain...

•°•Narra Conway•°•

Siento el pecho demasiado pesado, la cabeza me da vueltas y tiro los artefactos médicos al suelo en un ataque de rabia.

—Entró en un coma. —Informan a mis espaldas pero ni siquiera lo tomo en cuenta. No tengo cabeza para nada.

Mis piernas no dan para mantenerme en pie y caigo de rodillas, agarrando el cuerpo de mi mujer que está tendida en el suelo.

Varios disparon yacen por su torso y me niego a que me la quiten, me niego a aceptar que me dejo, que me la arrebataron. Mi hijo está dentro suyo y sigo pensando que estoy en un mal sueño, que en realidad está en ese sucio cuarto de limpieza donde la dejé escondida y no aquí, tendida en mis brazos con varios balazos adornando su pecho, cierro los ojos con fuerza cuando veo dos en su vientre y me aferro a su cuerpo cuando Volkov me toma del hombro.

—Conway... —Dice despacio y vuelvo a negar—. Déjela, se lo que esta sintiendo y...

—¡No lo sabes mierda! —Oculto mi rostro en su cuello, tratando de sentir su característica fragancia pero no la encuentro—. No lo sabes... Ya perdí, perdí a Julia, Perdí a mis hijos —Inevitablemente una lagrima desciende por mi mejilla—. Quería hacerlo bien esta vez...

—Alejese de ella... —Puedo oír como su voz se corta.

—Ibamos a formar una familia... —Dejo mi mano sobre el vientre frío pero no se siente igual.

La quiero aquí, ahora y conmigo. Estoy furioso conmigo mismo, debí llevarmela cuando me lo pidió y no dejarla ahí.
Su hermano esta en coma y no sé que pasará cuando despierte. Sus padres estan en Rusia y no tengo el puto valor para llamarlos, ni siquiera tengo el valor de dejarla ir.

—Venga... —Volkov tira de mí cuando varios enfermeros intentan llevarse a Tanya en una camilla.

No puedo describir el dolor que siento en mi pecho y ya no puedo controlarlo más, tapo mi rostro al darme cuenta de que otra vez perdí.

Permanezco en esa posición durante un rato, me siento perdido y varias veces quiero ir a la morgue pero Vokov me lo niega, diciendo que eso será peor pero no.

—Traeme un puto café. —Digo sin mirarlo.

Murmura un si y se levanta de mi lado, cuando no lo veo rápido me levanto del suelo, camino hasta llegar a la morgue y todo es un puto caos por los recientes atentados pero no me interesa, me niego a soltar a la mujer que amo.

Al adentrarme a la sala fría, me encuentro con su cuerpo aún en la camilla y lo destapo. Rápidamente miro sus piernas y no sé que sentimiento avasalla mi cuerpo cuando veo que no tiene las heridas.

No esta su rodilla raspada que yo limpie, ni la cortada de vidrio que vende.

Los cables se unen en mi mente y saco el móvil de mi bolsillo, encendiendo la linterna. Abro sus parpados y la furia me enceguece, ya no son un gris mezclado con verde; son oscuros, marrones y sin Vida.

Alejo la camilla con furia de mí, hicieron pasar a esta por mi mujer.

Camino y camino hasta llegar a la recepción donde me encuentro a varios de mis agentes heridos.