Obsesión || Jack Conway y tu [TERMINADA]

37. Regressions and falling again...

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•°•Hace cinco años•°•

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Narra Tanya

Arreglo mi ropa mientras me miro al espejo que hay en este vestidor. El comisario se ha largado y la verdad que ya me he perdido con tantos pasillos por aquí.

—¿Tú eres? —Pregunta un Hombre detrás de mí a lo que me sobresalto.

—Vengo a una entrevista. —Intento que mi voz no salga nerviosa ya que es guapo.

Si Kylie, Estúpida que comenzo la carrera de criminología dos años después, estuviera aquí ya le hubiera pedido el número.

—Soy Greco Rodriguez. —Extiende su mano hacia mí y sonrío, tomándola.

—Tanya Morgan. —Tambien me sonríe pero suelto rápidamente su mano cuando la puerta se abre de un golpe.

—¡Rodríguez! —Espeta con rabia el hombre de traje que se adentra como loco—. ¡Deja de hacerte las putas pajas y ve a trabajar!

“Greco” solo entorna los ojos y se despide de mi con una sonrisa.

—¿Y tú quién coño eres?

—Estoy esperando al comisario Volkov. —Me cruzo de brazos y lo veo cerrar la puerta algo fuerte detrás de él.

—Pues vaya tú que se fue, qué coño quieres.

—Con cavernícolas no hablo. —Paso de él, caminando hacia la puerta—. Esperaré a Volkov.

Intento salir de los vestidores pero me toma del brazo fuertemente, volteandome otra vez. Me sorprenden unos ojos oscuros como la noche, facciones masculinas demasiado marcadas pero un ceño muy fruncido.

—No lo repetiré otra vez, muñeca. —Dice con cierto fastidio—. Qué. Coño. Quieres.

—No lo repetiré otra vez, muñeco. —Imito sus palabras y aparto de mala gana su agarre en mi brazo—. Esperaré al comisario Volkov.

Ahora si camino hacia la puerta pero que carraspee me detiene, entornando los ojos.

—Soy el superior de Volkov, por si no sabias. Soy el maldito superin...

Dejo de escucharlo cuando salgo de los vestidores y termino en la recepción. Me siento en una de las sillas mientras acomodo mi falda, tiro mi cabello corto hacía atrás y saco mi móvil para avisarle a mis padres que llegue a mi supuesto “trabajo de ensueños” mientras meto un caramelo de menta a mi boca.

El sexy hombre de traje se detiene frente a mí pero lo ignoro.

—¿Vienes a las oposiciones? —Inquiere y asiento—. Lastima, cerraron hace una semanas.

—Hu-hum. —Digo sin haberle prestado atención.

—Ahora vete a tomar por culo de mi comisaría.

—Cállese, señor. —Veo como una chica de cabello largo hasta el culo se adentra a la recepción con varios papeles en mano.