Obsesión || Jack Conway y tu [TERMINADA]

2.20. Nunca quisiste.

•°•Narra Tanya•°•

Suelto un grito cuando papá jala el gatillo, miro a Jacob, aterrada pero solo alza el pulgar en señal de que esta bien. Tuvo que tirarse al suelo cuando vió que papá le sacó el seguro al arma.

—¡¿Pero qué haces?! —Le reprendo a mi padre que esta por dispararle otra vez pero le quito el arma.

Maddie y Jay ríen como si fuera el mejor chiste del mundo que su abuelo casi mate a Jacob en su cara.
Jack agarra a nuestros hijos y rápido los lleva arriba pero mis bebés quieren quedarse a ver qué sucede.

—No, no y no. —Niega varias veces y mamá le reprende en Italiano, muy enfadada—. Lo siento, pero no lo acepto.

Lo miro incrédula ya que durante mucho tiempo insistió en que yo debía conocer a alguien para que Jack no siga quedándose aquí. Enserio no lo entiendo.

—Es mi vida. —Le recuerdo y niega.

Thomas tampoco entiende qué ocurre, es obvio que es más que un buen candidato.

—Sobre mi puto cadáver te vas a casar con este gilipollas, te lo juro por mi vida, Tanya Elizabeth Morgan.

—¿Elizabeth? —Dice Jacob con ganas de reírse pero le doy un codazo.

—Cállate.. —Me molesto más.

—Non osare rovinare la relazione di nostra figlia! —Mamá golpea varias veces a papá con un periódico.

«No te atrevas a arruinar la relación de nuestra hija!»

—Amor.. espera.. —Papá intenta calmarla.

—¡Frente de nuestros nietos! —Golpea a Thomas con el periódico cuando quiere acercarse—. ¿Dónde conseguiste el arma?

—La traje de rusia... —Murmura, agachando la mirada y mamá comienza a maldecir en Italiano.

Tapo mi rostro de vergüenza cuando comienzan a pelear. Miro hacia arriba, Jack, Maddie, Jay y hasta ivadog están mirando toda la escena hasta que se percatan de que tengo mis ojos en ellos y se ocultan detrás de la pared.

—Enserio siento que todo haya terminado asi... —Me lamento ya que desde el porche se oyen los gritos en italiano de mamá.

—Tu familia es agradable. —Me sonríe—. No puedo esperar a ser parte de ella.

Toma mi rostro entre sus manos y me besa suavemente. Habia olvidado que Jacob creció en un orfanato.
Siempre me dice que uno de sus sueños es tener hijos para darles todo lo que el no tuvo de niño.

—Ya lo eres. —Le doy otro beso—. Puedes venir mañana, quiza.

—No creo que pueda, tengo... Trabajo.

—Trabajo. —Digo al mismo tiempo que él y asiento—. No te preocupes.

Me abraza, besándome más y sonrío.

—Haré tiempo para venir, quiero ver a mi suegro, se nota a kilómetros que me ama. —Suelto una carcajada y golpeo levemente su pecho—. Descansa cariño.

Un último beso y camina hacia su auto, lo veo irse y finalmente entro, todo es un puto caos.

Thomas está oculto detrás de la pared de la cocina, viendo como mamá discute con papá, y ahora agradezco que sea en un tono de voz considerable.

—No me agrada, no lo quiero cerca y ya. —Dice Nicolás.

—¡No se trata de lo que tú quieres! ¡Se trata de lo que quiere nuestra hija! —Sigue mamá y suspiro.