Obsesión || Jack Conway y tu [TERMINADA]

9. Excusas de mierda.

Narra Tanya

Cubro la boca del superintendente al ver que los jadeos que largaba se hacian cada vez más sonoros. Aparto mi cabello que esta echo un desastre y lo tiro sobre mi espalda, contorneando mis caderas lentamente, tocando justo en el punto que me hace ahogar los gemidos.

Sus dedos clavados en mis caderas mientras ayuda a mis movimientos me hacían sonreír a cada nada y verlo en este estado despues de años conociéndolo como un cascarrabias aún me dejaba sin aire.

Me lo estoy montando sobre su escritorio, tirando sus papeles y no esta enfadado, gritándome u amenazando con degradarme, más bien parece disfrutar verme asi.
Tiene la camisa abierta y el pantalón puesto, acostado sobre el escritorio, mientras que yo solo tengo la camisa del uniforme abierta y sin brasier, con su corbata atada en mi cuello y sin nada abajo a excepción de una falda.

«¿Cómo terminamos así?» me pregunto mientras tiro la cabeza hacía atrás, disfrutando.

—¿Te encanta estar arriba, no es así? —Asiento tapando mi boca—. Responde, Tanya...

—Si..  —Digo con un hilo de voz mientras paso saliva por mi garganta seca—. Me gusta mucho, Superintendente...

Me tira de la corbata, haciendo que me recueste sobre él para besar mis pechos. No sabía con exactitud que clase de relación teníamos y no me interesaba, pero bueno, que follabamos, follabamos.

—I love these girls... —Dice magreando mis pechos.

—¿Yeah? —Asiente con su cara entre mis tetas.

—Yes... —Muerde una fuertemente y no me molesta.

Tocan la puerta e intento salir de él rápidamente pero no me lo permite, solo se clava más en mí al ver que dejo de moverme.

—¿Si? —Dice luego de aclararse la garganta. Escondo mi cabeza en su cuello, arañando su piel.

—¡Abuelo! —Dice Gustabo girando la perilla, otra vez intento salir pero Jack no me deja. Envuelve sus manos en mi espalda sin dejar de penetrarme.

—Suéltame... —Digo en un susurro cuándo el acelera los movimientos, me aferro a sus hombros y lo muerdo con fuerza, dejando marcas.

—¡¿Qué coño quieres?! —Espeta el que tengo abajo.

Inevitablemente comienzo a gemir en su oído, lo que lo hace tragar saliva y tensarse.

—¡Quiero hablar con usted! —Golpea varias veces la puerta—. ¿Por qué esto tiene seguro? ¿Se esta haciendo una paja?

—¡No! —Dice con rabia—. ¡Me estoy follando a una belleza! —Me magrea el culo sin dejar de moverme—. ¡Ahora vete a tomar por culo!

—¡Tan gracioso, Conway! —Sigue golpeando la puerta—. ¡Tan gracioso!

—¡Venga, habla ya capullo!

—¡Segismundo está enojado con usted! ¡Dice que no le pasará más información por mentiroso!

—¡Oh, como me afecta! —Estampa su labios sobre los míos para luego decir mientras me besa—: ¡Dile que no me haga llorar!

Jack tira su cabeza hacía atrás y comienzo a sentir una punzada en mi pelvis. Me tapa la boca cuando ve que cada vez mis gemidos y jadeos se hacen más altos.

—¡También tiene que ayudarme con el cabeza hormiga!

—¡¿Quién coño es... —Deja de hablar cuando muevo mi pelvis en circulos y muerde su labio inferior— Quién coño es el cabeza hormiga?!