45. Freedom

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Narra Tanya

Me cubro con las mantas y aunque quiera no puedo dormirme. No con todas esas personas caminando fuera de la habitación. No cuando mi cerebro tiene tan metido que en cualquier momento pueden entrar y lastimarme otra vez.

No duermo hace dos días y todo lo que como lo vomito en sangre ya que seguro tengo restos de vidrios en mi estómago.

El señor G no ha vuelto y no es que lo quiera aquí. No quiero verlo, porque cada que lo veo recuerdo a Jack, nuestra primer misión juntos y todo lo que pasamos hasta ahora.

Quiero perderme en mis pensamientos con él pero tampoco puedo, el miedo de que me lastimen me mantiene despierta en todos los sentidos.

Me duele hablar, me duele respirar y apenas puedo caminar hasta llegar al baño. Lloro cada que recuerdo que no tengo más antojos y tengo miedo de pensar en eso.

Mi espalda está morada al igual que mis piernas por los golpes que tengo y solo quiero más remedios para aliviar el dolor.

Como puedo me siento en la cama y recorro la habitación con la mirada, no es como la de anteriores días, es algo moderno y oscuro que tiene todas las comodidades.

Mi cuerpo entero tiembla cuando camino hacia una pequeña mesita y abro las cajoneras en busca de... Mis ojos se iluminan cuando veo un teléfono algo antiguo que parece funcionar y rápido intento marcar el número de mi hermano.

Su recuerdo me choca como un balde de agua fría y caigo al suelo, negando varias veces.
Intento marcar al 911 con mi respiración agitada pero me es imposible teclear los números hasta que lo consigo.

911 ¿Cuál es su emergencia? —Responde alguien y no puedo reconocer su voz.

—Me tienen secuestrada... —Musito mirando hacia la puerta.

¿Disculpe? —Pregunta la voz femenina y siento que me falta el aire.

—Me tienen secuestrada... —Digo al borde de lágrimas.

Un «Pi» demasiado extenso suena detrás de la línea y no puedo evitar romper a llorar. No sé cual es mi destino aquí y cuando estoy por colgar la llamada una voz me revive.

—¿Tanya? —Siento que el alma me vuelve al cuerpo y tapo mi boca para no sollozar—. ¿Nena eres tú?  —Su voz se oye ansiosa y preocupada.

—Ven por mí... —Comienzo a llorar mientras que lo escucho como intenta calmarme.

Escuchame Tanya, Por favor dime que ves, ¿Hay ventanas?

—Hay una pero está alta...

Intenta subir cariño. —Habla suavemente.

—No puedo.. —Seco mis lágrimas—. Duele mucho Jack.. —Le escucho respirar profundo y dar órdenes que no logro entender.

Anda, y te compraré langosta. —Me saca mi primera sonrisa luego de días enteros sufriendo—. Inténtalo.

Como puedo me levanto del suelo y casi me caigo si no me hubiera agarrado de un mueble. Arrastro una silla hasta la pared y me subo a ella para luego pasar a la mesita que es más alta.

—Ya. —Respiro con dificultad y toso varias veces, escupiendo sangre.

Dime que ves.

—Montañas, veo un lago, —Me paro de puntitas aunque duela—. Hay una cabaña de madera a lado de lago.

¿Logras ver la luna?

—Hu-hum...

—¿A que dirección va?

Obsesión || Jack Conway y tu [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora