Obsesión || Jack Conway y tu [TERMINADA]

22. With your heartbeat Next to mine~

Narra Jack

Acaricio el cabello de Tanya y lo aparto levemente, conectando nuestras miradas. Da leves gemidos y jadeos, disfrutando estar prendida de mi polla y muerdo mi labio inferior, intentando no soltar jadeos.

—Sueltalos. —Dice sin dejar de masturbarme.

—Nena... —Sonrie y vuelve a prenderse de mi.

Si sigue asi voy a correrme en nada, voy a parecer un puto crío que no aguanta un carajo y no quiero.

Acelera los movimientos con su mano y mueve la lengua en círculos mientras que el frío metal del piercing que tiene en la lengua me está volviendo loco. Envuelvo su cabello en mi mano e intento detenerla pero su voluntad es más fuerte.

Suelto todo en su boca, dejando escapar un suspiro pesado y ella lo recibe gustosa. Muerdo mi labio inferior cuando sigue prendida de mí y pellizco su mejilla.

—Ya... —Logro apartarla un poco y ella limpia con su dedo las comisuras de sus labios.

—¿Ya? —Asiento y hace un puchero.

—¿Quieres más o qué? —Asiente y guardo mi gran polla dentro de mi pantalón.

La tomo por debajo de los hombros y la siento en mi falda, acariciando su cabello mientras lo paso por detrás de su oreja.

«Me gusta»

Esta cría de mierda me está gustando más de lo que esperaba, más de lo que debería y para colmo me folla tan bien que me enfaba tener locas ideas.

Años fantaseando con esto y cuando ya la tengo solamente para mi me acojono. Maldito y bendito sea el día del operativo.

Solo la miro mientras peino su cabello en el cual ya se estan formando los rizos que tanto me gustan.

Me acerco y dejo varios besos en su mejila, bajando a su cuello.

—Debo trabajar... —La ignoro, abriendo la camisa de su uniforme.

Veo esos hermosos pechos cubiertos por la tela del brasier y me quedo con las ganas de besarlos cuando alguien toca la puerta.

Se levanta de mi y acomoda su camisa. Cuando veo que ya esta lista, me acomodo en mi silla.

—Adelante. —Ordeno.

Por la puerta entra Horacio, Gustabo y... ¿Emilio?

—¿Cuando llegaste de México? —Pregunto algo confundido.

—Cuando me avisaron que mi pinche hermano murió. —Dice un tanto molesto e ignoro el hecho de haberlo hecho mierda yo.

El hijo de puta de “Pablito” tenía más de quince cadáveres en el jardín de su casa.

—Mis condolencias. —Hace una mueca cuando le digo eso y mira a Tanya.

No es la primera vez que coquetea con ella en mi puta cara.

—Hola, chiquita... —Se le acerca y ella le sonríe, coqueta.

—Buenas, señor Escobilla... —Ella se acerca más a él.

Intento no rodar lo ojos y doy un golpe a la mesa.

—No estoy para putos jueguitos, a qué vinieron. —Demando un poco harto—. Ve a trabajar, Tanya.

Ella asiente y se va dedicándole una última mirada al mexicano.

—¿La señorita tiene pareja? —Pregunta Emilio cuando ella cierra la puerta, saliendo.

—Olvídate de ella, Segismundo esta interesado. —Le dice Horacio y Emilio hace una mueca rara.

—Pero si Segismudo sabe que no me molesta compartir. —Me mira a mi—. ¿Enserio está con ese mujerón todo el día y no se le para la verga?