Narra Tanya
Trabajo, trabajo y más trabajo. Me encuentro en mi oficina de tres por tres, tengo un escritorio amplio con un ordenador pero hay tantos papeles con fechas por remarcar que siento que mi cabeza va a explotar.
Maldigo una y otra vez a mi jefe.
Mi estúpido y sensual jefe.
Hago una mueca cuando recuerdo como entró como si nada, dejándome una pila de papeles sobre el escritorio como si fuera una alumna a prueba.
—¿No quieres tomarte un descanso para ir a almorzar? —Niego con la pregunta del ruso.
—Lo que quiero es terminar esto lo antes posible. —Dejo el papel en la planilla, mirando a Alex—. ¿Puedes creer todo lo qué me está dando?
—¿Que hiciste ahora? —Suspiro y bajo la mirada a los papeles desparramados en mi escritorio.
Qué no hice es la pregunta. No entiendo su necesidad de mezclar mi vida personal con el trabajo.
—No lo se. —Le resto importancia—. Se habrá levantando de mala hostia o no se ha hecho una paja en semanas. No se qué cojones le pasa por la cabeza.
—Intenta solucionarlo, últimamente no lo puedes ni ver. —Camina hacía la puerta—. Intentaré traerte el almuerzo.
—No hace falta Alex, come tú que yo desayuné bien. —Le sonrio y con lo que le digo alivio su expresión.
Sale de mi oficina y yo me recuesto sobre mi asiento, sacando un cigarro de la cajetilla. No nos permiten fumar dentro de comisaría pero si el viejo lo hace ¿Por qué yo no?
Doy una gran calada y mantego el aire en mis pulmones por un largo rato, aguantando la respiración. Me ahoga un poco pero no lo largo. Con mis piernas me balanceo en la silla, dando un giro de 360 grados, y como es divertido, lo hago otra vez. Varias veces repito la misma acción hasta que veo a alguien frente de mi escritorio.
—¿Así trabajas? —Asiento, ocultando el cigarro abajo del escritorio y mira el reloj—. Es tu hora de almuerzo, ve y come algo.
Niego, restándole importancia y dejo el cigarro en el cenicero de abajo de mi escritorio, concentrándome en mis papeles.
—Se que estás fumando, tengo olfato. —Levanto la vista, tiene las gafas puestas y que la puerta este cerrada me pone a la defensiva—. Ve a almorzar.
—No tengo hambre. —Digo dando una bocanada de aire por aguantar tanto tiempo la respiración. El humo sale de mi boca mientras hablo—. Tengo trabajo que hacer.
Cubro mi boca al toser y sigo respirando mientras que el humo sigue saliendo, agarro otra planilla y mantengo la mirada en el nombre. Lo ignoro y la dejo a un lado del escritorio, encendiendo el ordenador mientras paso a otra planilla.
—No lo repetiré, ve y almuerza. —Apoya sus manos sobre mi escritorio.
—Tomé un café hace unas horas. —Miento y leo la planilla para buscar el nombre en el ordenador.
—¿Cuándo fue tú última comida solida?
—Me agradabas más cuando te encerrabas en tu despacho y no me jodias. —Le hago saber y sale de mi oficina dando un portazo.
Sigo haciendo mi trabajo y se reojo veo la planilla que deje a un lado, saco el cigarro y sigo fumando, encendiendo al menos tres más para tratar de quitarme la sensación que no me tomaba hace ya una semana pero no desaparece.
Frustrada, termino la caja de cigarrillos que no sirven para mierda y me recuesto otra vez en la silla mientras meto a mi boca un caramelo de menta, descansando de todo el papelerío el cual ya llevo la mitad clasificado.
Un aroma delicioso me hace levantar la mirada y veo a Jack entrar con una bolsa en la mano. Lo miro confundida y aparta los papeles de la mesa, la deja libre y saca las cosas de la bolsa.
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Obsesión || Jack Conway y tu [TERMINADA]
Fanfiction-No voy a volver a revolcarme contigo, eres mi jefe. -Le recuerdo cruzando los brazos sobre mis pechos. Me jode su descaro cuando baja la mirada a ellas. -¿Te niegas sabiendo que te di el mejor orgasmo de tu puta vida? -Okey también me jode su ego...