5. El señor G 😝😋🤟🏻

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Narra Tanya

Camino hacia el despacho de Conway, me había citado para tener una breve reunión conmigo y sinceramente espero no haberla cagado en algo al salir con mis amigos anoche. Mañana era lunes y estaba preparándome mentalmente para lo que sea que venga, ya que Margot, la proxeneta, dijo el viernes que el lunes debia darnos una noticia importante.

Los fines de semana solo se quedaban las tres mujeres que más pasta hacían y yo por ser nueva, Margot me envió solo por ese finde semana a “descansar”. Sospechaba otra cosa pero mejor era no indagar.

Toco la puerta del despacho del segundo piso y él me da la orden a que pase. Entro y lo veo ahi, sentado como siempre en esa gran silla, levanta la mirada de los papeles que tenía en su mano y pude notar como alza la comisura de sus labios carnosos. Paso saliva y cierro la puerta.

—¿Me necesitaba? —Me acerco hasta llegar frente de su escritorio.

Pasa su vista por los jeans que llevo puesto ya que en un operativo asi no puedo andar con el uniforme hasta que termine.
Él deja los papeles encima del escritorio.

—Por favor, siéntate. —Hice caso y espero a que hable—. ¿Recuerdas algo de lo que pasó anoche?

—No, lo último que recuerdo es haberle ganado a Greco en el billar, luego de eso, todo negro, ¿Por qué preguntas?

¿Y si hice el ridículo y no lo recuerdo? Joder que verguenza, ¿O acaso el sueño que tuve...? Dios no.

—¿Reconoces esto? —De su bolsillo saco lo que parecía ser una tela negra.

Y, oh, si. Tenía mis putas bragas en la mano. ¿Por qué las tenía él? O si sé, ¡Se las tire en la puta cara! No soy alguien que se avergüenza a cada nada, pero creo que mi valor me dejo abandonada apenas entre aquí.

—¿Por qué las tiene usted? —Me hago la loca y él frunce el ceño, preocupado.

—¿Enserio no recuerdas absolutamente nada? —Niego y se lavanta de su lugar, acomodando la corbata—. Refréscare tu memoria: Anoche nos encontramos en esa sala de billar, y tú tuviste la brillante idea de jugar Strip Poker. —Sigo cada movimiento que hace—. Claro, acepte.

—No debiste hacerlo —Le reclamo, apartando la mirada mientras niego.

Agarra mi barbilla y conecta nuestros orbes.

—Ambos la pasamos muy bien. —Sonrie y miro su mano, en donde tenía mis bragas. Intento quitársela pero aparta la mano.

—Son mis bragas favoritas. —Le hago saber.

—Eran. Ayer me las regalaste. —Saca su mano de mi barbilla y se apoya en el escritorio que esta detrás de él—. ¿Sabes qué cada vez que mientes miras hacía la izquierda?

—Espero que no hayas visto lo que pasó ayer como una insinuación. —Hice una breve pausa y comencé a jugar con mis manos—. Eres mi jefe y yo te respeto como tal...

—¿Asi qué no fue una insinuación? —Niego, el guarda mis bragas en su bolsillo sin dejar de mirarme, intentando buscar algo en mi mirada—. Que lastima.

Se levanta y camina hacia su silla, se coloca sus gafas oscuras y sigue arreglando sus papeles. ¿Enserio habia dicho «Que lastima» o fue una alucinación?

Salgo de allí lo más rápido posible sin despedirme siquiera, sentía mis mejillas algo calientes. Cierro la puerta de su despacho y me apoyo en ella soltando un gran suspiro.

Comienzo a caminar por el pasillo y escucho la puerta de su despacho abrirse entonces camino más rápido. Los pasos no dejaban de escucharse, cada vez más cerca de mi, hasta que unos grandes brazos me rodean y me hacen girar sobre mis talones, encarando su mirada en mi ya que no tenia sus gafas. Me miraba de una manera totalmente diferente, nunca me miró así.

Obsesión || Jack Conway y tu [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora