Narra Tanya
Me siento en su sofá, empapada ya que vine en mi Hakuchou lo más rápido que pude. Veo como camina a su cocina para volver a mi con algo entre manos.
—No me gusta el café. —Espeto y rueda los ojos.
—¿Qué quieres entonces?
—Licor o vodka junto con un porro si es posible. —Le pido y se devuelve a la cocina.
Stev Marshall, mi terapeuta, es la persona más amable y comprensiva de todo el mundo, siempre ha sido muy respetuoso conmigo aunque varias veces le he insultado y tratado mal. Es el único al que le tuve confianza para contarle a fondo todo que le pase y aunque dolió, sirvió para al menos aliviar el nudo que siento en el pecho.
No encuentro mi móvil y supongo que lo deje en mi oficina, asi que me quito mi cazadora y seco los restos de agua cuando Stev me extiende unas toallas.
—No te veo hace un mes. —Me dice cuando llega con dos tazas humeantes y una cajetilla de cigarros.
Se sienta enfrente de mi, dejando una taza de chocolate caliente en la mesa de centro y me extiende la cajetilla.
—Es medicinal. —Me avisa y saco uno.
Lo llevo a mi boca y lo enciendo para dar una calada grande, sintiendo como mi cuerpo se relaja. Las únicas órdenes que sigo (a veces) son de él, como cuando me dijo que debia dejar otra vez la cannabis ya que no parecía mejorar mi estado porque estaba gerenando otra adicción.
También agarra un cigarro y lo enciende.
—¿Algo que decir? —Inquiere mientras bebe de su café y lleva otra vez el cigarro a su boca.
Sonrío a causa de los efectos que genera y me siento flotando en una nube, bebo mi chocolate caliente y me encojo de hombros.
—No sentía la necesidad de venir. —También me sonríe.
—Es un avance. —Tapa su rostro cuando comienza a reírse—. ¿Conociste a alguien?
—Naa... —Digo despreocupada y también rio junto a él.
—¿Entonces? Nunca faltaste a una sesión en los últimos cinco años, felicidades Tanya, estoy orgulloso de ti.
Esas palabras son como una daga para mi pobre corazón drogado. Bajo la mirada concentrandola en el cigarrillo.
—¿Quién podría estarlo de mi? —Le resto importancia.
—Yo, y apuesto a que muchos más. —Me anima y sonrio—. ¿Cómo va esa misión de la que tanto hablabas?
Pongo mi dedo indice en mis labios, haciendo un «Sshh» y él hace lo mismo para luego reírnos.
—Esta pausada por no sé que mierda, Dione sigue fuera de la ciudad.
—¿Y fue bien? —Inquiere bebiendo de su café y asiento.
—De maravilla. —Doy otra carcajada al recordar como me folle al gilipollas de mi jefe.
No sé por cuanto tiempo pasamos riéndonos de todo, pero me detiene cuando intento agarrar el cuarto cigarro.
—Es mejor que descanses. —Me da una de sus camisas para que duerma cómoda, guiandome a la habitación de huéspedes.
No espero a que salga que ya comienzo a desvestirme y siento que cierra la puerta, dejándome sola ahí. La lluvia persiste y ya no me siento tan mal, solo me siento vacía.
Dejo la ropa a un lado y me pongo su camisa, dejando solo mis bragas debajo.
—Pondre tu ropa en la secadora. —Avisa el rubio cuando llego a él.
ESTÁS LEYENDO
Obsesión || Jack Conway y tu [TERMINADA]
Fanfiction-No voy a volver a revolcarme contigo, eres mi jefe. -Le recuerdo cruzando los brazos sobre mis pechos. Me jode su descaro cuando baja la mirada a ellas. -¿Te niegas sabiendo que te di el mejor orgasmo de tu puta vida? -Okey también me jode su ego...