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A mitad de la noche apareció Michelle; cabello alborotado por el viaje, maquillaje corrido por haber dormido sin desmaquillarse, ropa holgada y una gorra para pasar desapercibida. Para aquellos que en verdad la conocían, como su familia y el odioso de Theo, estaban acostumbrados a verla desarreglada, era el modo en que le gustaba vivir. Pero una foto de ella en esos momentos causaría mucho revuelo. ¿Michelle, fancy, Velázquez en ropa deportiva? Imposible.
Alexander exageraba, claro estaba, pues ninguna noticia podía opacar en esos momentos las fotos de él y Diego besándose.
—Pequeñajo.
—Fastidiosa.
Su hermana se abrió camino hasta la sala de estar, donde se deshizo de la gorra y dejó caer la maleta de mano. Examinó el lugar en la oscuridad. Quería ver cómo se las arreglaba su hermanito solo. "Por lo menos se puede ver el piso", pensó ella, sorprendiéndose de lo pulcro que podía ser Alexander.
—Te las has apañado bien estos meses sin supervisión. Duque y yo apostamos a que te atraparían en menos de una semana. —A su hermano Guillermo, dos años menor que Michelle, le habían apodado Duque hacía tanto que ya no recordaban por qué le llamaban así. Lo más probable es que se lo hubieran puesto antes de que Alexander naciera—. Qué pena, pensaba comprarme un labial hermoso con los doscientos euros.
—¿Tu perfecto esposo no puede consentirte ni siquiera con un estúpido labial? —Michelle no dijo nada, estaba acostumbrada a los comentarios despectivos contra Theo. Alexander agachó la cabeza. Era malo empezar insultando a su hermana si quería conseguir quedarse—. ¿Quién ganó la apuesta entonces?
—Anna te tiene más fe que nosotros.
—¿Cómo está? ¿Cómo están todos? —se corrigió.
Los ojos verdes de Michelle, a diferencia del principito, eran más profundos y, pese a que no era intención de ella, más bien un rasgo heredado de su padre, daban la impresión de juzgar a todos los que se encontraban en su mira.
—Lucas está en lo suyo, como siempre, con la diferencia de que ahora papá y él salen a montar seguido. Anna está preocupada por su titulación aunque faltan meses para eso. Duque se la pasa en cenas benéficas para ignorar el repentino interés que la abuela siente por él. Papá se ríe más seguido, lo cual sería bueno si no fuera porque lo hace para ocultar lo nervioso que lo pone la abuela. Mamá llora seguido y le estresa estar en la misma habitación que la abuela, así que acompaña a Guillermo a las cenas. La abuela ya no sabe a quién más controlar y yo me encuentro haciendo de mediadora.
Básicamente, los cambios dentro de la familia real se debían a su repentina huida. Cuando regresara a España —si es que decidía hacerlo— se enfrentaría a la ira de sus hermanos, padre y abuela.
"Si de por sí no soy la persona favorita de mis hermanos, con esto puedo esperar que no me dirijan la palabra por un buen rato".
—¿Disfrutaste tus vacaciones?
La tarde anterior creyó que Michelle llegaría dos días después, no once horas después de colgar la llamada con su madre, por eso no estaba preparado para tener una conversación con ella. Pensó que al menos tendría una noche para dormir bien. Y lo peor era que, aunque Alexander se pusiera a divagar, su hermana abordaría el tema tarde o temprano.
—Mi luna de miel, Mateo. —Evitó rechinar los dientes al escuchar su segundo nombre—. Y, sí, fueron preciosas. Theo me consintió todo el viaje y no paró de hacerme sentir como si ya fuera la reina de España. —Alexander bufó—. Es muy tierno, deberías darle una oportunidad.
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Rey Busca Líos
Teen FictionDiego es conocido como el Rey Busca Líos de la preparatoria Roochemore. Quien, según los rumores, es un pandillero que no soporta que invadan su espacio personal. Por esa razón nadie se explica cómo Alexander, el chico nuevo, ha conseguido hablarle...