[Capitulo XX]

385 69 17
                                    

▬►▬

—¿Saben algo de Diego?

—Dicen que está hospitalizado.

—¿Por qué?

—Una pelea a lo bestia con una pandilla. Dicen que él ganó —comentó una chica morena, frotándose los brazos a causa del frío.

—Eso no es cierto, la verdad es que está de viaje —se metió otro chico de su misma clase, alto y refinado.

—¿De verdad?, ¿a dónde? —preguntó otra chica más.

—Mmm... creo que a Miami.

—¿Cuándo creen que regrese?

—No lo esperes hoy, Fabiola.

Cada persona en Roochemore inventaba una nueva locura acerca del paradero de Diego, pues, si bien solía faltar a las primeras clases o, en ocasiones, tenía la desfachatez de saltárselas, siempre se le veía en algún punto del día. Era como ¿Dónde está Wally?, tenías que buscar minuciosamente para encontrarlo, pero, a fin de cuentas, siempre lo hallabas.

Esos cuatro días desde la "desaparición del rey", todos estaban vueltos locos tratando de encontrar información que respaldara las teorías que se comenzaban a crear... Igual que en todas las escuelas, los alumnos hacían todo menos estudiar.

A las únicas personas que de verdad les importaba saber cómo estaba Diego, se mantenían casi todo el día callados y se limitaban a cumplir con sus deberes. Por supuesto, este comportamiento solo lograba llamar más la atención de sus compañeros e, incluso, les daba una excusa para hablar con Alex.

El chico guapo era, aunque casi nadie se percataba, el más inquieto respecto al tema, siempre que alguien se le acercaba tímidamente para preguntarle por Diego, le daba la vuelta a la conversación y omitía hablar de él. A nadie le molestaba esta jugada, ya que, por lo menos, habían conseguido hablar con él.

Por otro lado, Liliana se había sumido a fondo en sus clases, conteniendo las ganas de ir a la casa de Diego para saber qué le ocurría. Sabía que él no era de conectarse en redes sociales, así que los primeros dos días que no contestó sus mensajes lo pasó de largo, sin embargo, a esas alturas, la presidenta empezaba a creer que Diego estaba muerto o algo parecido. Ese tipo de pensamientos hacía que se sobresaltara cada vez que le llegaba una notificación, esperando una respuesta suya. Había hablado con Rafael para aclarar su mente —después de todo él lo conocía más— y su única respuesta fue: "Dale tiempo". Así que Liliana se limitó a seguir su consejo.

Y Lara también se preocupaba por él... a su forma. Contribuía con los chismes y le preguntaba a Liliana o Alexander si sabían algo; esta actitud molestaba en cierta medida a la presidenta, pues se suponía que ella comenzaba a ser amiga de Diego. Pero, al contrario de sus compañeros, ella realmente buscaba obtener una pista para sentirse un "poquitín" aliviada.

En cuanto a los profesores que estaban al tanto de lo que en verdad ocurría con Diego, reunían fuerza para soportar los murmullos en su salón cada vez que se daban vuelta.

Parecía que la escuela giraba en torno al rey esos últimos cuatro días.

(...)

—¿Estás seguro?

Diego asintió, subiéndose el cierre de la chamarra.

—Pero aún no te ves bien —mencionó su tía Mónica, quien se había quedado unos días más para apoyar en lo que fuera a Juliana—. ¿Cuántos días te dio Enrique para que descansaras?, ¿dos semanas?

Rey Busca LíosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora