I know I can save you {Luke Hemmings}

Capítulo Setenta y Tres.

Capítulo Setenta y Tres:

Me encontraba acostada en las piernas de Luke, mientras él acariciaba mi cabello lentamente y tarareaba una canción que yo desconocía.

La fuerte lluvia no había cesado, -y se notaba que no lo iba a hacer por un largo tiempo más,- así que las fuertes gotas seguían cayendo fuertemente y su ruido rompía el silencio que inundaba el lugar.

Mis párpados se cerraban debido a la tranquilidad del momento, pero yo los volvía a abrir para mirar fijamente los bellos ojos celestes del rubio que ahora puedo llamar como mi novio.

De repente, Luke se incorporó en el suelo y yo me levanté de sus piernas. Me senté como indio y el muchacho habló.

Luke: ¿Queres hacer algo? –Propuso. Yo asentí.

_____: Lo que vos quieras. –Sonreí, él se levantó del piso, y me miró.

Luke: ¿Queres ver una película? El otro día alquilé una pero todavía no la vi. Y mañana la tengo que devolver.

_____: Claro. –Sonreí y el chico se agachó para besar mi cabeza. Me estremecí levemente y cerré los ojos.

A los pocos segundos Luke volvió con una caja de película en su mano. Prendió la televisión, y la puso. Me mostró la tapa. “The maze runner”. Asentí recordando cuando Abby la fue a ver con su prima al cine y regresó totalmente enloquecida diciendo que había sido la mejor historia creada.

El rubio dio un salto y se tiró en su cama. Palmeó dos veces el otro costado de ésta indicándome que vaya con él. Le hice caso y me acosté a su lado. Suspiré cuando sentí el brazo del muchacho rodearme la cintura, acercándome más a su cuerpo. Me estremecí cuando el calor del cuerpo de Luke comenzó a pasar al mío. Me escondí en su pecho, y olí con una sonrisa su aroma. Finalmente me separé y me acosté en su hombro.

Luke le puso play a la película, y suspiró. Me preguntó si estaba cómoda, yo solo me limité a asentir sin apartar mi vista de la televisión. Mi piel se erizó y mordí mi labio levemente cuando sentí los tibios labios de Luke, -más su frío piercing,- chocar contra mi mejilla.

Traté de concentrarme en la película, y no en que mi corazón estaba golpeándome fuertemente en el pecho.

Tengo que admitir que en ese momento entendí porque a todas las chicas les gustaba Dylan O’Brien.

Y al parecer Luke notó mi boca entreabierta y mis ojos clavados en el actor, porque dejó de rodearme y puso su rostro frente al mío. Sacudí mi cabeza y lo miré, avergonzada. Él no dijo nada, solo se colocó encima de mí y me miró alzando una ceja. Lo miré sabiendo cuáles eran sus intenciones.

_____: ¡Luke no! –Chillé cuando el muchacho comenzó a hacerme cosquillas en el estómago. Ése era mi punto débil. Desde pequeña. Por eso cada vez que mi hermano –o amigos- querían sacarme algún secreto o algo que les ocultaba, usaban ese método. Y afortunadamente, -para ellos,- siempre funcionaba. 

Luke: ¿Te parece lindo? –Preguntó tratando de sonar serio, pero su sonrisa divertida lo impedía. Yo me retorcía de la risa y me costaba hablar. Asentí.

_____: ¡S-Sí! –Luke comenzó a hacerme más cosquillas y más fuertes, a lo que me empezó a doler el estómago de tanto reír, y también me costaba respirar.

Luke: ¿Pero quién es tu novio? ¿Y el chico más lindo del mundo? –Me gritó, riendo. Yo no podía hablar, solo me retorcía en la cama y soltaba fuertes carcajadas. Abría la boca para hablar pero solo más y más risas salían de ella. Traté de decirle a Luke que parara, pero no me hacía caso, así que con el poco aire que me quedaba, grité.