I know I can save you {Luke Hemmings}

Capítulo Ochenta y Dos {Final}

Nota importante al final. 

Capítulo Ochenta y Dos: {Final}

Estaba terminando de peinarme el cabello cuando escuché el timbre. Sonreí y dejé el peine en el baño. Bajé corriendo las escaleras, con cuidado para no tropezarme. Eddy me miraba pícaro desde el sillón, y sentí mis mejillas calentarse.

Abrí la puerta, y me encontré con el chico que no podía sacar de mi cabeza desde que lo conocí. Sus ojos recorrieron todo mi cuerpo y sonreí avergonzada.

Luke: Estás bellísima. –Me agarró de la cintura y besó mi mejilla.

_____: Gracias Luke, tú tampoco estás nada mal. –Le guiñé un ojo y rió. Llevaba una camisa blanca y unos jeans negros apretados.

Luke: Eddy. –Saludó cuando lo vio, seguramente atrás mío tratando de ver la situación.

Eddy: ¡Cuídense!

Salimos de la casa, y comenzamos a caminar en silencio. El chico todavía no me había dicho nada acerca de la sorpresa, ni siquiera qué debería ponerme. Así que después de luchar un par de horas con mi armario, me decidí por un vestido rosa pastel que me llegaba hasta las rodillas, y mis converse.

_____: ¿Vas a decirme a dónde estamos yendo? –Rió.

Luke: ¿No crees que eso arruinaría la sorpresa? –Rodé los ojos, a lo que rió y besó mi frente.

Seguimos caminando, hasta que llegamos al mismo parque donde habíamos ido después del baile escolar. Sonreí recordando todo lo que había sucedido esa noche, y sonreí cada vez más cuando vi una manta, y unos platos con comida en el césped.

_____: Que linda sorpresa. –Dije feliz, sentándome en la manta.

Luke: Todavía falta una parte, pero eso más tarde. –Sonrió divertido y yo me emocioné cada vez más.

La noche estaba hermosa. Las estrellas y la luna iluminaban lo suficiente para vernos la cara. No hacía frío, ni calor; solo había una leve brisa. Luke estaba sentado a mi lado, comiendo frutillas con crema. De vez en cuando me daba una a mí, pero la mayoría las estaba comiendo él. Defendiéndose diciendo que "Era su postre favorito".

En un momento, noté como le quedó un poco de crema en la comisura de los labios. Luego de soltar una fuerte carcajada, me acerqué para sacársela con el dedo. Él, al ver mis intenciones, apartó mi mano y me besó fuertemente. Sentí mis mejillas arder y bajé la mirada. Pero después la volví a subir para juntar nuevamente nuestros labios.

Luke: ¿Recuerdas la primera vez que vinimos aquí?

_____: Sí, después del baile. –Sonrió con nostalgia.

Luke: A partir de ahora, intentemos decirnos todo lo que sentimos, ¿Está bien? –Asentí. No haber hablado de nuestros sentimientos desde el principio, nos había llevado a un montón de dolor y dudas.

Me acerqué a él, y lo besé con dulzura. Mis manos jugando con su despeinado cabello y las suyas acariciando mi mejilla.

Luke: ¿Lista para la segunda parte de la sorpresa? –Dijo cuando nos separamos, asentí entusiasmada.

El rubio juntó los platos, acomodó unas cosas, y se sentó como indio frente a mí. No hizo nada por un par de segundos, pero luego carraspeó y me miró, nerviosamente.

Luke: Castaña, sabes lo mucho que te amo. Haría cualquier cosa por ti, cualquier cosa por verte feliz. Porque tú luchaste para hacerme feliz a mí. Y lo lograste, lo lograste desde el primer intento. Sé que nunca vamos a ser perfectos, ni que todos los días van a ser geniales. Pero te prometo algo, a mí lado, jamás, jamás, jamás, sufrirás. Yo me encargaré de eso, desde el día en el parque de diversiones me di cuenta de que nunca quería perderte. Siempre estaré para cuando me necesites. Para cuando quieras a alguien con quien hablar, con quien desahogarte, o simplemente para pasar el tiempo. ¿Por qué? Porque tú me completas. Me haces sentir de una manera que nunca sentí antes. Cuando te tengo en mis brazos siento que estoy en un sueño del que no quiero despertar, cuando me besas siento que eres la persona con la que soñé toda mi vida, y la persona con la que soñaré el resto de ella. Y cuando no estás, solo sé que no puedo esperar hasta el momento en que vea tu rostro de nuevo. Cada mañana que no quería salir de la cama, lograba hacerlo con ganas, porque la única cosa que me hacía querer seguir viviendo, eras tú. Y yo quiero ser la persona en la que pienses antes de acostarte, y apenas te levantes. Quiero ser la persona que pienses inmediatamente cuando alguien nombre al "amor". Quiero ser tuyo, y quiero que tú seas mía. Y solo hay una forma de estar seguro de si tú quieres ser mía también. Por eso, _____ Rose Smith... -Hizo una pausa, y yo aproveché para limpiarme las lágrimas que caían de mis ojos como cataratas. Solté un gemido cuando Luke se arrodilló frente a mí, y sacó una cajita de su bolsillo.- ¿Quieres casarte conmigo? –Abrió la cajita, y un hermoso anillo de plata quedó a la vista.