Capítulo Cuarenta y Seis.

19K 727 91
                                    

Capítulo Cuarenta y Seis:

Abby, se quedo boquiabierta. Pero, eso no evito que una sonrisa de oreja a oreja aparezca en su rostro.

Abby: ¿Enserio? ¿De…? -Me dijo esperando una respuesta.

_____: De alguien muy especial para mí. –Dije cabizbaja.

Abby: ¿Y ese alguien es…?

_____: Luke Robert Hemmings.                    

Con Abby salimos del cuarto del conserje. Ella estaba balbuceando como loca, diciendo cosas que me eran difíciles escuchar, pues hablaba rápido y en voz baja. Decía cosas como “Te dije que te ibas a enamorar” “El amor es hermoso, _____” “No te preocupes, Luke no te va a hacer sufrir”.

Le iba a responder a Abby, cuando siento que alguien me agarra bruscamente del brazo, y me tapa la boca con un pañuelo. Intente gritarle a Abby, pero ella estaba muy ocupada en su mundo.

Me agarraron fuertemente y digamos que maso menos me arrastraron hasta el gimnasio. Yo trataba de defenderme, pateaba, trataba de sacarme el pañuelo de la boca, (lo cual, no pude, pues me tenían agarradas las manos) también trataba de gritar, pero me era imposible. Solo salían apenas audibles quejidos de mi boca.

Xx: Vamos a ver quién te saca de acá, y cuando. –Dijo Aleisha riendo malvadamente y me metió bruscamente en un baño de los de las porristas. Cerró la puerta con llave, rió nuevamente, y luego escuche como se alejaba. También cerrando la puerta del baño.

Con los ojos abiertos como platos, empecé a golpear la puerta con mi espalda, a ver si podía abrir la puerta, o por lo menos, a ver si alguien me escuchaba. Lo cual, no era muy probable pues todos debían estar en clase.

Intente por unos minutos más, pero decidí parar porque ya me estaba doliendo la espalda, y, obviamente, no iba a poder abrir la puerta. Estaba comenzando a desesperarme. Por varias razones.

1.    Odio estar en lugares pequeños por mucho tiempo. No es que sea claustrofóbica, solo que no lo soporto, y eso hace que me desespere.

2.    Me estaba perdiendo clases, luego me iban a regañar.

3.    Me dolía la espalda.

Intente desatar el nudo de la soga atando mis manos, pero estaba muy bien hecho. Maldita Aleisha.

Me deslice por la pared hasta caer sentada. Tape mi cara con mis rodillas, y empecé a llorar levemente. ¿Por qué me hacían esto a mí? ¿Yo qué le hice a Aleisha? Nada. Absolutamente nada. No entiendo porque me odia. Yo nunca le hice nada.

Ya habían pasado unos 25 o 30 minutos, y yo seguía ahí, sentada en el piso de un baño, desesperándome, y llorando levemente.

De repente, escuché como algo o alguien golpeaba la puerta fuertemente. Me pare, un poco ilusionada, mientras limpiaba mis ojos con la palma de mi mano.

Siguieron golpeando la puerta fuertemente, hasta que esta se abrió, dejándome ver a Luke parado frente a esta. Su respiración era agitada, y su pecho subía y bajaba fuertemente. Parecía nervioso.

Como me quede ahí, parada, mirando a Luke, sin hacer nada más, sin mover ni un solo musculo, él corrió hacia mí, y me envolvió fuertemente en sus brazos. Sin pensarlo dos veces, rodee su cintura con mis brazos, y apoye levemente mi cabeza en su hombro, mientras lloraba un poco más. La verdad, ya ni sabía porque lloraba. Solo pasaba.

Luke: Tranquila, estoy con vos. –Murmuro y acaricio mi pelo suavemente. Solloce nuevamente.- Shh, Shh, tranquila, ya te saque, estás conmigo. –Esas últimas palabras provocaron que mi llanto empezara a parar. Luke, al escuchar que yo ya no lloraba más, agarro mi cabeza de su hombro, y acaricio mis mejillas con sus pulgares, secándome las lágrimas. Tampoco hace falta aclarar que volví a sentir esos escalofríos al sentir la caricia de Luke en mi piel.- ¿Te hizo algo? –Negué.- ¿Estás bien? –Asentí.- ¿Segura? –Volví a asentir.

I know I can save you {Luke Hemmings}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora