Capítulo 35

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JULIETA

ARROZ CON LECHE

Yoongi acababa de irse y Julieta seguía descolocada porque ahora tenía un chofer privado.

"OK, esto no puede ser peor, ¿cómo un chofer privado? Además del riesgo que le puedo causar al estar aquí le estoy costando dinero y ¿cuánto dinero será eso? No, definitivamente no puedo aceptarlo. Debe haber alguna otra alternativa. Bueno claro que la hay...tengo que salir de aquí."

Julieta no dejaba de sentirse culpable por todas las molestias que le estaba causando a Suga, se dirigió de nuevo a su habitación para volver a buscar departamentos y comunicarse con su agencia. Llevaba ya un rato buscando apartamentos aun sin éxito cuando un dolor abdominal la interrumpió.

-¡Ay no puede ser!

Con todo lo que había estado pasando durante la última semana se olvidó por completo, corrió al baño y efectivamente su periodo había llegado.

-¡Definitivamente esto es mala suerte!- Se quejaba Julieta.

Corrió hacia su maleta, la cual aún no había desempacado por completo, y buscó entre sus cosas, solo le quedaba una toalla sanitaría.

-¡¿Por qué?! ¡No!

Tomó la toalla y ropa limpia y regresó maldiciendo al baño para tomar una ducha rápida. Se vistió lo más rápido que pudo y arregló su cabello.

-¿Qué debo hacer?- Se decía mientras se mordía las uñas, no quería llamar al señor Choi y al mismo tiempo sabía que en ese momento no tenía otra opción, necesitaba conseguir toallas sanitarias sí o sí.

"Quizás deba llamar ahora y con suerte regrese de las compras antes de que Yoongi vuelva a casa"

-Sí eso haré.- Se dijo aún no muy convencida.

-OK, OK.- Caminó hacia el escritorio para buscar la tarjeta que Yoongi le había dado con el contacto de su ahora chofer, la tomó y miró el número.

-¿Y qué le digo? No, no quiero llamarle, esto me parece cosas de ricos, yo no soy rica. ¿Cómo debo hacerlo?

Julieta se sentía como si fuera a presentar un examen o hablar para pedir algo ilegal.

-OK no debo perder más tiempo.- Se dijo tratando de darse ánimos.

Tomó su celular, respiró profundo y marcó el número de la tarjeta. No tuvo que esperar mucho cuando una voz de un hombre de mediana edad respondió al otro lado de la línea.

-Señor Choi al habla.

-Ah...Hola, sí...Buenas tardes, habla Julieta Rodríguez.- Se presentó Julieta a la manera occidental por teléfono con los nervios haciéndole nudos en el estómago.

-Quiero decir, Rodríguez Julieta.

-Buenas tarde señorita, dígame ¿necesita ir a algún lado?

-Sí, este... ¿podría llevarme a un convini por favor?

-Por supuesto, ¿a qué hora le gustaría que pasara por usted?

-Ah, sobre eso, ¿tiene disponibilidad ahora?- Le dijo Julieta, completamente apenada.

-Por supuesto, el Señor Min me pidió que estuviera disponible para usted en todo momento. Paso por usted en quince minutos. ¿Le parece bien?

-Sí, está bien, se lo agradezco.

-Hasta pronto entonces.

-Gracias.- Y colgó la llamada.

El Idol y la RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora