Capítulo 114

277 33 14
                                    


MÁS FELIZ EN LA VIDA

JULIETA

Escuchaba cómo Yoongi entraba al baño para prepararse para dormir, le era muy difícil de creer que él estuviera ahí, que hubiera viajado miles de kilómetros solo para verla durante un día, siendo que al siguiente estarían viajando para estar juntos de nuevo en Corea, le parecía algo demasiado romántico así que solo sonreía como la chica enamorada que era.

Ella también se preparaba para dormir y sentía el corazón lleno de dicha al saber que Yoongi estaba ahí, en su casa, que había conocido a su familia, su ciudad y su casa.

Nunca olvidaría su cara de asombro cuando por la tarde un poco antes de la cena pasaron al patio trasero.

-¡Tienen arboles!- Exclamó Yoongi.

-Sí. – Le responde Julieta riendo.

-Ustedes son ricos – Le dice embelesado mirando los arboles frutales de su patio.

A sus padres, como a la mayoría de los habitantes de su ciudad, le gustaba tener plantas y árboles en su patio, en el caso de ellos tenían naranjas, mangos, aguacates e incluso un centenario árbol de tamarindos.

-No lo somos. – Le dice ella riendo.

-Lo son.- Refuta él aun embelesado mirando todo. -¡Woooaaaaa! ¡Es enorme! - Dice su novio mirando al gigantesco árbol de tamarindos. - ¿Qué es?

Julieta le dice el nombre del árbol y le explica sobre el tipo de fruta que da y lo guía para que pruebe el fruto por primera vez, ya que aún estaban en temporada, y el árbol tenía muchos frutos de estos colgando de sus ramas. Julieta le explicó como comerlos y vio cómo primero Yoongi solo toco un tamarindo con la punta de su lengua e hizo gestos con su cara.

-Está acido. – Dice con su cara aun contraída.

-¡Pruébalo bien! –Le pide ella y él lo hace, al final terminó agarrándole gusto a la nueva fruta que había probado.

- ¡Es increíble! ¡¿Cómo pueden tener unos árboles tan grandes?!- Pregunta aún sorprendido Yoongi.

-Algunos de ellos ya estaban aquí cuando mis padres empezaron a construir su casa.

-No imaginas lo feliz que yo hubiera sido de niño aquí. – Dice Yoongi mientras estaban sentados en una sala exterior bajo la sombra del tamarindo.

-Puedo imaginarlo, porque yo lo fui. Mi hermano y yo solíamos jugar siempre en este patio, nos sobraba espacio para jugar y correr, siempre terminábamos llenos de tierra y hojas de los árboles. – Yoongi sonreía. -¿En dónde vivías cuando eras niño?

-En un departamento, como la mayoría de las personas en Daegu. Si querías correr teníamos que ir a algún parque. Siempre quise vivir en una casa, pero mis padres no podían costearla.

-Ahora tú tienes una. – Le dice ella sonriéndole.

-Sí, es una suerte que la tenga.

-¿Por qué lo dices?

-No cualquier persona puede tener una casa viviendo en Seúl. O en cualquiera de las ciudades grandes de Corea.

-No creo que haya sido solo suerte, has trabajado mucho para estar en donde estas. – Yoongi no dice nada.

La familia de Julieta se unió a ellos y ella les platicaba sobre el deseo de Yoongi de niño por tener una casa debido a la manera en que vive la gente en su país y lo asombrado que estaba su novio por el enorme patio y los árboles que tenían.

El Idol y la RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora