Capítulo 92

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SOLO ESCOMBROS

JULIETA

Julieta regresó al departamento de su amiga dudando de la decisión que había tomado.

"¿Habré hecho lo correcto?"

Ahora no tenía más remedio que seguir adelante con sus planes porque no quería mirar al pasado y arrepentirse de haber abandonado Corea cuando aún tenía muchas cosas por hacer en ese país.

Tocó el timbre y una voz algo poco quebrada le responde del otro lado.

-¿Sí?

-¿Aún aceptas a una mujer con el corazón roto en tu departamento?

Un grito de alegría y sorpresa se deja oír en el parlante y hace reír a Julieta. Automáticamente la puerta del edificio se habré dándole el paso, se dirige hacia el ascensor y sube al piso de Mi Suk, al salir al pasillo ya estaba su amiga esperándola y se lanza a sus brazos.

-¡Te quedaste! ¡Te quedaste! ¡Te quedaste! – Decía mientras la abrazaba y lloraba de alegría.

-Sí, me quedé. Tienes razón Mi Suk, no debo darle tanto poder a Yoongi sobre mi vida y mis decisiones. Me quedaré, terminaré mis estudios y haré mi vida aquí como debió ser desde el principio.

-¡Sí! ¡Vamos a dentro! – Le pide muy emocionada su amiga. - ¿Y tus maletas?

-Supongo que rumbo a México. – Dice Julieta riendo.

-¡Wow! ¡Fue una decisión de último momento!

-Así es. – Dice Julieta riendo un poco también. – Creo que tendré que ir de compras hoy mismo porque no tengo más que lo que llevo puesto. Que por cierto gracias.

-No agradezcas. ¡Dios, estoy tan feliz!

-Yo no sé muy bien como me siento. Estoy nerviosa, ansiosa, con el corazón hecho polvo, pero intentando rehacerlo.

-Yo te ayudaré.

-Gracias.

Inmediatamente Mi Suk le pidió que salieran de compras, suponía que solo buscaba distraerla de sus propios sentimientos y ella solo la siguió. Compró la ropa necesaria para vivir ahí. No podía gastar todos sus ahorros en ropa, aún había tres meses por delante en los que estaría estudiando, así que tenía que ser conservadora con sus gastos. A pesar del revoloteo alegre de Mi Suk en las tiendas, Julieta estaba triste, solo había pasado un día desde lo que había vivido y era imposible superar lo que había pasado de un día para otro.

Mientras se probaba blusas y pantalones se preguntaba qué estaría haciendo Yoongi, quizás su novia ya le había dicho que lo había descubierto e imaginaba a Yoongi pidiéndole perdón, intentando retenerla y diciéndole que lo que había tenido con Julieta fue unicamente un error, que se había sentido solo mientras ella estaba en el extranjero estudiando y terminó por fijarse en Julieta, pero que no era nada comparado con lo mucho que él la amaba.

Julieta retenía sus lágrimas en sus ojos, pensando e imaginando escenarios ficticios en los que ella siempre era desechada como un guante, un guante que encajó muy bien en el humor, la vida y la forma de ser de Yoongi, pero que ahora ya no servía porque había uno más bonito.

Lejos estaban los pensamientos de Julieta de la realidad, mientras ella se martirizaba pensando en mil y un escenario, figiendo una sonrisa para su amiga, fingiendo interés en la ropa que miraba y se media, Yoongi viajaba de emergencia de una ciudad a otra, dejando botado su trabajo y a sus hermanos, moviendo un jet privado que estaba destinado a transportar al grupo y al staff pero que solo lo había transportado a él y a su manager. Y recorría Seúl buscando cualquier pista que le dijera en donde estaba ella y la manera de contactarla. Su última esperanza era la dirección de su amiga, pero tampoco tuvo la respuesta que esperaba.

Julieta aguantaba las lágrimas ya a media tarde en un probador a mitad de Seúl, mientras Yoongi las dejaba salir entre alcohol y las teclas de un piano en el departamento de la banda.

Ella pensaba que Yoongi se reconciliaba con su novia al tiempo que él pensaba que ella estaba sobrevolando el Océano Pacifico buscando alejarse de él por culpa de unas mentiras de alguien maliciosa.

La tarde se fue y sin darse cuenta Julieta ya estaba acostada de nuevo en la pequeña cama del departamento de Mi Suk. Miró la pantalla de su celular, esperando encontrar un mensaje de Yoongi, pidiendole perdón por todo, aun cuando sabía que él no tenía ese nuevo número, numero que acaba de conseguir en una de las tiendas que recorrieron y se dio cuenta de que ya eran las dos de la madruga, había vivido ese día y al mismo tiempo no.

De alguna manera el tiempo la había arrastrado hasta ese punto y ella apenas había sido consciente de ello. Una vez más unas cuantas lágrimas se derramaron de sus ojos, su alma estaba rota y su vida apenas se sostenía sobre sí misma.

Algo tendría que hacer para salir adelante, no sabía cómo, no sabía cuándo, pero sabía que dolería y que dolería un infierno cada vez que se encontrara la imagen de Yoongi sonriendo plácidamente hacia el público, disfrutando de su vida de idol, viajando por el mundo, dando conciertos y sintiéndose amado por millones de personas.

Y ella que era anónima, no podría hacer nada más que intentar resurgir de entre los escombros que ahora era, se tendría que reconstruir y si tenía que hacerlo ella misma lo haría.

Se levantó de su cama y se dirigió hacia el baño, rebuscó entre las repisas y encontró lo que buscaba, se miró frente al espejo y sin dudar cortó el primer rizo, después el otro y uno más, en diez minutos su cabello pasó de largo rizado a corto hasta los hombros.

-Mañana iré a que me lo arregle un profesional. – Se dijo como intentando calmarse a sí misma.

Limpió todo y volvió a su cuarto para dormir. Esta vez no hubo lágrimas, solo un poco de coraje empezando a ebullir en su interior.


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19/11/2022

Hola, perdón por este capítulo tan cortito, esta semana apenas he tenido tiempo para vivir. Espero actualizar pronto porque ya se viene la historia desde la perspectiva de Yoongi.

¡Sean felices!


El Idol y la RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora