CAPITULO 1

1.3K 63 21
                                    

JULIETA
UN ENCUENTRO INESPERADO

Hacía seis meses que había llegado a Corea con una beca para estudiar el idioma local. Aunque ya tenía una base de 2 años de estudio en su país siempre quiso estudiar el idioma con maestros nativos y qué mejor que hacerlo en Corea.

A sus 26 años, Julieta había decidido mudarse durante un año para aprender el idioma, conocer gente y dejar atrás su única relación amorosa, la cual había durado 8 años, y la ruptura la dejó con el corazón destrozado y una capa de hielo a modo de coraza que, según ella, la protegería de todo y todos.

Después de haber terminado su relación sentía como si flotara a la deriva, a merced del viento y la única manera de darle rumbo a su vida era comenzando de nuevo, en un lugar desconocido, en donde nada le recordara a su ex y no hubiera gente a su alrededor preguntando por él y por qué habían terminado.

Era viernes y su única amiga cercana en el nuevo país, Mi Suk, la había invitado a un evento de entrega de premios de idols, en un principio Julieta se negó a ir, pero no podía decirle que no a Mi Suk cuando hacía pucheros y le hablaba de manera tierna, así que la acompañó. Mi Suk estaba que echaba chispas de la emoción, iría a ver a su grupo idol femenino favorito, de tanto que hablaba de ellas, Julieta ya conocía sus nombres, sus gustos y hasta su tipo de sangre y por supuesto su música. Que curiosamente, a pesar de que siempre se interesó por la cultura Coreana nunca se había interesado demasiado por el mundo del K-Pop. Pero ahí estaba ella, enfundada en sus jeans ceñidos claros con algunos desgarres, como era la moda, y una blusa rosa claro corta de satín con mangas tipo farol. Con su color de su piel y su cabello rizado, resaltaba entre el mar de gente con piel clara, había más extranjeros, pero al parecer era la única latina morena, al menos a simple vista. A Mi Suk le encantaba estar con ella cuando la gente se la quedaba viendo, con esa actitud efervescente que su amiga tenía, el llamar la atención era lo suyo pero para Julieta era un poco incómodo. Después de seis meses ya comenzaba a acostumbrarse, aunque no podía evitar sentirse un poco apenada de vez en cuando. 

Como Mi Suk había logrado conseguir entradas muy anticipadamente estaban sentadas en la primera línea de público, justo detrás de la sección en la que terminaban los lugares de los idols, su amiga estaba muy emocionada, ya que al parecer se sentarían muy cerca las chicas a las cuales ella admiraba.

Llevaban una hora sentadas, junto con el público, que era muchísimo, cuando empezaron a escucharse los gritos de la multitud, los idols empezaban a entrar al recinto para tomar sus lugares. Mi Suk con su cabello recogido en una coleta empezó a gritar y a agitar su lightstick, animando a sus idols. El lugar se había convertido en un mar de gritos y luces y todos parecían estar felices por lo que Julieta empezó a relajarse y a disfrutar del ambiente.

-Ya verás cómo terminarás amando a estas chicas después de que veas su presentación.- Le decía Mi Suk muy animadamente a Julieta.-Son tan buenas e incluso mejor cantando en vivo, además de que son excelentes bailarinas. Sus presentaciones son lo máximo y sus conciertos perfectos.

Mientras Mi Suk hablaba y hablaba sobre lo genial que sería la noche y lo bien que la pasarían,  Julieta solo la escuchaba con su botella de agua en la mano cuando esta se le resbaló y rodó casi hasta llegar a la espalda de un un grupo de idols y ella se levantó apresuradamente y la recogió.

-¿Imaginas si la botella estuviera abierta?-Dijo Julieta- Le arruino el vestuario a alguno de esos chicos.- Mi Suk solo abrió los ojos como platos al imaginar tremenda escena.

-Menos mal que eso no sucedió- Respondió Julieta con una sonrisa y su amiga sonrió de vuelta y continuó hablando sobre sus idols y la manera en que habían sorteado problemas de vestuario en algunas ocasiones anteriores mientras se presentaban.

El Idol y la RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora