¿Qué Yo Haga Que?

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San Valentín 2022

Regalo para: Jessy Lagunes

Fandom: SNK

Titulo: ¿Qué yo haga que?

Ship: EreRi (ErenxLevi), HangexErwin

Ships Secundarias: ArminxMikasa, AnniexPieck

Prompt/Sinopsis: Levi debe aprender a bailar salsa para la boda de Hange.

Advertencias: AU. OoC. Yaoi. Yuri (leve)

El hombre de cabellos negros, ojos grises y expresión malhumorada casi perenne arqueó una de sus cejas ante la petición de una de sus mejores amigas, quien estaba pronta a contraer matrimonio con su pareja por casi 10 años. ¿Verdaderamente estaba pidiéndole que aprendiera a bailar salsa? Levi Ackerman jamás había sido alguien precisamente hábil en esa clase de actividades. ¿Cómo podría, cuando pasada la mayor parte de su tiempo sentado en un escritorio frente a un computador? De hecho, y eso era algo de lo que Hange Zoe era más que consciente, era un hombre que se consideraba antisocial, de no ser por su relación justamente con ella y su futuro esposo, Erwin Smith; con su familiar remotamente lejano aunque único a esas alturas, Mikasa Ackerman; y, por último, con su compañero de trabajo en la oficina. Su pareja desde hacía ya 8 años, Eren Jaeger.

—Por enésima vez, Hange; mi respuesta es no...

La mujer de cabellos castaños y ojos cafés prácticamente le rogaba de rodillas que aceptara su sugerencia, sin embargo el pelinegro no desistiría de su decisión. No es que fuera un mal bailarín. O que ese fuera el único problema en realidad. Detestaba las fiestas; nunca habían sido su fuerte y jamás lo serían. Había asistido al cumpleaños de Armin, un amigo de su pareja y de Mikasa, solo por insistencia de la mujer de ojos negros. Hange, por su parte, no tenía en sus planes rendirse. Por lo tanto, insistió, e insistió... e insistió. Hasta que finalmente Levi, quien era asimismo conocido entre amigos y colegas por escasa –casi nula- paciencia, exclamó, mientras sostenía de manera no muy delicada los hombros de la mujer:

— ¡Está bien! ¡Está bien, Hange, lo haré! ¿Estás feliz ahora?

A la castaña poco le importo la brusquedad de su amigo. Al contrario, cuando Ackerman se apartó de ella, fue la propia Hange quien, literalmente, se arrojó a los brazos del hombre una vez más, dejando un beso por demás sonoro –y desvergonzado- en su mejilla. Minutos después, Levi la notó pararse en su habitual postura pensativa, como si estuviera ideando alguna especie de plan maquiavélico. Y adivinó sin necesidad de pensar demasiado de que podría tratarse ese plan. Por lo tanto, tan pronto como la mujer alzó la mirada para hablarle, Levi negó.

—No permitiré que seas tú quien elija a mi 'instructor'. Además, ambos sabemos que hay alguien que podría enseñarme perfectamente...

—Ese podría enseñarte muchas cosas en la cama, en lo que a mí respecta... —dijo Zoe, con una sonrisa significativa —Sin embargo, permíteme dudar de sus aptitudes en la danza...

Esta vez, fue el turno de Levi de devolverle una sonrisa idéntica a la que le ofreciera Hange. La mujer solo lo observó por encima de sus gafas redondeadas y cruzada de brazos, fingiendo enojo, antes de que el hombre le diera la espalda para marcharse al apartamento que compartía con Eren.

Apartamento en las afueras de Tokio

El hombre visiblemente más alto, aunque también más delgado que Levi, de cabello castaño oscuro hasta los codos recogido en una especie de rodete a media altura, piel cobriza y ojos castaño-verdosos estaba ligeramente recargado en la barra de la sala en su apartamento. Frente a él, se encontraban sus mejores amigos; una pareja, como él y Levi. Armin Arlert era un hombre de la misma edad que Eren, y asimismo que su esposa, Mikasa Ackerman. Ambos trabajaban para Hange Zoe y Erwin Smith en sus oficinas de transporte aeroportuario y, por si fuera poco, serían sus padrinos en su boda dentro de una semana. La mujer de cabello negro al ras del cuello, piel clara y curiosos ojos grises sonrió abiertamente al oír de Eren la peculiar petición que Hange le había hecho a su pareja. O, mejor dicho, la peculiar petición para todas las parejas asistentes a su fiesta. Es decir, que aprendieran a bailar salsa.

—Eren... —dijo Mikasa, sonriendo abierta y burlonamente —Hablamos de Hange. Es decir, el ser más excéntrico con quien haya tenido posibilidad de encontrarme alguna vez...

Jaeger estaba a punto de responder, cuando escucharon la puerta abrirse. Seguida de un bufido, sonoro y largo, que dejó en clara evidencia quien era la persona que acababa de entrar. E incluso en qué estado se encontraba su ánimo. Eren hizo una seña a sus amigos, pidiéndoles que se quedaran allí un momento. Mientras tanto, se dirigió al encuentro de su pareja, tomándolo entre sus brazos antes de que este hiciera el menor movimiento. Se inclinó a su altura para darle un beso en los labios. Sabía que aquello no incomodaría a sus amigos en lo más mínimo. Cuando se apartaron, Eren observó el gesto malhumorado en el rostro de Levi y sonrió.

—Vamos... ¿No crees que merecen una oportunidad? Además, no serás su único conejillo de Indias, créeme. Armin y Mikasa no solo están aquí de visita...

Ackerman lo calló besándolo nuevamente, con algo más de intensidad. Lo que provocó una risa sutil por parte del matrimonio allí presente. La pareja sin embargo ignoró la reacción de sus amigos y, en cambio, continuaron profesándose su amor mutuo por un par de minutos más. La presencia de Eren siempre resultaba un bálsamo a las presiones, o desilusiones que Levi pudiera arrastrar producto de su trabajo o sus relaciones sociales. Y el pelinegro agradecía aquello desde el fondo de su, aparentemente, frío corazón. Finalmente se separaron y regresaron junto a sus amigos.

—Bien... —dijo Eren de pronto — ¿Deberíamos comenzar? Estamos a solo una semana. Y todos sabemos cuan absurdamente impaciente puede ser Hange. De hecho, no me sorprendería que quisiera comprobar por sí misma nuestros 'avances'...

Y Eren estuvo en lo cierto. No solo Hange fue a 'evaluar' los ensayos de sus 'víctimas'. Con ella fueron sus amigas, Annie Leonhart y Pieck Finger. La rubia y la pelinegra, sin embargo, no parecían demasiado felices de haber visto su prueba de vestuario interrumpida para presenciar un escándalo semejante. Escándalo, especialmente, de parte de los Ackerman, puesto que Eren y Armin estaban demostrando con creces sus aptitudes para la salsa. Hange sabía que eran excelentes bailarines; no era su primera vez teniendo que 'presentarse' a bailar en alguna de las fiestas o eventos sociales de la compañía. De hecho, y si la imponente, exuberante pelinegra a su lado no fuese su pareja, Annie tenía más que claro que habría intentado conquistar a Armin en más de una ocasión.

— ¡Me rindo! ¡Esto es absolutamente ridículo, Hange! —exclamó Levi, tras un enésimo intento por seguir los pasos del ritmo que invadía aquella sala —Además... ¿Era necesario traer tantos espectadores? Verdaderamente lo estas disfrutando, ¿no es así?

Nuevamente, la risa maquiavélica inundó el salón. A esta, sin embargo, se sumaron otras dos, cuyas dueñas no pudieron evitar imitar la acción de su amiga al ver la reacción de Levi. Si bien no era poco habitual en él, considerando su casi constante mal humor, simplemente les resultó irresistible. Cuando las risas se detuvieron, también lo hizo el ensayo. Eren volvió una mirada acusatoria a las tres mujeres, quienes inmediatamente dieron un paso atrás. Jaeger luego suspiró, meneó levemente la cabeza y afirmó que, si solo continuarían burlándose de su pareja y sus amigos, se marcharan de allí. Zoe suspiró, mientras que Pieck sacudió la cabeza, disculpándose con el moreno, afirmando que entonces los verían el día de la boda.

La boda, desde la ceremonia hasta la celebración, resultó tal y como los ahora esposos lo habían imaginado. Finalmente, Hange comprendió que solo debía darles su tiempo a sus amigos para cumplir su petición. Y, aunque ninguno de ellos fue exactamente Mikhail Barishnikov*, demostraron que, con práctica, toda técnica era posible de aprender.


Nota: *Mikhail Barishnikov es un bailarín, ya retirado de la actividad, y actor de origen ruso-americano. Participo, en su rol más reconocido en el cine, en la película 'Noches Blancas', de 1992. Su especialidad era el ballet clásico, pero solo lo utilice como ejemplo de un notable bailarín, y para no recurrir a los bailarines clásicos, e hiperfamosos que ha dado mi país. Todos ellos, de ballet

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