Fandom: Kuroshitsuji
Titulo: Ella Y El
Ships: GrellxWilliam
Personajes: Sebastian Michaelis, Elizabeth Midford
Advertencias: AU. Fluff. OoC
3ª Persona
La joven Condesa Phantomhive observaba atentamente el rostro de expresión nostálgica de aquella mujer de hebras carmesíes cuya sola presencia alguna vez le diera pavor. Luego dirigió la mirada al apuesto pelinegro de ojos en el mismo tono que el cabello de la dama y sonrió, preguntándole si verdaderamente aceptaría ayudarla a tener su cita con su pareja desde hacía tres años. Pero con quien no había podido reencontrarse en seis meses. Antaño, Sebastian Michaelis se hubiera negado rotundamente a cualquier plan que involucrara a Grell Sutcliff y, especialmente, a su pareja (y aun superior), William Spears simplemente por lo que eran. Es decir, Segadores de Almas; Shinigami. Una raza, especie, o como quisiera llamarle a la que solía detestar con todas sus fuerzas.
Grell se levantó del sillón en el que había estado sentada, sumida en deprimentes pensamientos y se dirigió a la amplia ventana de la sala en la mansión Phantomhive. Suspiró con tristeza.
— ¿Volveré a verte, amor mío?
Solo entonces, Sebastian, quien había permanecido en la sala después de que su joven ama se retirase a la habitación que compartía con su esposo, se retiró al pequeño estudio junto a la habitación de su amo. Él mismo tenía su propia habitación. Sin embargo, no acostumbraba dormir. Jamás lo vio como una necesidad indispensable. En la soledad de ese pequeño cuarto, el demonio dejó escapar un hondo suspiro que no estaba seguro por cuanto tiempo habría estado conteniendo.
En otro lugar de Londres, mejor dicho en un oscuro callejón olvidado incluso por las Parcas*, un apuesto pelinegro como el mayordomo de los Phantomhive, de piel igualmente pálida y ojos oscuros acomodo por enésima sus gafas sobre el puente de su refinada nariz antes de salir de aquel lugar. Debía encontrarse justamente con Sebastian Michaelis, ya que este le había mencionado que tenía algo importante que decirle de su pareja. William Spears jamás imaginaría que aquella no era más que una excusa del demonio para que ambos pudieran reencontrarse.
Caminó en silencio las oscuras calles londinenses hasta detenerse en seco frente a un enorme árbol de magnolias. Estaba seguro de que, quien lo viera allí, lo creería loco, pero ese era en efecto el sitio en el que lo había citado Michaelis. Quien no tardó en aparecer, para sorpresa del Shinigami, en compañía de la dama de rizos rubios y orbes jades; la esposa de su amo, Ciel Phantomhive. Spears se ajustó una vez más las gafas antes de preguntar el motivo de tal llamado. Sebastian simplemente le pidió que lo acompañara a la mansión; que allí hallaría su respuesta. Con algo de desconfianza, el Shinigami pelinegro finalmente accedió.
Horas después...
Los tres ingresaron en la mansión. Sebastian se sintió ligeramente fuera de lugar en ese escenario en que su amiga –si, Grell era su amiga ahora- se reencontraría con el amor de su vida, mientras que la joven Elizabeth estaría acompañando a su propio esposo, su amo. El amor jamás había sido una noción en la que creyera; era un demonio, se suponía que no tenía sentimientos o emociones. Sin embargo, en ese instante se permitió expresar al menos algo parecido a la felicidad al ver los curiosos orbes verde-amarillentos de Sutcliff iluminados como no recordaba haberlos visto antes. O como solo recordaba haber visto los de Elizabeth cada vez que estaba junto a Ciel. Antes de marcharse, sin embargo, vio apenas por el rabillo del ojo a Spears tomar con fuerza a la pelirroja por la cintura mientras dejaba un dulce y apasionado beso en sus labios.
Fin
NdA: Las Parcas, conocidas en Grecia como Moiras, eran tres diosas que determinaban el destino de cada ser vivo. O, en otras palabras, la duración de su vida.
· Cloto (Κλωθώ, 'hilandera') hilaba la hebra de vida con una rueca y un huso. Su equivalente romana era Nona, originalmente invocada en el noveno mes de gestación.
· Láquesis (Λάχεσις, 'la que echa a suertes') medía con su vara la longitud del hilo de la vida. Su equivalente romana era Décima, análoga a Nona.
· Átropos (Ἄτροπος, 'inexorable' o 'inevitable', literalmente 'que no gira', a veces llamada Aisa) era quien cortaba el hilo de la vida. Elegía la forma en que moría cada hombre, seccionando la hebra con sus «detestables tijeras» cuando llegaba la hora. En ocasiones se la confundía con Enio, una de las Grayas. Su equivalente romana era Morta ('Muerte'), y es a quien va referida la expresión "la Parca" en singular.
Fuente: Wikipedia.
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Anime One-Shots
Fiksi PenggemarNuevo libro de one-shots (y algunos two-shots) sobre el universo anime. AU y Canonverse.