Anime One-Shots

Un Crimen Demoníaco

Fandom: Kuroshitsuji

Título: Un Crimen Demoníaco

Personajes: Sebastian Michaelis, Ciel Phantomhive, Madame Red, Grell Sutcliff, Edward Midford

Sinopsis: Ciel jamás imaginó encontrarse ante una situación semejante desde que aquel ser de las tinieblas se convirtiera en su sirviente. Sin embargo, un hecho desafortunado provocará que, esta vez, sea Sebastian Michaelis quien se encuentre de algún modo 'al filo de la muerte'. Por extraño que eso pueda resultar considerando la naturaleza del demonio.

Advertencias: AU Canonverse. OoC. Violencia. Misterio. Muerte (implícita) de personaje.

Calles de Londres, Abril de 1895

Una sombra en la casi absoluta oscuridad de aquella tormentosa noche en Londres caminaba lenta, más bien trabajosamente, en dirección del hogar que habitaba junto a su amo. Aunque, para ser honesto y a pesar de su naturaleza, Sebastian Michaelis no estaba seguro a esas alturas de poder soportar siquiera un segundo más en pie. Solo recordaba una ocasión en la que se hubiera visto en una situación como la que acababa de experimentar. Y con los mismos protagonistas y el mismo resultado. Es decir, lo sucedido en el crucero de lujo Campania, cuando fuera gravemente herido por la guadaña de Undertaker. La situación había sido exactamente la misma ahora, aunque el daño pareció haberse magnificado por diez veces respecto de aquella vez. Suspiró, o más bien respiró con fuerza, lo que le valió una aguda punzada en la herida en su hombro y pecho izquierdo. Se detuvo por un instante, recargándose en una de las paredes completamente infestadas de moho de esa zona de Londres. No podía detenerse a pensar en que su camisa blanca y el chaleco gris sobre la misma se ensuciarían. Después de todo, su cuerpo estaba completamente cubierto de sangre, tanto seca como aun brotando, principalmente, de la profunda herida en el brazo con que sostenía su hombro. Cayó abruptamente de rodillas cuando el dolor se le hizo lacerante. E incluso su visión, habitualmente intensa y aguda, se opacaba.

—No puedo... —susurró a duras penas. Incluso hablar comenzaba a costarle un gran esfuerzo —No puedo detenerme aquí... El joven amo debe saber... esto...

Eso fue lo último que sus fuerzas le permitieron esbozar, apenas en un susurro audible, antes de desplomarse. Extrañamente, sus ojos carmesíes permanecían abiertos. Aunque, por extraño que aquello se oyera, parecía no haber rastro alguno de vida, o luz, en ellos.

Más tarde esa noche...

Un grito ahogado escapó de sus labios apenas sintió que alguien presionaba una mano delgada sobre su frente, como si intentara comprobar su temperatura. Quien fuera esa persona, pensó el demonio para sí, definitivamente era completamente ignorante de quien (o de que) era en realidad. Se removió apenas ligeramente, dejando escapar un quejido que dudaba que su acompañante haya oído, pero que le fue inevitable, y musitó el nombre de su amo. Su acompañante decidió entonces que quizá era momento de 'salir a la luz' y preguntó si deseaba que le informara a su sobrino de lo sucedido. Por supuesto, si es que tenía idea de ello en primer lugar. Sebastian pareció reaccionar en ese momento y, girando el rostro en dirección de aquella voz, abrió sus ojos en un gesto de genuina confusión más que sorpresa.

— ¿Madame... Red?

Se incorporó ignorando olímpicamente el dolor que le atravesó literalmente la espalda en ese momento y, viendo fijamente a los rubíes de la mujer de cabello igualmente rojizo, preguntó si acaso había sido tan imprudente de llevarlo a un hospital. A lo que Angelina Durless respondió, en primer lugar, devolviéndole una amplia sonrisa con sus labios pintados de carmín y luego afirmando que creía que él recordaría que ella era consciente de su verdadera identidad. Sin mencionar que su propio sirviente también era un ser, por así decirlo, sobrenatural. Aunque, para ser sincera, no podría culparlo.