Anime One-Shots

Un Sacrificio De Amor

Drabble

Ángeles y Demonios

Fandom: Kuroshitsuji

Personajes: Sebastian Michaelis, Elizabeth Midford, Ciel Phantomhive

Advertencias: Canon Divergente. Angst. Eventos parcialmente basados en la serie original (1° Temporada). OoC. Mu3rt3 de Personajes.

Él podía dar fe de que ya nada, absolutamente nada, sería lo mismo en su longeva existencia después de lo que acababa de hacer. Ese había sido el contrato entre ambos; él debía ayudar al joven en sus brazos a vengarse de aquellos que le habían arrebatado a su familia. A cambio, aquella abominación infernal de cabello negro y ojos rojos recibiría el alma del muchacho. Y así había sucedido. Y eso no fue todo. El joven noble le había pedido que tomara su alma con el mayor sufrimiento posible. Después de todo, ya no tenía nada ni nadie más por quien vivir, después de haber tomado el lugar, la fortuna, e incluso a la prometida de su gemelo, quien fuera ofrecido en sacrificio para invocar al hombre ahora sosteniéndolo en brazos.

Pero Sebastian Michaelis jamás imaginó que lo que en principio debía ser un simple vínculo de amo a sirviente se convirtiera en algo más con el pasar del tiempo. Cinco años, para ser precisos. Jamás pensó que un ser de su oscura y siniestra naturaleza pudiera ser capaz algún día de manifestar algo tan humano como las emociones. Y en ese momento sentía un vacío aún más hondo en su pecho que el que le provocaba el carecer del órgano vital que debía ocupar ese sitio. ¿O era que en realidad poseía un corazón y era este el que estaba provocándole ese dolor inmensurable?

Caminó un par de metros más, aferrando contra si el cuerpo inerte de quien fuese su amo. Hasta que, de repente y como si este se hubiese convertido en un peso imposible de sostener, el pelinegro cayó de rodillas, apoyando su barbilla sobre la cabeza del chico y jadeando pesadamente, como si el aire hubiera escapado de una sola vez de sus pulmones.

—No puedes haber llegado a tu límite aun, Sebastian...

Le llamó de pronto y sin el menor atisbo de ironía, una voz femenina que le resultaba sumamente familiar. Ligeramente aturdido, y dudando a esas alturas de su propia cordura, alzó sus carmesíes al origen de aquella voz. Y confirmó que definitivamente debía estar perdiendo la cabeza, o quizá finalmente estaba cediendo a la fatiga que cargaba, cuando vio de pie frente a él a una muchacha idéntica en apariencia a Elizabeth Midford excepto por dos detalles no menores. Lucía notoriamente mayor que sus 15 años y, por si fuera poco, llevaba puesta una pulcra, casi brillante túnica blanca, mientras que de su espalda emergían dos inmensas y níveas...

— ¿Alas? —Pronunció, incrédula y entrecortadamente el demonio —Esto no puede ser cierto... Ella debería aun estar con vida...

—También Ciel Phantomhive... —pronunció sin cambiar el tono en su voz el ser celestial — ¿Jamás has considerado que Él no permitiría que tomaras el alma de uno de Sus siervos así como así? Y antes que lo preguntes, si; Elizabeth Midford murió junto con el resto de los sirvientes. Yo solo tomé prestado su cuerpo, aunque quizá no sea la apariencia que tú recuerdas. ¿Te atreverías a abandonar esa alma inocente entre tus brazos ahora que lo ha perdido todo de nuevo?

Michaelis estaba absorto, por primera vez en eones de haber rondado el mundo de los vivos. No. No podía, no se permitiría dejar al muchacho en sus brazos abandonado a su suerte. Aun si el hacerlo iba completamente en contra de su naturaleza vil y siniestra.

—Pero ahora debes decirme algo... —prosiguió el Angel de hermosos rizos rubios y cautivantes jades —Eres un ser del Averno; no puedo, como ser divino, permitirte que te quedes a su lado a menos que hagas un pequeño sacrificio. ¿Él lo hizo por ti, no es así?